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Fotografía del 18 de marzo de 2018, donde se muestran los techos de las casas afectadas por el paso de los huracanes Irma y María cubiertos con toldos en el barrio Santurce del municipio de San Juan, Puerto Rico. EFE
Fotografía del 18 de marzo de 2018, donde se muestran los techos de las casas afectadas por el paso de los huracanes Irma y María cubiertos con toldos en el barrio Santurce del municipio de San Juan, Puerto Rico. EFE

Que no se vuelva a repetir

A menos de un mes para que empiece la temporada de huracanes, los puertorriqueños continúan inmersos en las tareas de restauración de la isla. 

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Syrmarie Villalobos, periodista de Telemundo 62, habló con AL DIA desde San Juan, Puerto Rico, la semana pasada para contarnos su reciente recorrido por la isla y describirnos la situación actual en el terreno. 

Han pasado siete meses hace que el Huracán María devastó Puerto Rico, pero tanto la población de la isla como los miles de evacuados que hoy viven lejos de sus hogares siguen enfrentándose las secuelas del desastre. Después de un nuevo apagón hace dos semanas, la llamada de ayuda y la necesidad de reconocimiento de la condiciones de la isla se ha renovado. 

Según Villalobos, que ya viajó a Puerto Rico hace dos meses, antes de esta última visita, dijo que la situación actualmente sigue siendo grave para muchos puertorriqueños. 

Villalobos reportó que “todavía hay entre 40 y 50 mil familias sin acceso a energía eléctrica, por lo que el reto es grande, tanto para ellos como para el gobierno. Justamente, porque la población más aislada, la que vive en las montañas, o quizás en las regiones del este, son los que más sufrieron el impacto del huracán”. 

Todo esto hace que sea muy complicado que el gobierno pueda cumplir con el objetivo de tener el 100% de la energía de la isla restaurada para el 31 de mayo, dijo Villalobos. 

La falta de electricidad sigue siendo un gran problema para muchos residentes de la isla con  cuadros médicos complicados, dijo Villalobos, citando el caso de una mujer a quien tuvo ocasión de entrevistar, que se quedó sin energía eléctrica para hacer funcionar su aparato de diálisis, del que depende para sobrevivir. Durante los cuatro meses posteriores al huracán, la mujer tuvo que estar sometiéndose a un tratamiento manual por culpa de la falta de electricidad para su máquina, lo que agravó otro problema de corazón que padece. 

“Me dijo que su vida se salvó gracias a una entidad sin fines de lucros que se llama Casa Pueblo, que instaló unas placas solares que permiten que su máquina de diálisis pueda estar encendida las once horas que ella necesita estar conectada a diario,” dijo Villalobos, destacando que “vio otros casos similares que gracias a esas placas solares...han podido sobrevivir.” 

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que están haciendo este tipo de organizaciones en la isla, las dificultades que atraviesan las personas con condiciones médicas delicadas siguen siendo muy severas. 

Tanto Casa Pueblo, como muchas otras organizaciones de ayuda humanitaria que han trabajado duro por poner en pie de nuevo a Puerto Rico tras las secuelas de Huracán María, “está haciendo este trabajo gracias a las donaciones de los puertorriqueños y los latinoamericanos en los Estados Unidos, que han enviado desde bombillas a placas solares, baterías y todo lo que ha sido necesario”. 

“Y esta entidad [Casa Pueblo], se ha dedicado a llevar energía eléctrica precisamente a las regiones montañosas donde más dificultades tiene el gobierno para conectarlas a la red eléctrica, haciendo posible que puedan trabajar”, dijo Villalobos. 

La vida diaria para muchos puertorriqueños sigue siendo difícil, insistió la periodista. 

Tanto, que para algunos puertorriqueños "el simple hecho de bañarse con agua caliente es un lujo”, comentó Villalobos. 

La periodista explicó que muchas personas siguen sin luz, que dependen de bombillas solares, o con linternas, hacen el café en ollas tendidas sobre el fuego, deben calentar el agua para bañarse y se visten con ropa más ligera para facilitar el lavado a mano y que se seque fuera, ya que, sin electricidad, nadie puede usar la lavadora o la secadora. Para cargar los equipos electrónicos, la única alternativa es cargarlos en el vehículo, a ratos. 

Los que tienen suerte de tener generadores eléctricos, sólo pueden usarlos 4-5 horas al día, además de tener que ir constantemente al supermercado y a las tiendas por no tener la refrigeración adecuada para conservar la comida. 

Todos estos ajustes necesarios han afectado a cada aspecto de su vida cotidiana - especialmente de los que no tienen muchos recursos. 

“Los más afectados son la gente más pobre de la isla”, dijo Villalobos, agregando que “este huracán ha sacado a relucir la pobreza de Puerto Rico.” 

Según Villalobos, el objetivo del gobierno no solamente es reparar el sistema de energización, “sino convertirlo en un sistema más fuerte,para tratar de evitar que no se vuelva a repetir.” 

Pero eso requiere bastante cambios, que podrían tardar de tres a cinco años en implementarse, y  como expresó ella, el hecho que “ya estamos a menos de un mes de que comience la nueva temporada de huracanes”,  urge al máximo este trabajo. 

La misma Villalobos, que es puertorriqueña, admitió que aunque su familia inmediata en la isla se salvó de los efectos más severos del huracán, algunos de sus parientes lo han perdido todo y hace tan solo unas semanas que recuperaron el suministro eléctrico. 

La periodista añadió que entre las muchas cosas que se desconocen en el continente sobre la situación actual de Puerto Rico se incluye el hecho que es muy difícil conseguir algunos medicamentos, debido a que la infraestructura está destruida y es imposible que lleguen. La  producción de algunos medicamentos en la misma isla también está atrasada. Aparte de esto, también hay alimentos que llevan meses sin estar disponibles porque buena parte de la industria agrícola quedó completamente destruida. 

Uno de los retos más grandes a los que se están enfrentando muchos puertorriqueños es el de reconstruir sus casas para poder regresar. El 20 de abril, la FEMA extendió los cupones de alojamiento para los puertorriqueños evacuados por el huracán que viven en los Estados Unidos hasta el 14 de mayo, pero el futuro de muchas familias puertorriqueñas que huyeron al continente después del huracán permanece en la incertidumbre. 

Muchos de los que todavía están viviendo fuera "no han podido regresar porque no tienen a dónde ir”, dijo Villalobos. “Y muchos de ellos han estado al borde de quedarse en la calle en los Estados Unidos, porque la ayuda de la FEMA no se extendió hasta el último minuto." 

Añade que están llamando “a que las autoridades extiendan el plazo, e incluso que activen otras ayudas financieras para aquellos que ya tienen techo y quieran regresar a la isla”

A pesar de todos los retos a los que todavía se enfrenta la isla, hay al menos algunas razones para la esperanza, destacó Villalobos tras su visita a Puerto Rico. 

“Durante estos meses la naturaleza prácticamente se ha renovado. Todo está un poco más limpio y va pareciéndose más a cómo estaba antes del huracán”,  concluyó Villalobos.