Vías colapsadas entre agua y árboles, casas sin techo y automóviles estrellados contra las aceras, así han encontrado los puertorriqueños las calles de su ciudad. La grave crisis económica que enfrenta no facilitará las cosas, pero los ciudadanos y los equipos de rescate ya han comenzado a abrirse el paso entre los escombros.

Durante la mañana de este jueves, el presidente Trump aprobó el estado de desastre en la isla, lo que libera recursos federales para dar inicio a su reconstrucción, pero el alcance de los daños aún se desconoce debido al bloqueo comunicativo que sufre la isla después de que los fuertes vientos del huracán afectaran el cableado de toda la región.  

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