El jueves 19 de agosto, el gobierno de Biden anunció que cancelará los préstamos estudiantiles de más de 320.000 prestatarios que tienen una discapacidad total y permanente (TPD) e ingresos limitados. 

Según el Departamento de Educación, los prestatarios recibirán más de 5.800 millones de dólares en descargas automáticas de préstamos estudiantiles debido a una nueva regulación.

Los prestatarios serán identificados automáticamente a través de un sistema único de la Administración de la Seguridad Social (SSA).

La nueva política entrará en vigor a partir de septiembre y el Departamento espera que todos los préstamos sean condonados a finales de año.

El Secretario de Educación, Miguel Cardona, dijo que apoya plenamente la decisión de poner fin a los préstamos estudiantiles para los estudiantes con discapacidades permanentes y espera servir a otras personas para ayudarles a avanzar en sus carreras profesionales.

"Desde el primer día, he subrayado que el Departamento de Educación es una agencia de servicios. Servimos a los estudiantes, a los educadores y a las familias de todo el país para garantizar que las oportunidades educativas estén al alcance de todos", dijo Cardona en un comunicado de prensa. "Hemos escuchado alto y claro de los prestatarios con discapacidades y los defensores de la necesidad de este cambio y estamos entusiasmados de seguir adelante con él".

Cardona también declaró que la cancelación resaltará los beneficios obligatorios proporcionados a los estudiantes con condiciones de salud permanentes.

"La acción de hoy elimina una barrera importante que impedía que demasiados prestatarios con discapacidades recibieran las descargas de discapacidades totales y permanentes a las que tienen derecho según la ley", dijo.

El Departamento de Educación también anunció que ampliará una política desarrollada a mediados de marzo para dejar de pedir a los prestatarios información sobre sus ingresos más allá del final de la emergencia nacional.

También está poniendo fin a un programa de supervisión de tres años, que comenzará en octubre.

Aunque la nueva política es un paso en la dirección correcta contra la crisis de la deuda estudiantil, millones de otros estadounidenses esperan tener las mismas oportunidades a la hora de cancelar sus préstamos estudiantiles.

El presidente Joe Biden se ha enfrentado a muchas críticas por no borrar o reducir los préstamos estudiantiles en medio de la pandemia del COVID-19.

Biden también está sintiendo la presión de muchos de sus colegas, incluida la senadora Elizabeth Warren, con la que se enfrentó en 2020 para conseguir la candidatura demócrata a la presidencia.

La senadora Warren y el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, de Nueva York, han presionado a Biden para que acabe con al menos 50.000 dólares de deuda de préstamos estudiantiles de cada prestatario.

Según la CNN, Warren lideró un grupo de más de 50 demócratas que pidieron al presidente en una carta enviada en junio que retrasara la fecha de reinicio, advirtiendo que podría "crear un lastre significativo en nuestra recuperación económica."

Warren cree que, para reactivar la economía, Biden debe perdonar una cantidad excesiva de deuda de préstamos estudiantiles.

Sin embargo, en abril de 2021, Biden anunció recientemente que prorrogará su política de condonación de préstamos estudiantiles debido a la actual variante del Delta. La prórroga, que debía terminar el 30 de septiembre, se extenderá ahora hasta el 31 de enero de 2022.