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Las secuelas de la guerra en Afganistán
El mundo entero se encuentra a la espera de una posible intervención del gobierno Talibán de Afganistán en la Asamblea General de la ONU. Foto: Pixabay.

¿Los talibanes en la Asamblea General de la ONU? Esto piensa el mundo

En medio de la Asamblea General de la ONU que se lleva a cabo en Nueva York, las preguntas surgen en torno a la posible intervención de los islamistas afganos…

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Con palabras de paz y reconciliación se abrió la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en Nueva York a comienzos de semana. 

Tanto el secretario general de la ONU, António Guterres, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfocaron, durante sus discursos, en enviar un mensaje de paz y señalar que el diálogo y la diplomacia deben ser las estrategias para solucionar las diferencias entre las naciones del mundo.

La situación de Afganistán, tema central de la agenda de la Asamblea luego de la salida de las tropas militares de Estados Unidos y sus aliados, y el regreso al poder de los islamistas talibanes, se presenta como una enorme emergencia humanitaria que plantea inmensos desafíos para los llamados gobiernos democráticos.

Vale la pena recordar que para participar de la Asamblea General de la ONU, y poder dirigirse a los demás países miembros, un determinado gobierno no debe ser reconocido por los demás Estados, ya que es el gremio de la Organización el que decide quien interviene o quien no. Y, aunque por ahora no se sabe si hablarán ante el pleno de la Asamblea, los demás países han dado su opinión sobre esta posibilidad:

EE. UU.

Luego de 20 años en Afganistán, con una retirada de tropas que lució como una derrota militar, la administración de Joe Biden todavía no presenta su nueva estrategia para abordar las relaciones con el país árabe. Estados Unidos aun mantiene reservas sobre la vinculación de los talibanes con posibles atentados terroristas en el futuro, por lo que los ojos de todo el mundo están atentos al siguiente paso que Washington decida tomar.

Unión Europea

La UE, a través de su alto representante de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, señaló recientemente la intención de la organización europea de “negociar con los talibanes” para poder tener algo de influencia   en Afganistán. El principal objetivo de los europeos es garantizar los derechos humanos, para lo que han destinado 300 millones hasta finales de 2022 en apoyo a los refugiados afganos, así como evitar que grupos terroristas, enemigos mutuos para occidente y talibanes por igual, como Al Qaeda o la vertiente radical del Estado Islámico, los cuales ya han generado caos atribuyéndose recientes atentados, ganen fuerza y adeptos.

Paquistán

Uno de sus vecinos de frontera con quien por ahora Estados Unidos está interesado en seguir cooperando. Ha sido señalado de apoyar por mucho tiempo a las fuerzas talibanes, por medio de la Dirección de Inteligencia Inter-Services.

Luego de la salida de las tropas norteamericanas, el gobierno pakistaní saludó la toma de Kabul por parte del grupo islámico calificando el momento como una “liberación de Afganistán”. Esto en concordancia con su historia, pues entre 1996 y 2001, en compañía de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, eran parte de los pocos países que reconocían oficialmente a este gobierno islámico.

Por su parte, Pakistán busca frenar el ingreso de afganos a su país, ya que calculan que al menos un millón y medio de estos refugiados viven en su territorio.

Turquía

Otro vecino cercano de Afganistán que intenta detener el éxodo de sus habitantes, especialmente porque sabe que es el puente de acceso a Europa y muchos de los desplazados han hecho de este país su destino.

Parece ser que los turcos no rechazan la posibilidad de diálogo con el nuevo gobierno Talibán, el cual recientemente le pidió gestionar la operación del aeropuerto de Kabul, escenario de dolorosas y preocupantes escenas tras la llegada al poder del grupo islamista. 

Catar

La familia que gobierna este millonario país que albergará el Mundial de Fútbol de la Fifa el próximo año, cuenta desde 2013 con una oficina oficial de los talibanes en su capital Doha, al tiempo que sostiene vínculos con la organización terrorista Hamás. El papel que intenta jugar esta rica nación del Golfo Pérsico es el de mediadora, sacando a relucir que en su territorio se ubica una de las mayores bases militares de los Estados Unidos en el medio oriente. 

China

Es uno de los países que se han mostrado más abiertos al diálogo con el gobierno Talibán. Pekín busca decididamente acceso para explotar los bastos recursos minerales de Afganistán, así como la ampliación de lo que se ha denominado su nueva “Ruta de la Seda”.

Aunque apenas se empiezan a estudiar los movimientos de cada país, China también muestra prevención ante una posible influencia de los islamistas radicales en su país, específicamente en la región de Xinjiang, limítrofe con territorio afgano y que cuenta con una población de minoría musulmana.

Rusia

Recientemente, el presidente ruso Vladimir Putin llamó a cooperar de manera constructiva con el gobierno Talibán, organización a la que han mantenido en su lista de terroristas pero con la que han sostenido contactos durante años.

Rusia es el único país que aún no ha cerrado su embajada en Kabul, y luego del fiasco de la intervención de la Unión Soviética en la década de los 80 y los 20 años de presencia norteamericana, se plantea analizar las nuevas relaciones con el gobierno talibán teniendo en la mira las riquezas del país árabe.

Moscú se mantiene atenta a lo que pueda suceder en las regiones de Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán, antiguas naciones soviéticas y con influencia musulmana, así como al incremento de la producción de heroína, una de las fuentes de financiación de los talibanes.

Uno de los asuntos sensibles para occidente con respecto al nuevo gobierno Talibán de Afganistán, es el respeto y la igualdad para la mujer, un tema que ruboriza a las demás naciones, ya que por ahora, a nivel general, en la ONU todavía no se puede hablar de equidad en esta materia, ya que solo 26 de los 193 países miembros de la Organización son manejados por mujeres.