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Aunque Donald Trump amenace con dar guerra hasta finales de año, el entusiasmo por el triunfo de Biden se ha reflejado en la economía. 
Aunque Donald Trump amenace con dar guerra hasta finales de año, el entusiasmo por el triunfo de Biden se ha reflejado en la economía. 

Los índices bursátiles replican el inicial optimismo europeo

¿Inversiones en energía verde y transición ecológica? Tres empresas españolas cargan con las mejores predicciones con el cambio hacia un gobierno demócrata.

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Habría que reconocer que, de entre todos los agentes a la espera de los resultados de las elecciones de 2020, los múltiples índices bursátiles tal vez fueran los más inestables. Profundamente impredecibles porque no se han venido doblegando a los delirios antiecológicos y proteccionistas del presidente durante los últimos cuatro años, sino especialmente atentos al posible conflicto a pie de calle y a todo lo que podría arrastrar consigo. 

Pese a no haberse distinguido por ninguna variable de política humanista, sí que es cierto que el empresario estadounidense durante su mandato favoreció a las empresas más grandes, bajando cualquier tipo de régimen fiscal en detrimento de la clase media, movimiento del que se han beneficiado en el sector tecnológico, el de los automóviles y combustibles fósiles y en las finanzas en general. 

La jornada empezó muy fuerte para las grandes tecnológicas – Amazon, Facebook, Microsoft, Apple...- con aumentos del 4% al 8% que servían de activo refugio. La lira turca se desplomaba y empezaban sus consecuencias, primero en forma de dimisión de su ministro de Finanzas, posteriormente en los bancos españoles BBBVA y Banco Santander, motivo por el que al final el índice Ibex 35 quedó por detrás respecto a sus socios europeos cuando empezó la euforia. 

Entusiasmo por Joe Biden que se hizo palpable en el S&P (3%), el Dow Jones (2,3%) y el Nasdaq 100 (4,5%). Durante unas largas horas, sin embargo, estuvo en el aire presente el peor escenario posible, el de una batalla legal y la ausencia de presidente, la peor de las combinaciones posibles en términos financieros. Algo que, vista la ausencia de transparencia de Donald Trump, parece ser una posibilidad hasta finales de año. 

Esos miedos permanecían en el mundo de las hipótesis conforme los demócratas se afianzaban simbólicamente en su victoria. Ese era uno de los mejores escenarios para muchos líderes europeos cuyas preocupaciones en función de EE.UU pasaban por el apoyo a la OMS, el acuerdo climático o las relaciones con la OTAN, motivos por los que empezaron a enviar sus felicitaciones a Joe Biden y Kamala Harris algunos presidentes, como Macron o Merkel, que casi parecían en sincronización con los entusiasmos bursátiles. 

En el caso de España, pese al retroceso que provocaban las filiaciones con la libra turca, parece que también reinó cierto optimismo ante la perspectiva de que sin un gobierno republicano tal vez se detenga la fuga de inversores americanos que ya antes de la pandemia suponía un descenso de hasta el 57%. Ese ligero repunte del optimismo español no se termina allí ya que son tres las grandes compañías españolas -Iberdrola, Siemens Gamesa y Acciona- que apuestan por las energías renovables en suelo americano y que predicen mejores resultados e inversores con un gobierno demócrata que con uno americano. 

Para acabar con este primer “subidón” de predicciones económicas y felicitaciones hipersticiosas tan propio del mundo de la política y las finanzas, con sus subidas y bajadas que seguro contemplamos en unas semanas, parece que el anuncio de una vacuna por parte de la multinacional Pzifier ha insuflado con el mismo espíritu oracular a toda clase de compañías relacionadas con el turismo. Una excitación global que, por el momento, ya se ha materializado en los índices bursátiles.