A pesar de que la UE todavía no se pronuncia oficialmente con respecto a la decisión del Gobierno de Daniel Ortega de declarar como persona no grata (PNG) a Bettina Muscheidt, quien abandonó el país el fin de semana pasado, todo parecería indicar que la organización estaría considerando seriamente romper relaciones con esta Administración. 

Por su parte, el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), el órgano encargado de las representaciones diplomáticas europeas en el mundo, tampoco se ha manifestado al respecto. 

Aunque por el momento la UE analiza a fondo las implicaciones de estas acciones, más de mil organizaciones de la sociedad civil han sido clausuradas, generando así un escenario en el que la cooperación de la entidad tiene ahora las manos atadas. 

"La expulsión de Nicaragua de la embajadora de la Unión Europea (UE) es una etapa más, que no será la última, de la deriva disparatada de la pareja presidencial. Estamos ante una situación políticamente patológica”, señaló a DW Javier Nart, vicepresidente de la Delegación para las Relaciones con América Central de la Eurocámara.

El detonante 

La decisión del gobierno nicaragüense se dio luego de acusar a la funcionaria por injerencia en asuntos nacionales, una expulsión que llevaría a la organización a asumir una agenda con Nicaragua similar a la que tienen con Venezuela y el gobierno de Nicolás Maduro.

Es importante resaltar que al declarar como persona no grata al embajador de un país, el gobierno de Ortega rompe relaciones diplomáticas con Bruselas, una decisión que, de acuerdo con la respuesta de la entidad internacional, podría ser temporal o ampliarse a importantes áreas como la cooperación y el comercio.

Esto también significa que Nicaragua rompe relaciones con la UE, y no con sus Estados miembros, lo que indicaría un interés de Managua por no romper del todo con el viejo continente. 

Gran paso para#Nicaragua
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— FIDH (@fidh_es) September 15, 2022

Antecedentes 

Luego de que la figura de PNG fuera aplicada a Muscheidt, las relaciones entre la UE y el gobierno de Ortega quedaron suspendidas, a la espera de una respuesta oficial por parte de esta alianza de países europeos. 

Un episodio similar se vivió cuando Venezuela hizo lo propio con la representante de los europeos en Caracas, una situación ante la cual la organización respondió con reciprocidad. Sin embargo, en esa ocasión la embajadora en Bruselas no abandonó el país al ser, al mismo tiempo, representante ante el Reino de Bélgica. 

Sanciones al gobierno nicaragüense 

En 2020 la UE emitió la primera lista de miembros del gobierno que fueron sancionados prohibiéndoles la entrada a Europa y cuyos activos fueron congelados.

Mientras la lista continúa creciendo, gracias a la adhesión de jueces y fiscales partícipes en las condenas a distintos presos políticos, en 2021 la entidad decidió no reconocer las elecciones presidenciales ganadas por Ortega, a las cuales calificó como una “farsa electoral”.

Asimismo, la UE se ha venido manifestando en contra del gobierno de Nicaragua desde hace varios años, incluyendo quejas formales sobre la situación de los presos políticos, la desaparición del espacio para la sociedad civil, la expulsión de organizaciones internacionales, la represión, la situación de las cárceles y, por último, el encarcelamiento de miembros de la Iglesia Católica.

"Hay veces en que el silencio es una forma de decir. El SEAE está actuando con infinita prudencia, cargándose de razones para tomar decisiones en forma relevante a esta agresión, por parte de un país que ha recibido y sigue recibiendo fondos importantes de la UE”, agregó Nart, eurodiputado por España de la bancada liberal.