Récord de familias inmigrantes cruzan la frontera y retan a Trump
A pesar de lo que la Administración Trump ha asegurado, su política de tolerancia cero no ha desmoralizado a los inmigrantes a la hora de emprender el viaje a…
La batalla de la Administración Trump por conseguir detener definitivamente el flujo de inmigrantes indocumentados a través de la frontera con México es cada vez más desesperada.
A pesar de las amenazas de funcionarios como el Fiscal General Jeff Sessions y el vicepresidente Mike Pence - quienes aseguraron que si se les advertía a los inmigrantes que serían detenidos y separados de sus familias dejarían de intentar entrar al país – los datos recolectados por las agencias gubernamentales han demostrado que las familias inmigrantes no se han dejado intimidar sino, por el contrario, se han sentido más estimuladas a emprender el viaje.
A principios del mes de agosto, el Washington Post reportaba que el número de familias inmigrantes detenidas durante el verano se había visto prácticamente inalterada, y que se esperaba un descenso puntual durante las semanas de altas temperaturas que remontaría al final de la temporada.
La premonición fue más que cierta.
La Patrulla Fronteriza ha arrestado alrededor de 17.000 familias durante el mes de septiembre, un número inaudito en el flujo transfronterizo, según reportó nuevamente el Post, y que representa “un aumento del 80% desde el mes de julio”.
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Los datos fueron obtenidos por el medio y formarían parte de un reporte estadístico no publicado del Departamento de Seguridad Nacional.
“Grandes grupos de 100 o más padres e hijos centroamericanos han estado cruzando el Río Bravo y los desiertos de Arizona para entregarse”, explica el medio. Los inmigrantes argumentan temer por sus vidas al regresar a sus países y las familias obtienen una fecha de aparición ante la corte y se les deja libre.
Asesores presidenciales como Stephen Miller, el jefe de personal John F. Kelly o hasta la secretaria de prensa Sarah Huckabee Sanders han insistido en que el discurso debe virar hacia una culpabilización de los inmigrantes por “tráfico de niños”, lo que permitiría la instauración de nuevas políticas de separación familiar.
Aunado a ello, una nueva caravana de más de 2.000 inmigrantes hondureños han hecho la travesía hacia Guatemala y pretenden llegar a la frontera estadounidense para sumarse a los solicitantes de asilo.
Desesperado por la “amenaza”, el presidente Trump ha amenazado cortar las ayudas económicas a Guatemala, Honduras y El Salvador si sus gobiernos “permiten a sus ciudadanos o a otros viajar por sus fronteras y terminar en Estados Unidos”.
Sin embargo, y como bien se ha podido comprobar durante los últimos meses, la credibilidad de la “mano dura” del gobierno estadounidense está en picada, y los inmigrantes prefieren retar su suerte y seguir ingresando en flujos sin precedentes.
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