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El candidato presidencial mexicano Andrés manuel López Obrador (d) a su llegada a un acto protocolario en el municipio de Santiago Ixcuintla, en Nayarit (México). EFE/Equipo de prensa del Candidato
El candidato presidencial mexicano Andrés manuel López Obrador (d) a su llegada a un acto protocolario en el municipio de Santiago Ixcuintla, en Nayarit (México). EFE/Equipo de prensa del Candidato

Aún desde Estados Unidos, los mexicanos pueden cambiar el futuro de su país

Los mexicanos en Estados Unidos tienen un obstáculo menos para ejercer su voto y cambiar el futuro de su país de origen.

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Alrededor de doce millones de mexicanos viven en Estados Unidos. Eso es casi el 10% de la población entera del país; casi cuatro millones más que Ciudad de México. Ahora imagínese que todas esas personas puedan votar para elegir al próximo presidente mexicano.

No es cualquier cosa, ¿no es cierto?

Los mexicanos residentes en Estados Unidos no sólo son expatriados; son también “una de las mayores fuentes” de ingreso económico para el país centroamericano, a través de las remesas familiares anuales.

Según explica el New Yorker, tan sólo el año pasado la cantidad de dinero enviada por mexicanos a sus familias en México “sumaron casi 29 mil millones de dólares”, es decir “nueve mil millones más que lo que México hizo con sus exportaciones de petróleo”.

Aún así, esta fuerza no se ha visto representada en las decisiones políticas del país, siendo estos ciudadanos frecuentemente ignorados por las campañas y por las maquinarias políticas durante cada circuito electoral.

Sin embargo, este año las cosas parecen haber cambiado.

Frente a unas elecciones el próximo 1 de julio, donde se elegirá al próximo presidente, 128 senadores, 500 diputados federales y “otros miles más de funcionarios locales”, campañas como la del candidato Andrés Manuel López Obrador, han decidido hacerse con esos 8 millones de votos.

“Es muy importante esta oportunidad. En las dos ocasiones anteriores en las que ya el voto de los mexicanos en el exterior aplicó para las elecciones fue en 2006 y 2012. Sin embargo, solamente lo pudieron hacer con las credenciales que habían obtenido en México”, explicó Juan Antonio Longueria, coordinador de la promoción del voto de los chiapanecos en el extranjero del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana de Chiapas a Mundo Hispánico.

“Esta va a ser la primera elección en que los mexicanos en cualquier lugar donde se encuentren pueden obtener su credencial para votar”, aseguró.

Esto implicará que gran cantidad de mexicanos en Estados Unidos no tendrán que poner en riesgo su estatus o su seguridad para participar del ejercicio democrático del voto en su país de origen.

“Si bien el voto está permitido desde 2005 para los mexicanos que viven en el exterior, este es el primer ciclo electoral en el que les ha sido posible obtener su credencial electoral en los consulados en el extranjero, sin necesidad de regresar a México, algo que había sido una barrera importante en elecciones anteriores”, explicó Univisión.

Y es que para estos ciudadanos un asunto está directamente ligado al otro: las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México necesitan un buen par de jugadores; a sabiendas de la contraparte estadounidense, los mexicanos necesitan un dirigente político que le haga frente desde su propio terreno, a diferencia de lo que, para muchos, ha estado haciendo el actual presidente Enrique Peña Nieto.

“La reticencia de Peña Nieto a criticar a Donald Trump ha disminuido aún más las perspectivas electorales de su partido (PRI)”, continúa el New Yorker, en especial ante el fuerte surgimiento del partido de izquierda de López Obrador (PRD), quien tiene a sus propios grupos comunitarios trabajando por concientizar el voto de campesinos e inmigrantes, y poder así cambiar el escenario político mexicano de manera definitiva.