El martes 12 de abril se aprobó en la Cámara de Representantes de Pensilvania un proyecto de ley que prohíbe a las niñas y mujeres deportistas transgénero competir en equipos deportivos acordes con su género.

La legislación se aprobó con una votación bipartidista de 115-84, y ahora se dirige al Senado para su consideración. 

Sin embargo, el gobernador Tom Wolf ha dejado claro que vetará la ley. 

"Mientras los estados de todo el país impulsan una legislación transfóbica, algunos republicanos de la Asamblea General pierden el tiempo intentando hacer lo mismo en Pensilvania. "No pasará por mi escritorio". escribió Wolf en Twitter. 

A pesar de la amenaza de veto, la patrocinadora del proyecto de ley, la diputada Barb Gleim, insiste en que su proyecto de ley "nivela el campo de juego" para las atletas cisgénero.

"Permitir que los hombres biológicos compitan en los deportes femeninos revierte casi 50 años de avances duramente ganados por las mujeres y destruye la competencia justa y las oportunidades deportivas de las mujeres", dijo Gleim.

El proyecto de ley 972 de la Cámara de Representantes, también conocido como Ley de Equidad en el Deporte Femenino, establece que todos los equipos deportivos patrocinados por entidades públicas, y algunas instituciones privadas, deben ser designados como femeninos, masculinos o mixtos y que los equipos diseñados para mujeres o niñas "no pueden estar abiertos a estudiantes del sexo masculino".

El proyecto de ley define "sexo" como la "distinción biológica entre hombre y mujer basada en la biología reproductiva y la composición genética". 

El sexo es una categoría que se refiere ampliamente a la fisiología de un individuo, y el género se refiere a un sentido innato de identidad.

Durante la mayor parte de la historia, los términos sexo y género se han utilizado indistintamente, pero en la última década, los científicos están presentando una nueva historia: que el género va "más allá de la biología" y que el sexo no es tan binario como se pensaba.

Las personas "intersexuales" nacen con una mezcla de anatomía femenina y masculina, tanto interna como externa. A veces tienen una combinación inusual de cromosomas, como los hombres que albergan un X extra o las mujeres que físicamente parecen femeninas pero llevan un cromosoma Y", dijo el pediatra Dr. Jason Rafferty a CBS News en 2018.

Debido a esto, muchos críticos argumentan que el lenguaje del "sexo biológico" es demasiado simplista y engañoso.

Este acalorado debate sobre la inclusión de los deportistas transgénero, especialmente las niñas y las mujeres, se ha convertido en un importante punto de atención en la política, especialmente entre los conservadores. El proyecto de ley de Pensilvania es la última legislación dirigida a los deportistas trans que se está impulsando a nivel estatal. 

Los conservadores insisten una y otra vez en que las mujeres y niñas trans tienen ventajas físicas innatas sobre las mujeres y niñas cisgénero, pero según un informe de 2017 publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina, no se ha documentado "ninguna investigación directa o consistente" sobre tal ventaja. 

"Actualmente, no hay ninguna investigación directa o consistente que sugiera que los individuos femeninos transgénero tienen una ventaja atlética en cualquier etapa de su transición y, por lo tanto, las políticas deportivas competitivas que imponen restricciones a las personas transgénero deben ser consideradas y potencialmente revisadas", decía el informe. 

El proyecto de ley llega después de que la nadadora de la Universidad de Pensilvania, Lia Thomas, se convirtiera en la primera atleta trans en ganar un título de la División 1 de la NCAA tras quedar primera en la prueba de 500 yardas libres femeninas en marzo.

Thomas, que anteriormente competía en el equipo masculino de Penn, se ha convertido sin quererlo en el rostro del debate sobre la participación de las mujeres transgénero en el deporte. 

La propia NCAA se opone a este tipo de prohibiciones. El pasado mes de abril, la organización dijo que vigila de cerca estas prohibiciones para garantizar que los campeonatos de la NCAA se celebren de forma "acogedora y respetuosa con todos los participantes."

La Unión Americana de Libertades Civiles de Pensilvania también ha denunciado el proyecto de ley tras la votación en la Cámara. 

"En lugar de abordar los verdaderos retos a los que se enfrentan los estudiantes deportistas, como la falta de recursos equitativos para los deportes femeninos, la ley HB 972 opta por una "solución" en busca de un problema", escribió la ACLU de Pensilvania en un comunicado en su página web. 

Varios demócratas de Pensilvania se pronunciaron en contra del proyecto de ley antes de la votación del martes, entre ellos los congresistas Malcolm Kenyatta, Anita Kulik y Emily Kinkead. 

Kinkead, del condado de Allegheny, habló de cómo su participación en el campo a través durante la escuela secundaria y el apoyo de su entrenador la ayudaron a procesar el abuso de la infancia. 

"Este es un problema con el que nuestros jóvenes trans se enfrentan todo el tiempo, no ser apoyados, tener miedo de decir su verdad, que los adultos en sus vidas sean los que los atacan", dijo Kinkead. 

Kenyatta, uno de los tres únicos miembros abiertamente LGBTQ de la Cámara, subrayó que nadie más en la cámara entiende lo aterrador que es para los jóvenes salir del armario como LGBTQ en sus familias, escuelas y comunidades. 

También se refirió a la HB 972 como un proyecto de ley "a favor de la muerte", citando las altas tasas de ideación e intentos de suicidio entre los jóvenes transgénero. 

"[La HB 972] es un intento de aislar aún más a los jóvenes trans en Pensilvania, un grupo que ya se enfrenta a un riesgo desproporcionado de acoso y suicidio", dijo Sam Ames, Director de Defensa y Asuntos Gubernamentales de The Trevor Project, en un comunicado.