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En el 2005, la entonces Fiscal de Distrito de Filadelfia, Lynne Abraham, hizo públicos los hallazgos de una investigación sobre el presunto abuso sexual de cientos de niños. Foto: Archivo de AL DÍA News
En el 2005, la entonces Fiscal de Distrito de Filadelfia, Lynne Abraham, hizo públicos los hallazgos de una investigación sobre el presunto abuso sexual de cientos de niños. Foto: Archivo de AL DÍA News

La debilidad de las leyes, los plazos de prescripción continúan evitando las acusaciones contra los “sacerdotes depredadores”, dice AG Shapiro.

Pese a los hallazgos recientes del informe del gran jurado, la oficina de Shapiro sólo ha podido presentar cargos contra dos de los 301 “sacerdotes…

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De no ser por las bases establecidas más de una década antes en Filadelfia, el informe histórico del gran jurado publicado por la oficina del Fiscal General de Filadelfia, Josh Shapiro en agosto del año pasado en el que más de 300 “sacerdotes depredadores” en la Iglesia católica estaban implicados por el supuesto abuso de más de 1,000 niños, quizá no hubiese sido posible.   

En 2005, la entonces Fiscal de distrito de Filadelfia Lynne Abraham hizo públicos los hallazgos de una investigación del gran jurado sobre el presunto abuso sexual de cientos de niños por parte de 60 sacerdotes en la ciudad, y los esfuerzos de la Iglesia católica por encubrir los incidentes.

También, tan solo tres años antes, el equipo de reporteros investigativos de Spotlight del Boston Globe, expuso el abuso sexual extendido de niños por parte de los sacerdotes de la Iglesia católica en Boston --otra investigación revolucionaria a la que el Fiscal General señaló como un predecesor importante a la investigación -- de la que el Fiscal General pudo hacerse cargo y seguir hasta su conclusión en Pensilvania.

“Pienso que el trabajo que realizó Lynne[Abraham] en Filadelfia fue sumamente importante, y fue revolucionario. Nuestro trabajo se basó en eso, e identificamos a más de 300 “sacerdotes depredadores”, por lo que la cifra en sí era significativamente más grande, aunque investigamos las diócesis en todo el estado”, le dijo Shapiro a AL DIA durante una entrevista el martes.

“Lo que hicimos fue desarrollar el buen trabajo realizado en Filadelfia; desarrollamos el buen trabajo realizado por el Boston Globe en su serie Spotlight, y ampliamos sobre esta base, y publicamos lo que pensamos aún es el informe más grandes y más completos de su tipo en la historia de los Estados Unidos”, continuó.  

Pese a los descubrimientos de la investigación de Abraham, debido al plazo de prescripción de las acusaciones, el gran jurado no pudo procesar a ninguno de los depredadores identificados de abuso, o a algún funcionario de la Iglesia involucrado en el encubrimiento.

Sólo fue en 2011, después de otro informe del gran jurado sobre este asunto, que la Oficina del Fiscal de distrito, ahora bajo la dirección de Seth Williams, pudo acusar a Monseñor William Lynn, el pastor de la iglesia de St. Joseph en Downingtown, de conspiración y de poner en peligro a los niños. Williams se convirtió en el funcionario de cargo más alto en la Iglesia romana católica en los Estados Unidos de ser enjuiciado por cargos relacionados con el abuso sexual de menores”, reportó en ese entonces el New York Times.

Ahora, cerca de 15 años después de que los hallazgos perturbadores de su investigación fueron publicados, una investigación a escala estatal encontró prácticas similares que encubrían el abuso a gran escala dentro de la iglesia en todo el estado.  

“El hecho que las mismas cosas persisten y hacen que otra investigación sea necesaria, esta vez en todo Pensilvania, no debería sorprenderle a nadie sintonizado con la corrupción de la iglesia”, le dijo Abraham a PennLive durante una entrevista realizada el verano pasado.

“Los Papas han sabido de los depredadores sexuales en la iglesia por generaciones pero pensaban que la iglesia era más importante que proteger que los niños bajo su cuidado y control. Poco ha cambiado con el transcurso de los años. Su respuesta consistentemente ha sido “miente, niega y encubre”, agregó.

La Arquidiócesis de Filadelfia --que no fue incluida en el informe del gran jurado de Pensilvania debido a la investigación anterior de 2005-- le dijo a AL DIA que han adoptado medidas para abordar el tema.

“El abuso sexual de los menores es un mal de la sociedad que puede surgir en cualquier parte. Es un problema en casi toda profesión, en millones de hogares, y en instituciones públicas. No es únicamente un problema católico, pero la Iglesia católica ha hecho más que cualquier otra institución en los últimos años por combatir el problema”, escribió el jefe de comunicaciones, Kenneth Gavin, en un mensaje de correo electrónico.

“Es importante señalar que la Arquidiócesis ha trabajado de forma continua y enérgica durante los últimos años para corregir la forma en la que protege a los niños y las familias a las que sirve, entre ellas: en nuevas políticas y procedimientos, nuevas normas de conducta ministerial, nuevos miembros en la junta supervisora de la arquidiocesana quienes constituyen una amplia representación de expertos en la investigación,y el enjuiciamiento del abuso sexual”, agregó.   

A pesar de los más recientes hallazgos del informe del gran jurado, la oficina de Shapiro sólo ha podido presentar acusaciones contra dos de los 301 “sacerdotes depredadores”, debido a la debilidad de las leyes y los plazos de prescripción”.

“Lo que hemos exigido, y lo que el gran jurado ha exigido, y lo que yo he defendido, [son] las reformas a nuestras leyes estatales para asegurar que cosas como estas jamás vuelvan a ocurrir”, dijo Shapiro.  

“Lo primero que haré es luchar para que esas reformas sean aprobadas”.