Puede parecer una pequeña preparación por parte de la Administración Biden para tener una versión en español del sitio web de la Casa Blanca lista el primer día, pero habla mucho de la diferencia de opinión entre la administración entrante y saliente con respecto a la creciente población hispanohablante de los Estados Unidos.

Hace cuatro años, cuando la Administración Trump tomó el poder, la versión en español del sitio web de la Casa Blanca se apagó, y el entonces Secretario de Prensa, Sean Spicer, sólo tuvo que responder por su ausencia después de que suficientes servicios de noticias en español expresaron su indignación para captar la atención de la mayoría.  

Al asumir el cargo, Trump había golpeado constantemente a la población latina de EE.UU., centrando la mayor parte de su ira en los inmigrantes que cruzaban la frontera entre EE.UU. y México. 

En la mayoría de los casos, el español es su lengua materna. Para ello, Trump predicó un mensaje de asimilación al país, citando el aprendizaje del inglés como un componente clave del proceso.

La respuesta de Spicer a una semana de la presidencia de Trump sobre la falta de una versión en español del sitio web de la Casa Blanca fue que la administración aún estaba en el proceso de construirlo. 

Es una respuesta que los reporteros, tanto de la corriente principal como de la de habla hispana, escucharían de la Administración Trump en los próximos cuatro años, ya sea sobre las directrices actualizadas en torno a COVID-19 o la estéril cuenta de Twitter en español para la Casa Blanca. 

Mientras que el veredicto sigue en pie sobre si La Casa Blanca verá un renacimiento en Twitter, el sitio en español de la Casa Blanca es un buen lugar para que Biden empiece a recuperar gran parte de la confianza perdida entre la población de habla hispana de los EE.UU. y el gobierno federal.

La realidad es que tener el sitio web de la Casa Blanca o cualquier sitio federal en español ya no es una cortesía, sino una necesidad.

Las elecciones presidenciales de 2020 fueron un ejemplo de esa necesidad.

Los votantes latinos, algunos de los cuales sin duda sólo hablaban en español, fueron parte del empuje histórico de la demografía para involucrarse en el proceso político.

Esos votantes salieron en cifras récord para apoyar a Biden y ayudarle a voltear estados como Arizona y Pennsylvania.

En las próximas elecciones, esos votantes sólo jugarán un papel cada vez más importante a medida que la población de los EE.UU. se aleje de su mayoría blanca de habla inglesa.