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China ha anunciado este miércoles 4 de abril de 2018 nuevos aranceles del 25 % a un total de 106 productos importados de Estados Unidos, entre los que figuran la soja, automóviles y aviones, por valor de 50.000 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros). EFE/ Yu Fangping
China ha anunciado este miércoles 4 de abril de 2018 nuevos aranceles del 25 % a un total de 106 productos importados de Estados Unidos, entre los que figuran la soja, automóviles y aviones, por valor de 50.000 millones de dólares (unos 40.000 millones…

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“Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”, escribía el presidente estadounidense en Twitter a principios del mes de marzo, después de anunciar impulsivamente un aumento sobre las tarifas de importaciones de acero y aluminio.

Según ha explicado el Washington Post, las estrategias unilaterales de Trump intentan pasar por encima de organizaciones como la Organización Mundial de Comercio (WTO, por sus siglas en inglés), argumentando que se trata de “un asunto de seguridad nacional”.

“Trump ha defendido las medidas, argumentando que su razonamiento de seguridad nacional está justificado porque Estados Unidos necesita producir más acero y aluminio para su sector de defensa”, continúa el Post.

Pero su administración prosiguió anunciando una lista de bienes chinos que estaban en la mira para tarifas “punitivas” en respuesta a la supuesta postura de Beijing que “presionar a compañías extranjeras para que cedan su tecnología”, explica el portal Economic Times.

En retaliación, Beijing ha anunciado una lista de bienes estadounidenses de hasta 50 mil millones de dólares que son susceptibles a aumentos de tarifas, desencadenando lo que muchos prevén como la antesala a una guerra comercial.

Tan sólo el día lunes, China aumentó los aranceles sobre el cerdo, las manzanas y otros productos estadounidenses para balancear las tarifas de acero y aluminio.

¿Qué es una guerra comercial?

Este tipo de desencuentros está descrito por los especialistas en economía como “el conflicto entre dos o más naciones con respecto a tarifas impuestas el uno al otro”, y suele desencadenarse por el interés de cada país de “mejorar las importaciones o exportaciones” para su propia nación, conllevando al aumento potencial de los costos sobre algunos bienes.

Según explica la BBC, el riesgo más importante es que las tarifas y las imposiciones aumenten al punto de “desencadenar tensiones políticas entre ambos países”.

¿Quién dio el primer golpe?

Para el presidente Trump, “Beijing está violando los acuerdos de libre comercio” al presionar a las compañías extranjeras en el asunto de tecnología, intentando deshacerse de su competencia a cambio de acceso al mercado.

Esto también es llamado “robo de propiedad intelectual” por la Administración Trump, y forma parte de su anticipado criticismo contra China por “prácticas comerciales injustas” que formó parte de su campaña presidencial.

Asimismo, el presidente ha argumentado que el déficit comercial con China es insostenible (el año pasado cerró en alrededor de 375 mil millones de dólares), lo que supone que se están comprando muchísimos más productos a China de lo que Estados Unidos está exportando.

¿Por qué le llaman proteccionismo?

Según continúa la BBC, ese sistema económico intenta “impulsar la economía del país y protegerla de la competencia extranjera”, algo que Trump habría intentado con el aluminio y el acero pues “podría implicar que las compañías estadounidenses ahora comprarán acero local en vez de extranjero”, mejorando así la producción nacional.

¿Qué está en riesgo?

El Economic Times explica que la relación comercial entre ambos países “es la más grande del mundo”, lo que les presiona a llegar a un acuerdo para evitar perjudicar a los negocios que dependen de ambos.

“Las exportaciones a China financiaron directa o indirectamente 1.8 millones de nuevos trabajos estadounidenses en el 2015”, explica el medio. “Los economistas e inversores temen que otros gobiernos puedan responder aumentando sus propias barreras de importaciones, enfriando el comercio y entorpeciendo la recuperación económica global”.

¿Quién podría ganar?

Según la mayoría de los especialistas, nadie gana en una guerra comercial.

“Lo que viene es que veremos una retaliación de ojo-por-ojo”, dijo Joseph Brusuelas, principal economista en la firma de consultoría RSM, a CNN. “Esta es un escenario clásico en el que ambos pierden, nadie gana”.

Si bien la “palabrería de tarifas” es una táctica de negociaciones, el riesgo de que se vuelva políticamente agresivo es muy alto.

Según explica CNN, “en este momento, China pareciera estar atacando a los estados – y trabajadores – que votaron por Trump en las elecciones del 2016”, en especial al anunciar sus tarifas sobre la soya.

Sin embargo, “los expertos siguen preocupados porque Estados Unidos no ha sido claro con China sobre lo que quiere exactamente. Dicen que la estrategia de Trump podría desmayar ante una China estoica”.