Luego de las imágenes caóticas de familias huyendo de Afganistán tras la vuelta al poder de los talibanes en agosto, en compañía de las representaciones militares de diferentes potencias que hicieron presencia en el país árabe durante 20 años, el grupo radical no ha defraudado a quienes pensaron que con su regreso la vuelta de la represión era inminente.

Las mujeres, especialmente, uno de los blancos predilectos de las políticas restrictivas del régimen Talibán, se encuentran de nuevo en la mira de los abusos, esta vez por una medida que les restringe su libertad de viajar libremente, únicamente por su condición de mujer.

En una de sus más recientes intervenciones, el gobierno Talibán, por medio de su ministerio de la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, anunció que las mujeres afganas que intenten viajar largas distancias por carretera, solo podrán hacerlo en compañía de un hombre de su familia.

La autoritaria imposición aplica para los viajes de más de 70 kilómetros, al tiempo que les exige usar el velo islámico para ser admitidas en los vehículos. 

Hace tan solo unas semanas, el régimen de los talibanes ordenó a las productoras afganas abstenerse de emitir series o telenovelas en las que participen mujeres.

Asimismo, las periodistas están obligadas a usar el velo islámico cada vez que aparezcan en pantalla, por lo que ninguna de ellas tiene permitido mostrar su cabello.

Ya durante su paso por el poder en la última década del siglo XX, los talibanes vetaron de la educación y del trabajo a las mujeres, algo que pareciera quisieran repetir con sus “restricciones temporales”, medidas con las que aseguran buscan ofrecer espacios seguros para niñas y adultas. 

Con el control Talibán de Afganistán, las escuelas secundarias solo están abiertas para el acceso de estudiantes y maestros varones, mientras que a las mujeres trabajadoras se les prohibió ejercer sus oficios y se les ordenó permanecer en casa.

A pesar de sus compromisos con la comunidad internacional y su supuesta intención de gobernar de una manera más respetuosa con los derechos de niñas y mujeres, los talibanes continúan sin mostrar ninguna seña de una verdadera voluntad de cambio y, por el contrario, siguen adelante con medidas que restringen su libertad e igualdad en Afganistán.

Por ahora, los bloqueos económicos y las denuncias de las entidades internacionales de derechos humanos, no han surtido efecto en el régimen Talibán. ¿Querrán cambiar su imagen el próximo año? Si desean ayuda y aceptación, deberán hacerlo.