El 22 de julio, el presidente Trump dijo que el Departamento de Justicia enviaría un par de cientos de agentes federales adicionales a las ciudades para controlar el aumento de la violencia. 

Los agentes serán enviados a Albuquerque, Nuevo México también, y añadió que también serán vistos en Nueva York y Filadelfia. Sin embargo, Trump dijo que Chicago era la ciudad que más necesitaba los recursos adicionales. 

"Tal vez ningún ciudadano haya sufrido más la amenaza del crimen violento que la maravillosa gente de Chicago, una ciudad que conozco muy bien", dijo Trump.

La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, habló con el presidente sobre los planes que se están estableciendo, los cuales describió en una declaración como "breves y directos".

También dijo que apoya a las fuerzas de seguridad adicionales que colaborarán con la policía de Chicago, compuestas por el FBI, la DEA, los alguaciles de EE.UU., la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, así como por funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional. 

Sin embargo, dijo que cualquier extracurricular de la policía entrante resultará en acciones legales.

"El alcalde Lightfoot mantiene que todos los recursos serán de naturaleza investigativa y serán coordinados a través de la oficina del Fiscal de los Estados Unidos. El alcalde ha dejado claro que si hay alguna desviación de lo anunciado, buscaremos todas las opciones legales disponibles para proteger a los habitantes de Chicago", dijo la oficina de Lightfoot en un comunicado.

A principios de julio, se enviaron a Portland agentes federales no identificados con uniformes de camuflaje para patrullar las calles y proteger los edificios federales de los actos de vandalismo. 

La misión para Chicago es diferente, ya que no está en contra de los disturbios civiles o para patrullar las calles, según el Fiscal de los Estados Unidos John Laush. 

"Se trata de trabajar con el Departamento de Policía de Chicago para hacer lo que podamos para reducir los asombrosos delitos violentos a los que nos enfrentamos en estos momentos", dijo.

El anuncio se produjo un día después de que se produjera un tiroteo masivo en el lado sur de la ciudad, en las afueras de una funeraria, en el que resultaron heridas 15 personas. Una ciudad con altos índices de criminalidad, el año pasado en Chicago fue uno de sus años más violentos en la historia reciente, con 414 homicidios, un aumento de más del 50% en los últimos 12 meses. 

Sin embargo, es difícil creer que su misión no tenga que ver directamente con las protestas derivadas del asesinato de George Floyd el lunes 25 de mayo, después de que un oficial se arrodillara sobre su cuello durante 8 minutos y 46 segundos.

El Fiscal General William Barr ha culpado de la violencia más reciente a la "reacción extrema" de los eventos del 25 de mayo. Trump en un momento dado ha llamado al movimiento "radical" en lo que respecta a la abolición y desfinanciamiento de los departamentos de policía de las ciudades de EE.UU. 

Como dijo Lightfoot sobre los agentes federales que entraron en Chicago, "la prueba estará en el pudín". En Chicago, la misión es proteger al público de los crímenes violentos en las calles.