El ejemplo del presidente Trump de recomendar medidas contraindicadas por la Organización Mundial de la Salud sigue encontrando eco en otros líderes de la región, esta vez en el presidente del Salvador, Nayib Bukele.

El pequeño país centroamericano a la fecha reporta menos de 2.200 casos de COVID–19 con 12,68 tests por cada 1.000 habitantes en promedio. Es decir, El Salvador es el segundo país de Centro América que más tests ha hecho, después de Panamá. Entre tanto, registra 39 defunciones por esta causa.

Según lo que indican los datos oficiales, el presidente salvadoreño ha hecho un buen trabajo siguiendo la epidemia, aunque todavía sea pronto para pensar que hayan “doblado la curva”, porque el número diario de casos no ha descendido aún.

Sin embargo, Bukele anunció hoy su contradictoria postura con relación a la hidroxicloroquina. Por un lado, declarando que la tomaba diariamente “como profilaxis” y que pensaba seguir haciéndolo.

Por el otro, dijo que había sido retirada del protocolo usado por los médicos salvadoreños para atender el coronavirus, si bien seguía estando en la potestad de cada uno recetarla o no.

En su respaldo al medicamento, Bukele se une al presidente brasileño Jair Bolsonaro en hacerle eco a Trump en sus intervenciones.

Esto a pesar de que estudios recientes han encontrado que los pacientes que reciben hidroxicloroquina tienen más probabilidades de fallecer que aquellos que reciben otro tipo de tratamiento y la OMS suspendió los estudios relacionados a ella precisamente por esta causa.