¿La ultra derecha o la izquierda? Es la pregunta que se hacen los chilenos quienes este domingo 19 de diciembre deben definir en segunda vuelta al nuevo presidente del país austral.

En medio de unas de las elecciones más reñidas en la historia de Chile, en la que se debaten entre dos candidatos ideológicamente opuestos para llegar a la Casa de la Moneda, el nuevo mandatario, ya sea José Kast, o Gabriel Boric, deberá, como una de sus primeras medidas al ganar, tratar de unir a un país que se ha dividido en dos extremos a los que les cuesta llegar a consensos.

A dos días de la esperada segunda vuelta, Boric y Kast redoblan esfuerzos y luchan codo a codo por hacerse con los votos que tuvieron los demás candidatos de la primera vuelta, a quienes intentan seducir con sus proyectos opuestos. Esto es lo que hay que saber sobre esta crucial elección:

Tras la primera vuelta, que se llevó a cabo el pasado 21 de noviembre, el derechista José Kast se llevó el 27,91 % de la votación total, seguido por el izquierdista Gabriel Boric, que se quedó con el 25,83 %, los dos lejos de alcanzar la mayoría absoluta que exige la Constitución de Chile.

Con una participación que llegó al 47, 34 %, los votos se distribuyeron entre varios candidatos, resaltando que se quedaron por fuera aquellos que representan la voz de los partidos políticos más tradicionales del país. 

Por un lado encontramos a José Kast, uno de los fundadores del Partido Republicano de Chile, simpatizante del legado del dictador Augusto Pinochet. Por el otro, está Gabriel Boric, del Pacto Apruebo Dignidad, un dirigente estudiantil vinculado a la izquierda.

Kast, de 55 años, se desempeñó como diputado de la Región Metropolitana entre 2002 y 2018, así como concejal de Buin. En su primer intento por llegar a la Casa de la Moneda, en 2017, solo obtuvo el 7,93 % de la votación.

Dentro de sus propuestas para hacerse con la presidencia, el derechista ha ofrecido construir una zanja en la frontera para impedir la entrada al país de migrantes y retirar oficialmente a Chile de la ONU, así como prohibir el aborto y la adopción por parejas del mismo sexo.

Boric, por su parte, tiene 35 años, es abogado y diputado por la Región de Magallanes y Antártica Chilena desde 2014. Ha sido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, desde donde lideró las protestas estudiantiles de 2011 que exigían mayor acceso a la educación. 

En el estallido social de 2019, Boric hizo parte del “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución”. Hace parte del partido de izquierda Convergencia Social, pero luego de las elecciones primarias se convirtió en el candidato por la coalición Pacto Apruebo Dignidad.

Dentro de lo más llamativo de esta segunda vuelta, sobresale que, tanto Boric como Kast, no hacen parte de los partidos tradicionales que se han alternado el poder en las últimas décadas, como Nueva Mayoría de Michelle Bachelet y Chile Vamos del actual presidente Piñera. 

Después de las elecciones del 21 de noviembre, Boric y Kast han intentado seducir a quienes votaron por los otros candidatos, buscando su apoyo para la definitiva segunda vuelta de este domingo. 

Los votos que están en juego para este domingo son los de Franco Parisi, Partido de la Gente, que obtuvo el 12,80 %; Sebastián Sichel, Pacto Chile Vamos, con el 12,78 %; Yasna Provoste, Partido Demócrata Cristiano, con el 11,61 %; Marco Enríquez-Ominami, Partido Progresista de Chile, con un porcentaje de 7,60 %; Eduardo Artés, Partido Unión Patriótica con 1,47 %.

Hasta el momento, y tras el cierre de campaña de ambos candidatos, Parisi no ha hecho público su apoyo por ninguno de los dos candidatos, aunque desde su partido sí lanzaron críticas contra Boric. Por su parte, Sichel anunció su apoyo a Kast, mientras que Provoste ofreció su apoyo al candidato de izquierda. En el caso de Enríquez-Ominami, crítico de la derecha, también anunció su apoyo a Boric.

Cualquiera que sea el nuevo huésped de la Casa de la Moneda deberá respetar el mandato del plebiscito para realizar la Convención Constitucional que deberá reformar la Constitución Política de Chile que rige desde la dictadura de Pinochet.

La nueva Carta Magna, cuyo nuevo contenido debería estar listo para mediados de 2022, busca hacer reformas al sistema político e incorporar nuevos derechos y garantías para los chilenos, que rompan con la crisis de legitimidad que provocó el conflicto social que estalló en 2019.