Donald Trump and Xi Jinping
Donald Trump inició la guerra arancelaria; Xi Jinping respondió. (Foto AFP)

Así se perfila la guerra comercial mundial desatada por el presidente Trump

Mientras China respondía, países de todos los continentes se preguntan hasta dónde llegará este nuevo capítulo de la guerra arancelaria.

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La guerra comercial global ya no es una amenaza latente: está en pleno desarrollo. El aumento drástico de aranceles anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desencadenado una reacción en cadena que sacude los cimientos del comercio internacional. China, la primera gran economía en responder, anunció aranceles del 34% sobre todos los productos estadounidenses, una medida que entrará en vigor el 10 de abril. La ofensiva de Pekín incluye además controles a la exportación de minerales raros esenciales para la tecnología médica y electrónica de consumo.

El impacto ha sido inmediato y contundente. Los mercados bursátiles de Asia y Europa profundizaron las pérdidas tras la estela roja que dejó Wall Street el día anterior, cuando el índice S&P 500 sufrió su mayor desplome desde la pandemia del Covid-19 en 2020, cayendo un 4,8%. El DAX de Frankfurt se hundió más del 5%, París perdió 4,2% y Londres retrocedió 3,9%. En Tokio, el Nikkei cerró con una caída del 2,8%, y el propio primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, calificó los aranceles de Trump como una "crisis nacional".

La reacción de China no fue solo simbólica. Más allá de los aranceles, la presión se extendió a materias primas clave. El precio del cobre, vital para vehículos eléctricos, almacenamiento de energía y energías renovables, se desplomó más de un 5%, marcando su peor caída intradía desde julio de 2022. El petróleo también sufrió: los futuros del West Texas Intermediate se derrumbaron 7,2%, mientras que el Brent cayó 6,8%, amplificando los temores sobre la demanda global de energía.

"El sentimiento es extremadamente frágil ahora mismo", advirtió Chris Beauchamp, jefe de análisis de mercado en IG. "Los inversores están en modo 'llévenme a efectivo', ante el temor de que otras naciones sigan el ejemplo de China, y por supuesto, de que Trump responda con más cargas."

La inquietud es global. Japón intenta calmar la situación mediante una posible llamada directa entre Ishiba y Trump, mientras que en Europa, la Comisión Europea evalúa respuestas que no se limiten a represalias arancelarias. Maros Sefcovic, responsable de comercio del bloque, afirmó que actuarán de manera "serena, cuidadosamente escalonada y unificada", aunque advirtió que la UE "no se quedará de brazos cruzados" si no se logra un acuerdo justo. Francia y Alemania, por su parte, han sugerido que podrían gravar a las tecnológicas estadounidenses como parte de la respuesta.

Incluso los países más pequeños, como los del Pacífico, se sienten atrapados en la tormenta. Estados insulares como Vanuatu, Fiji y Nauru fueron objeto de aranceles punitivos por parte de Estados Unidos, a pesar de sus modestos superávits comerciales. Fiji, conocida por exportaciones como el agua embotellada y el kava, enfrenta ahora un arancel del 32%. "La medida es bastante desproporcionada e injusta", señaló el ministro de Finanzas de Fiji, Biman Prasad, quien añadió que están buscando entender mejor las razones detrás de estas sanciones.

Mientras tanto, la administración Trump mantiene el tono desafiante. Trump mismo desestimó la caída bursátil, asegurando que las acciones "van a explotar", mientras que su secretario de Comercio, Howard Lutnick, pidió paciencia: "Dejen que Donald Trump maneje la economía global. Él sabe lo que está haciendo", declaró en CNN.

No todos en Washington comparten ese optimismo. El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, rompió filas al calificar los aranceles como una "mala política", subrayando que la prosperidad a largo plazo requiere trabajar con los aliados, no en contra de ellos.

La escalada entre Estados Unidos y China no solo amenaza con debilitar a ambas potencias, sino que podría tener un impacto significativo en el crecimiento global. Según Ngozi Okonjo-Iweala, directora de la Organización Mundial del Comercio (OMC), esta guerra comercial podría contraer el volumen del comercio mundial de mercancías en un uno por ciento este año.

China, que exportó bienes por más de 500.000 millones de dólares a Estados Unidos el año pasado, reconoce que la batalla arancelaria podría golpear duramente su crecimiento económico, estimado en un 5% para este año. Analistas consultados por AFP anticipan que la ofensiva estadounidense podría recortar entre medio y un punto porcentual del PIB chino.

Aunque las tensiones siguen al alza, aún queda espacio para la negociación. "Todavía existen oportunidades para que ambas partes reanuden las conversaciones en los próximos meses", dijo Betty Wang, de Oxford Economics. Sin embargo, advirtió que la experiencia histórica demuestra que "los aranceles suben rápidamente, pero bajan muy lentamente".

La pregunta que domina los pasillos del poder en todo el mundo es clara: ¿hasta dónde llegará esta guerra comercial global desatada por Trump? Por ahora, la respuesta parece estar escrita en rojo en los tableros de los mercados internacionales.

Con información de AFP

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