Philly Boricuas organiza la primera asamblea del pueblo sobre Puerto Rico, Filadelfia
El grupo, que es producto de las protestas #RickyRenuncia de este verano, está buscando ampliar el debate y las acciones en beneficio de los puertorriqueños y…
El antiguo gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, puede haberse ido, pero un nuevo grupo conformado por organizadores locales busca mantener el diálogo que se está desarrollando acerca de los cambios que quieren ver los puertorriqueños de la isla y aquellos que viven en Fili.
Los organizadores de Philly Boricuas se conocieron y se unieron en medio del calor de las protestas #RickyRenuncia en el verano.
En julio, miles de personas en Puerto Rico participaron en la manifestación más grande en la historia moderna de la isla, y la diáspora puertorriqueña realizó protestas en todo el mundo para exigir la dimisión del gobernador Ricardo Rosselló después de que fueran publicadas casi unas 900 páginas con el contenido de un grupo de chat privado entre Rosselló y sus asesores. En los mensajes había vocabulario misógino y homófobo, e incluso burlas a las más de 4.000 víctimas fatales del huracán María, que golpeó la isla en septiembre de 2017.
Aunque Ricky sí renunció el 2 de agosto, permanecen en el aire las interrogantes acerca del futuro de Puerto Rico, como también los desafíos que afrontan los puertorriqueños, en la isla y en la diáspora.
Adrián Rivera-Reyes, un investigador postdoctoral del cáncer en la Universidad de Pensilvania, que por estrecho margen perdió las elecciones primarias democráticas en mayo, dijo que la formación de Philly Boricuas “surgió orgánicamente” en medio de las protestas contra Rosselló.
Después de intercambiar información y de una serie de reuniones en diferentes sitios del norte de Fili, los organizadores decidieron seguir trabajando juntos y formar una organización de base.
Cerca de 30 personas asistieron a su primera Asamblea del Pueblo, que tuvo lugar el 26 de octubre en el Taller Puertorriqueño en el norte de Filadelfia.
Desde la dimisión de Rosselló, ha habido más de 50 asambleas populares en todo Puerto Rico como espacios para discusión acerca de lo que vendrá después.
En territorio continental de Estados Unidos, ha habido por lo menos tres asambleas en la ciudad de Nueva York, que posee la comunidad de puertorriqueños más grande, y algunos de los organizadores de Philly Boricuas asistieron a la asamblea popular que tuvo lugar en agosto en Washington, D.C.
El organizador, Puchi De Jesús, dijo que la meta del primer evento de Philly Boricuas, al estilo de las otras asambleas populares que se han hecho en Puerto Rico y en comunidades de la diáspora, era “iniciar la conversación y hacer que las personas sintieran que tenían un espacio donde se pueden expresar”.
“Fue muy bueno escuchar las ideas y opiniones de todos y cómo se sentían sobre los temas porque eso nos da una idea de lo que necesitamos hacer y en lo que necesitamos enfocarnos”, agregó.
La asamblea incluyó una presentación de la historia política de Puerto Rico, y estableció una relación entre la corrupción en Puerto Rico con figuras públicas y los problemas locales de Filadelfia. Los expositores también presentaron las similitudes entre los problemas de gentrificación de Filadelfia, propiciados por las zonas de oportunidad federales establecidas por la reforma fiscal Tax Cuts and Jobs Act de 2017 de la administración de Trump, y los incentivos fiscales generados por las zonas de oportunidad federales y las leyes 20 y 22 de Puerto Rico, que permiten a los no puertorriqueños comprar casas y terrenos y por ende convertirse en residentes de la isla.
Al mismo tiempo que más de 150.000 puertorriqueños salen de Puerto Rico cada año, debido a la falta de acceso a la educación, oportunidades laborales, y más; unas 1.500 personas de “alto poder adquisitivo” han comprado una casa y han recibido la residencia para vivir en la isla, dijeron los expositores.
Durante la sesión de micrófono abierto, muchos asistentes ofrecieron sus propias habilidades para apoyar el movimiento, y dos miembros de la audiencia además comentaron acerca de la necesidad de que las comunidades afroamericanas colaboraran con la comunidad puertorriqueña, así como contra el racismo y la opresión sistemática que enfrentan.
Entre los asistentes a la asamblea estuvieron la concejal de la ciudad María Quiñones-Sánchez, que abandonó su lugar acostumbrado en el podio para sentarse en medio de los miembros de la audiencia mientras los organizadores hacía la presentación y la audiencia tomaba turnos para participar en la sesión de micrófono abierto.
Víctor y Madeline Negrón, dos activistas y filántropos puertorriqueños que han estado comprometidos durante largo tiempo con problemáticas dentro y fuera de la isla, dijeron que era muy emocionante ver cómo una generación más joven estaba encargándose de organizar la comunidad puertorriqueña de Filadelfia y fortaleciendo la conexión con aquellos en la isla.
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“Me encanta que haya amigos jóvenes, inteligentes, con buenas intenciones…que estén dispuestos a desarrollar procesos que permitan la inclusión, lo que quiere decir: oír diferentes opiniones y no juzgarlas”, comentó Víctor Negrón. “No había visto un movimiento tan entusiasta como este en mucho tiempo. Vieron que la concejal vino a dar su apoyo. No se sentó al frente, no les dijo qué hacer”.
Dijo que la comunicación entre aquellos de la isla y la diáspora es de “crítica” importancia”. Los Negrón residirán de manera permanente en Puerto Rico muy pronto, y planean seguir trabajando con la comunidad boricua de Filadelfia, para trabajar con los problemas de la isla — una misión que incluye coordinar la implementación en el terreno de los recursos que salieron de la campaña de recolección de fondos, liderada por el artista de grafitis local, Christian “TAMEARTZ” Rodríguez.
“Vamos a marcar la misma diferencia que hemos tratado de marcar aquí, pero necesitamos seguir conectados porque la única manera de arreglar Puerto Rico es con la diáspora”, comentó Negrón.
Charito Morales, una activista de la comunidad y enfermera que también es organizadora de Philly Boricuas, dijo que el cúmulo de muchos problemas de falta de acceso a servicios de salud y educación antecedían al Huracán María y siguen representado un desafío inmenso para la salud física, mental y económica de los puertorriqueños.
“La gente tiene que atravesar tres o cuatro municipios para poder acceder a servicios de salud”, dijo Morales. Hizo énfasis en la necesidad de que los miembros de la diáspora de Fili y en otros lugares trabajen con las personas de la isla por su el mayor acceso que tienen a recurso e información.
Los organizadores dijeron que no se ha decidido todavía la fecha para la próxima asamblea popular, pero actualmente trabajan en recopilar las respuestas de una encuesta hecha a la comunidad puertorriqueña de Fili. Esperan que al compilar las respuestas en inglés y español de la gente, podrán presentar a la comunidad una imagen de sus prioridades, inquietudes y perspectivas.
“No queremos venir a dictar, sino queremos entender y ver con los recursos que nosotros hemos tenido, y las habilidades que tenemos, como podemos incorporar más gente, y entonces hablar estos problemas y empezar a atacar estas situaciones teniendo en mente que es lo más que le interesa y lo más importante para la comunidad.” Rivera-Reyes dijo.
De Jesús dijo que la primera reunión la dejó sintiéndose “motivado”.
“Este es nuestro primer evento y no esperaba que viniera una cantidad loca de personas como para llenar un estadio ni nada, pero se trata de aprovechar el ímpetu porque ahora nadie está haciendo el trabajo de organizar a la comunidad puertorriqueña. Existen muchos grupos culturales y sin ánimo de lucro que se están enfocando en diferentes cosas, pero nadie está creando organizaciones de base, ni asegurándose de que la comunidad puertorriqueña salga a reclamar respeto y dignidad, y me parece que es necesario” expresó De Jesús.
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