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Huellas dactilares. Fuente: EFE/Javier Tormo
Huellas dactilares. Fuente: EFE/Javier Tormo

Alta tecnología para más deportaciones

El gobierno de Donald Trump está utilizando alta tecnología de vigilancia y localización para ubicar a ciudadanos inmigrantes objetos de deportación.

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Tecnología avanzada, diseñada para la lucha contra el terrorismo, está siendo utilizada por los agentes de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), para vigilar y localizar a inmigrantes candidatos a deportación.

El asunto salió a la luz una vez se hiciera pública la detención de Rudy Carcamo-Carranza, un camarero de 23 años de El Salvador que poseía dos órdenes de deportación por conducir bajo los efectos del alcohol y por huir tras haber atropellado a alguien.

Según recopila The Atlantic, la nueva estrategia de Donald Trump estaría basada no sólo en la vigilancia y en los métodos tradicionales de investigación, sino en el control de datos a través del entrecruzamiento de plataformas.

En la orden ejecutiva emitida por el presidente durante su quinto día en el puesto, las nuevas medidas para las Comunidades de Seguridad incluían un pie de página que pocos notaron: “algunas líneas más abajo, la revocación de la Ley de Protección a la Privacidad para los no-ciudadanos, hacía más fácil que las agencias federales compartieran información fundamental con el ICE sobre inmigrantes indocumentados”, expone el medio.

Las nuevas medidas forman parte de la promesa electoral de Donald Trump de “deportar inmediatamente a 3 millones de inmigrantes indocumentados”, a quienes calificó de criminales, miembros de pandillas, narcotraficantes y “bad hombres”.

Después de los eventos del 11 de Septiembre, Estados Unidos invirtió gran parte de su presupuesto en tecnología de primera para encontrar y neutralizar a quienes supusieran una amenaza para el país. Son esas herramientas las que ahora son utilizadas contra los inmigrantes.

Drones, reconocimiento de cara, escáneres móviles de huellas dactilares y simuladores de estación celular (torres de telefonía falsas que permiten capturar información de teléfonos móviles), son las tecnologías de última generación que han reducido de manera importante los costos en las investigaciones y en los programas de vigilancia federales, sobre todo después de que la administración Obama autorizara el traspaso del registro de huellas dactilares desde las prisiones locales hacia el Departamento de Seguridad Nacional, obteniendo un torrencial de información que permitió la localización y la detención de miles de inmigrantes.

Según continúa The Atlantic, la diferencia entre Trump y su predecesor es que durante la administración Obama, gran parte de las detenciones y deportaciones se llevaban a cabo en la frontera bajo su Programa Prioritario de Ejecución, y los objetivos eran aquellas personas con récord criminal. En el caso de Trump, los casos de detenciones y deportaciones de inmigrantes sin historial criminal son mucho más altos, reportándose un aumento de hasta el 40% durante sus primeros meses en el mando.

Entre el sólido discurso anti-inmigrante y la más alta tecnología de su mano, el programa de deportaciones de Donald Trump es mucho más avanzado y agresivo que los anteriores, abriendo el foco a territorios lejos de la frontera.

Un vocero del Departamento de Seguridad Nacional aseguró a NBC News que los drones de la frontera no se limitarían a esa zona sino que serían utilizados “donde fueran necesarios”.

De esta manera, la nueva administración ha logrado sortear las medidas legales que protegen la privacidad de los ciudadanos, pues existe un vacío legal en cuanto a las últimas tecnologías, aún cuando las legislaturas estatales han intentado promover leyes que protejan los datos personales.

El agravante es que, cuando de datos se trata, no hay distinción de ciudadanía y a este ritmo, el nuevo gobierno estaría observando y vigilando a cada uno de los ciudadanos estadounidenses.