Ocasio-Cortez: la mujer de clase media que representa el nuevo liderazgo demócrata
Durante su intervención en la convención demócrata, la representante mostró por qué es la nueva generación del liderazgo del partido.
Los demócratas no deben estar preocupados por la renovación de sus liderazgos y por las posibilidades que puedan tener en el futuro de la carrera política. Personas destacadas tienen y prueba de ello fue Alexandría Ocasio-Cortez, la neoyorquina que, como se lo enrostran sus contradictores y a ella le resbala, pasó de ser mesera en su ciudad natal a representante a la cámara. En su experiencia vital, todo suma, como lo dijo durante su intervención.
Ese puede resultar siendo un factor decisivo no solo en esta campaña sino en la vida política de AOC, como le dicen sus seguidores.
Su presentación durante la convención fue muy significativa. Por sus mensajes, obviamente, por el reconocimiento que sus partidarios le dieron al darle el honor de ser una de las speakers en un horario premium y por la reacción de sus seguidores que la interrumpieron varias veces con una aclamación cerrada.
Detengámonos en sus mensajes. El primero de ellos fue el de invitar a votar por Kamala Harris como presidenta y a Tim Walz como vicepresidente, porque ellos realmente representan a los trabajadores estadounidenses y van a adelantar una política en favor de esta población.
Aquí lanzó varios dardos al oponente republicano, Donald Trump a quien señaló por querer solo su bien personal y el de sus amigos de Wall Street.
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“Sabemos que Donald Trump vendería este país por un dólar si eso significara llenarse los bolsillos y engrasar las palmas de sus amigos de Wall Street” y acto seguido pronunció una de sus frases más fuertes y que marcó un pico en las emociones del público: “Por mi parte, estoy harta de oír que un pequeño rompe-sindicatos se considera más patriota que la mujer que lucha cada día por sacar a los trabajadores de debajo de las botas de la codicia que pisotean nuestro modo de vida”.
El patriotismo de AOC es tal vez el que pueda marcar la diferencia con el patriotismo de Trump: ella conoce a sus electores y a la clase media y trabajadora. Sabe cómo llegarles al alma, algo que aprendió sirviendo a los clientes de un restaurante y no en los pasillos del Capitolio o en las salas de compra y venta de títulos valor en Wall Street; esto representa una enorme ventaja, porque estas premisas pueden ser mucho más fuerte que los prejuicios y sesgos a los que Trump acude en sus discursos.
Su cercanía a la clase trabajadora se nota cuando gradúa de clase media pura también a Kamala Harris al señalar que “estoy aquí esta noche porque Estados Unidos tiene ante sí una rara y preciosa oportunidad en Kamala Harris; tenemos la oportunidad de elegir a una presidenta que está a favor de la clase media porque ella es de la clase media”. De nuevo el auditorio estalló aquí en un aplauso sonoro.
AOC no es la protagonista de este proceso de elección, pero puso sobre la mesa un punto central en la discusión que terminará balanceando las cargas magnéticas del electorado: quién tiene las mejores propuestas para una clase media que siente demasiada incertidumbre y está esperando por alguien que realmente logre mejorarles sus condiciones de vida.
Esa será la respuesta que nos darán nos electores el próximo 5 de noviembre, cuando Estados Unidos conozca el nombre de su nueva Presidenta o nuevo Presidente.
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