Lula sumaba el 48,34% y Bolsonaro el 43,27%. El resultado deja clara la polarización política del gigante suramericano, entre la extrema derecha y la izquierda. La segunda vuelta entre los dos candidatos se llevará a cabo el próximo 30 de octubre. El potencial electoral es de 156,4 millones de personas.

Las encuestas han dado como favorito a Lula, quien estuvo en la Presidencia entre el 2003 y el 2011, mejorando significativamente los indicadores socioeconómicos del país de 212 millones de habitantes y multicultural.

Para Bolsonaro el resultado es mejor de lo que indicaban las encuestas, en medio de posiciones como la permisividad de la deforestación del Amazonas, pese a las advertencias de Naciones Unidas y organizaciones ambientalistas sobre los riesgos que tiene su deterioro para el planeta.

Además de las elecciones presidenciales, Brasil vota por los gobernadores de los estados. Para destacar, en Rio de Janeiro obtenía la mayoría Claudio Castro, del partido de Bolsonaro.

El resultado de las elecciones presidenciales no solo es importante para los brasileños. De ganar Lula, se consolidaría un importante bloque progresista en la región, con los presidentes de Chile, Colombia, Argentina y Honduras, entre otros, que les harán contrapeso a los gobiernos de derecha. De ganar Bolsonaro, sería un aliado de los republicanos en Estados Unidos, que buscan que Donald Trump llegue de nuevo a la Presidencia.