La justicia siempre se impondrá a la mera legalidad.

Como algunos antiguos profetas judíos bien supieron expresar, “muchas injusticias se fraguaron mediante decreto” para así ‘legalmente’ perseguir a los inocentes.

En un intento de caracterizar a una muchedumbre de latinos que se manifestara durante “Un día sin inmigrantes” frente al Independence Mall  el 14 de febrero del 2006, y nuevamente en este año en el sur de Filadelfia, el columnista Stu Bykofsky se refirió a ellos como si actuaran con escandaloso descaro, es decir ‘chutzpah’.

Chutzpah es una expresión hebreo-yidish que significa descaro y arrogante presunción.  Esta palabra fue empleada para describir a los “alienígenas ilegales y criminales por definición” según el airado Bykofsky, porque según él tuvieron el descaro de reclamar sus ‘inexistentes derechos’.

Quizá aquellos “criminales por definición” ó “latinos chutzpáhdicos’ también se merezcan, ya que estamos en esa onda xenofóbica, ser enviados a campos de concentración –de hecho ya miles están detenidos-, y darles un uniforme con un ‘triángulo azul’ el símbolo que los nazis emplearan para identificar a los inmigrantes.

La semana pasada nuestro querido columnista tronaba nuevamente contra los ‘ilegales’ inmigrantes y demandaba saber si existía un vocablo en español para ‘chutzpah’.  Stu, aquí está: “Agallas”.

La audacia no es siempre desvergonzada ni impúdica; al menos no cuando alguien se pronuncia por lo que es justo, sea legal o no.

En los anales de la historia hebrea las parteras judías son una fuente de gran orgullo para su gente, incluidos los hispanos judíos sefardíes, y algunos gentiles (goi).  Las parteras judías escogieron ignorar la ley que las obligaba a matar a cualquier varón  judío recién nacido.

Al amparo de la legalidad muchas atrocidades se han perpetrado.

Inmigrantes lo suficientemente audaces para clamar su causa y afirmar sus sueños no son ni arrogantes ni criminales.