LIVE STREAMING

Una vida independiente, pero llena de enfrentamientos

Documentó durante un día los retos que enfrenta el Puertorriqueño Antonio Cancel, quien desde have años navega la ciudad de Filadelfia en su silla de ruedas. 

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Llegó la nieve a Pensilvania

Líos financieros en Septa

Temple nombra a Pedro Ramos

Tristeza en ASPIRA

Lebanon recauda fondos

Todo sigue igual

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

Hay tan solo siete taxis en la ciudad de Filadelfia para atender a toda persona con discapacidad física. "¿No es esto segregación?" preguntan Germán Parodi y Antonio Cancel, dos activistas boricuas y cuadrapléjicos.


Quisimos tener una idea más clara acerca de las dificultades que las personas con discapacidad física enfrentan en la ciudad de Filadelfia, especialmente las que quieren acceder y disfrutar del Bloque de Oro. Para ello, recorrimos una parte importante de la Calle 5 en compañía de Antonio Cancel, un puertoriqueño de pura cepa que lleva rodando su silla desde hace 23 años, y la fotógrafa y la videógrafa del periódico AL DÍA, Samantha Madera y Christine Killion respectivamente.

Con un día soleado de viento helado nos encontramos en Market y la 7  en Filadelfia para tomar la ruta 47. 

Nuestro primer conductor de Septa no pudo disimular la molestia de tener que romper la rutina entre el freno y el acelerador, para desplegar la rampa y asegurar a nuestro protagonista. "Yo he visto pasajeros que se quejan cuando los conductores recogen a personas en sillas de ruedas", dijo una usuaria dentro del bus como dejando constancia para los medios de comunicacion. "El 70 por ciento del tiempo los conductores hacen mala cara; algunas veces dicen que la rampa esta dañada; otras, que debemos esperar 10 minutos por el siguiente bus", agregó Antonio. Diez minutos más en climas extremos, pueden ser agónicos, pensé.

En la 5 y Lehigh nos bajamos y calentamos motores al paso de las notas caribeñas de la Casa Musical aliviados al comprobar que tiene rampa. Señores, estamos en el Barrio, lugar en donde los Walnuts se convierten en palmeras de hojalata y donde los gallos cantan en invierno a las once de la mañana para hacerle coro a Héctor Lavoe. 

"El tumbao" no nos aguantó para cruzar los cuatro carriles de Lehigh. En el Barrio, las señales de tránsito corren más riesgo y la cortesía puede tornarse relativa. No importa si se está en silla de ruedas, en caminador, con bastón o en un par de bien articuladas piernas, cruzar Lehigh es siempre un reto. 

Notamos agradecimos que Concilio y Congreso son accesibles. Unos metros más, comprobamos que Taller Puertoriqueno "ubicado en el corazón del Barrio" lleva 30 años sin pensar en construir una rampa que facilite la entrada, al menos al primer piso de su edificio ubicado en la 2721 N. 5th Street, lugar en donde tiene la librería y en donde se presentan los escritores de la comunidad. Ni riesgo de subir a la galería. Carmen Febo, médica de profesión y directora de Taller Puertoriqueño, dice telefónicamente al otro día de nuestro recorrido que hay una entrada por la que se puede acceder, sin embargo quien dirige la librería no supo guiarnos y más aún, se molestó con las preguntas. 

No todos pero sí una gran mayoría de los negocios del Bloque de Oro —peluquerías, barberías, farmacias, bancos, oficinas de abogados y de medicos— carecen de rampa y los andenes pueden ser campos minados para personas en sillas de ruedas. En nuestro Barrio de puertoriquenos, dominicanos, venezolanos, cubanos, colombianos, hondurenos …, no pensamos en quienes cargan con una discapacidad física. 

En nuestro recorrido escuchamos de todo: "Por ley tenemos que poner rampa" dijo una simpática empleada de una peluquería. "No sé porqué el dueño no pensó en poner una rampa", dijo la empleada de una farmacia. "Ninguna persona con discapacidad viene a nuestro consultorio", dijo la asistente de odontología de un consultorio ubicado al final de una escalera no apta para enfermos del corazón; "eso es culpa del dueño porque ella —refieriéndose a la odontóloga— tan solo rentó", agregó. 

Con frustración tomamos nuestro segundo bus que nos dejó en Tierra Colombiana. Sitio emblemático del Barrio en donde pudimos compartir y sentirnos orgullosos de nuestra cultura gastrónomica latinoamericana. Sus empelados amablemente nos acomodaron de la mejor manera. Sin embargo, Antonio tuvo que medir muy cuidadosamente el consumo de líquidos porque los baños no son accesibles y aun nos quedaba un largo trecho para volver "a la ciudad".  A la salida notamos que el segundo piso, lugar muy usado por la comunidad para talleres, seminarios y reuniones, tampoco es  accesible. Ni las rumbas Latinas ni las reuniones con la comunidad serán una opción para Antonio en Tierra Colombiana. 

De regreso nos montamos en la ruta 47 con la "barriga llena" y sin el corazón contento. La situación para nuestros conciudadanos es precaria y ciertamente no se la hacemos fácil. Antonio nos propuso visitar el mural de las paredes del Hospital Hahneman ubicado en Broad y Vine a manera de cierre. Y allá lo vimos: empotrado, mirándonos desde arriba. Más de un transeúnte al verficar el parecido con la realidad, sonrió. No es para menos, conoció uno de los famosos.


Lo institucional 

Quisimos saber si la Cámara de Comercio Hispana, bajo el liderazgo de Varsovia Fernández, tiene alguna iniciativa para atraer a 22 mil —según el City Council—  posibles consumidores en sillas de ruedas que tiene la ciudad, pero la cita fue cancelada dos veces. Quisimos comunicarnos con Ángel Cruz para saber la opinión de alguno de nuestros líderes políticos frente a nuestro descuido como comunidad, pero nunca nos devolvieron la llamada. 

"Si reciben recursos federales, por ley deben ser accesibles", me dijo en nuestra entrevista personal Germán Parodi de Liberty Resources, organización no gubernamental ubicada en Market y la 7 creada para abogar y promover un estilo de vida independiente para las personas con discapacidad física.

"Llevo 10 años trabajando con muchas organizaciones de muchas comunidades y he trabajado proyectos con organizaciones Latinas y creo que no están conectados y cada uno quiere representar sus intereses sin ver el interés general; y lamentablemente fraccionan a la comunidad y en la fracción de la fracción, la discapacidad no cuenta", agregó Parodi quien también es puertorriqueño y también rueda su silla.

Septa atendió el llamado de la prensa latina, "desafortunadamente la rampa de los buses se daña con frecuencia. Ahora bien, todos los conductores reciben entrenamiento para ofrecer el servicio a pasajeros con discapacidad. La discapacidad física es importante para nosotros", comentó Cassandra West, Regulatory Coordinator-Paratransit.

"La ley de discapacidad (Americans with Disabilities ACT, ADA) fue aprobada en 1990 pero el servicio de Septa de buses en todas las rutas y todos los buses se presta desde 2005. Les aconsejamos tener otro tipo de sistema pero ahora habrá que esperar hasta el 2018 cuando se renueve la flota", reiteró Parodi. "De 48 estaciones del subway, 28 son accesibles. Sólo un trolley es accesible y son muy pocas las estaciones de tren con acceso". Con los taxis es otra la historia. "Existen, desde el 2011, tan sólo siete taxis en la ciudad de Philadelphia para atender a las personas con discapacidad físicas. ¿No es esto segregación? Tú sales a la calle alzas la mano y accedes a un taxi", me dice Parodi. "Para el verano esperamos tener 45 más gracias a un acta en Harrisburg. Y David Oh, council at large, está trabajando para traer 150 más a través de una resolución patrocinada por María Quiñonez". 

La situación laboral no es muy distinta, de acuerdo con el censo 2013 menos del 20 por ciento de la población con discapacidad física severa, está empleada; comparada con el 79,1 por ciento empleadas sin discapacidad, al menos visible. "El empleador piensa en el costo que le va a traer tener un cubículo con un escritorio especial y baños acceesibles", explicó Parodi. 


Lo humano

Han sido varias las horas de conversación y confesión con Antonio Cancel y Germán Parodi. Ambos puertorriqueños, ambos con lesión en la c6 (área cervical) es decir, cuadrapléjicos. 

Antonio se encontró con su discapacidad un día soleado de vacaciones a sus 13 años cuando salió de paseo al río con sus amiguitos y en una de esas volteretas traicioneras de la vida, se lanzó y cayó al agua y por mucho esfuerzo, no avanzó hacia la superficie. No se ahogó de milagro. Y de milagro sobrevivió hasta los 15 años postrado en una cama recorriendo con sus ojos las calles que veía desde la ventana de su casa, hasta que llegó el servicio de terapia física de San Juan. Para ese momento sus piernas se habían atrofiado. Llegó a Filadelfia para ser tratado en el Hospital Shriners, lugar en donde vivió dos años internado.

Cualquier no discapacitado físico envidiaría su capacidad emocional. Estudió diseno gráfico  y de páginas web en el Instituto de Arte de Filadelfia y trabaja como diseñador freelance desde su casa. 

Germán Parodi divide su tiempo entre sus estudios de Ciencia Politica en la Universidad de Temple y su trabajo en favor de quienes sufren discapacidad física. A los 17 años recibió un tiro en el cuello cuando alguien intentaba robar el carro en un parqueadero de Loíza, Puerto Rico. 

Llegó a Filadelfia buscando una mejor atención médica y una mejor calidad de vida. Cuando trabajó tiempo completo para Liberty Resources pudo comprar su casa y acoplarla según sus necesidades, "no fue ni fácil ni barato". Hoy a sus 29 años con su experiencia personal y su formación profesional, aboga incansablemente desde Philly hasta Washington para facilitarle la vida a quienes sufren discapacidad física sin importar etnia, religión u origen.


Con discapacidades en Pensilvania y Filadelfia

Las cifras para la población latina son desconcertantes de acuerdo con el Reporte de Discapacidad del Censo de 2011. 

» El 12.9 de no hispanos contra el 8.3 de hispanos, sufren discapacidad. Es decir, aportamos un alto porcentaje en las estadísticas.

» Pensilvania tiene una tasa de 11.4 de población con discapacidad. 

» La tasa más alta la tiene West Virginia con 17.8 y la más baja North Dakota con 7.4.

» La discapacidad aumentó de acuerdo con el último censo (2012) de 2.2 millones a 54.4 millones.

» Las causas más communes de discapacidad física son los accidentes de tránsito, caídas y la mala práctica de algunos deportes.

» De 62.2 millones de niños menores de 15 años, 5.2 sufren de discapacidad.

La discapacidad física puede ser severa y no severa e incluye personas en sillas de ruedas, bastón, muletas o caminador. 

De acuerdo con U.S. Censo del 2000, Filadelfia tenía 354,409 ciudadanos con discapacidades.


El Alcance de Liberty

Para recibir ayuda e información adicional sobre discapacidad y servicios: Germán Parodi, Germanparodi@libertyresources.org o (215) 634-2000 ext 107

Liberty esta iniciando un Latino Outreach Iniciative liderado por Antonio Cancel: Antoniocancel@libertyresources.org o (215) 971-0660 ext 108.