Como todo lo que hace José Garcés, la fundación que el chef estableció hace tres años para ayudar a la comunidad latina inmigrante, continua creciendo y mejorando. 

Para su gala anual, que se llevó a cabo el pasado 29 de octubre en el Kimmel Center, Garcés reunió a algunos de los mejores chefs y restaurantes de Filadelfia en uno de los eventos gastronómicos más anticipados en la ciudad.

En entrevista con AL DÍA News, el director de programas y operaciones, Michael Barnes, nos puso al tanto sobre el impacto de la fundación. 

“El primer año trabajamos por establecer la fundación, el segundo por desarrollar los programas, y este año nuestro objetivo es seguir creciendo a la vez que hacemos frente a las crecientes y cambiantes necesidades de las personas a quienes servimos”, dijo Barnes.

A través de su día de salud comunitaria, el último año beneficiaron a unos 175 pacientes y proveyeron unos $60.000 en servicios de salud. Anteriormente los servicios incluían pruebas de presión, de diabetes, así como cuidado dental y consejería sobre recursos de salud disponibles. Pero durante el último año han agregado otros servicios a través de asociaciones con otras organizaciones como Action Aids, para proveer pruebas de VIH, y Susan G. Komen, para proveer información y exámenes de cáncer de seno.

“En el último año tuvimos un paciente que tenía un problema en el corazón y el cual fue detectado durante uno de los días de salud comunitarios, así que lo conectamos con Puentes de Salud para que recibiera tratamiento”, dijo Barnes. 

Respecto a las clases de inglés para trabajadores de la industria de restaurantes, la fundación expandió el número de estudiantes por sesión de 50 a 75, y benefició a un total de 150 adultos en el último año. Además expandió el programa para incluir clases de computación e incluso un club de lectura, en el cual los estudiantes avanzados han leído libros como “Night”, “The House on Mango Street”, “The Things They Carried”, y “Tell the Wolves I’m Home”.

“El próximo año vamos a implementar pruebas estandarizadas para evaluar mejor y medir el progreso que sabemos que nuestros estudiantes están haciendo”, dijo Barnes. 

Para algunos estudiantes las clases representan una oportunidad por crecer dentro del restaurante en que trabajan. Patricia González comenzó como ‘busser’, ahora es ‘food runner’, y quiere ser mesera. Parece un avance modesto pero si sigue así quizá un día podría llegar a ser gerente del restaurante en el que trabaja. Mientras tanto, de regreso en la gala, se siente segura de practicar lo aprendido y de contar su historia en inglés en frente de los grandes donadores.

 “Los estudiantes nos dicen una y otra vez que ahora se sienten mucho más seguros en su trabajo, y que no les da miedo iniciar una conversación en inglés”, dijo Barnes. “Pero lo que nos emociona no son solo los pequeños logros que están haciendo en su vida ahora sino que están fijando objetivos para sí mismos de lo que pueden lograr en un futuro”.

Por otra parte, la fundación también expandió su programa de verano a través del cual estudiantes de escuela públicas visitan “Luna Farm”, la granja en donde se cultivan de manera orgánica las frutas y verduras que Garcés utiliza en sus restaurantes. 

Durante el último año un total de 300 niños tuvieron la oportunidad de dar un paseo por la granja.  

“El objetivo de la excursión es que los chicos se diviertan y aprendan de nutrición para que se sientan seguros de tomar decisiones sobre lo que comen en su vida diaria y que hablen con su familia al respecto”, dijo Barnes. 

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la fundación está trabajando y no solo a beneficio de la comunidad latina inmigrante. 

“Nuestro objetivo principal es proveer servicios a la comunidad latina inmigrante así como los recursos que necesitan para ayudar a que Filadelfia crezca como una ciudad en su totalidad”, finalizó Barnes.