Un 27 por ciento de estudiantes de UPenn, víctimas de abuso sexual
El abuso sexual continúa siendo una lacra en las universidades del país, tal y como desvela un informe.
El abuso sexual continúa siendo una lacra en las universidades del país. Los esfuerzos de los centros y las organizaciones estudiantiles que luchan por educar y prevenir este tipo de conductas no han conseguido evitar que, por ejemplo, en la actualidad uno de cada diez estudiantes estadounidenses confiese haber sido víctima de este tipo de agresiones desde su llegada al campus.
Y este es tan solo uno de los demoledores datos extraídos de una encuesta realizada por la Association of American Universities (AAU), bautizada como Campus Climate Survey on Sexual Assault and Sexual Misconduct, y en la que han participado 150.072 jóvenes de 27 centros universitarios del país entre los que se incluye la Universidad de Pensilvania.
En este centro de Filadelfia, un 27 por ciento de las jóvenes universitarias reportó haber sido víctima de un tipo de abuso sexual (no hay que olvidar que no solo la violación debe ser considerada como tal, también los tocamientos o cualquier conducta que no haya sido consentida por alguna de las partes). En el caso de los hombres, el porcentaje disminuyó al 5 por ciento.
Sin embargo, los datos varían en función de los centros. Desde el 13 por ciento de Caltech hasta el 30 por ciento de lugares como la Universidad de Michigan o la Universidad de Southern California. En la Universidad de Virginia el índice de sucesos de este tipo es del 24 por ciento.
En cuanto a las víctimas, las más desamparadas son las mujeres, el colectivo transgénero y las personas que se definieron como homosexuales (un 60, 4 por ciento aseguró haber sufrido este tipo de agresiones, frente al 45,9 por ciento de los heterosexuales). Los estudiantes que padecen algún tipo de discapacidad son otro de los grupos más vulnerables del campus; un 31,6 de las jóvenes con discapacidad reportaron un abuso, mientras que en el caso de aquellas sin discapacidad el porcentaje desciende hasta el 18,4 por ciento.
Por raza, las asiáticas son las menos propensas a sufrir una agresión de esta índole; un 37,9 de ellas reconoció haber sufrido una, frente al 51,3 por ciento de las blancas. Lo mismo sucede con las alumnas casadas frente a las que están solteras, el ratio es del 2,1 por ciento para las primeras y del 6,3 para las segundas.
Aunque si hay un colectivo especialmente vulnerable ese es el de las alumnas de primer año. En la Universidad de Pensilvania, un 22,8 por ciento de las jóvenes que participaron en la encuesta aseguraron haber sufrido una agresión sexual cuando cursaban el primer año de carrera. También los hombres que ingresan en la universidad las padecen, concretamente un 5,5 por ciento.
Sustancias como el alchohol y las drogas incrementan en gran medida el riesgo de sufrir una situación de este tipo. Así, un 5,4 por ciento de los encuestados reconocieron haber sufrido una violación por incapacitación, frente al 5,7 por ciento, donde intervino la fuerza física.
Desafortunadamente, el número de jóvenes que denuncian su caso continúa siendo aún muy escaso. El mayor número de reportes se realiza en los casos de acoso (28 por ciento) y violación con penetración (25,5 por ciento). Considerablemente más bajo es el porcentaje de jóvenes que denuncia tocamientos sexuales. ¿El motivo? Incluso cuando se produce una violación, más de la mitad (58,6 por ciento) considera que no se trata de un incidente lo suficientemente serio. Y un 35,9 por ciento reconoce no reportar la situación, bien porque se sienten avergonzados, bien porque no creen que el acto vaya a ser castigado.
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