Darío Villanueva, una de las figuras más prominentes dentro del mundo académico de las letras en castellano –antiguo rector de la Universidad de Santiago de Compostela, crítico literario del suplemento El Cultural del diario El Mundo y secretario de la Real Academia Española–, visitó el pasado lunes las instalaciones del Departamento de Español de la Universidad de Temple, en Filadelfia, para hacer una presentación sobre la obra del escritor peruano Mario Vargas Llosa.

Villanueva, autor de medio centenar de libros, dedicados algunos de ellos a escritores hispanohablantes como Emilia Pardo Bazán, Camilo José Cela y Rafael Sánchez Ferlosio, hizo un recorrido por la vasta obra del escritor peruano, deteniéndose cuando ésta se entrelaza con la vida del autor y examinando los componentes tanto de realismo como de ficción que la definen.

El catedrático recordó que obras como Los Cachorros, que narra la propia experiencia de Llosa en sus épocas de estudiante en una academia militar, o la Tía Julia y el Escribidor, que hace eco del matrimonio prematuro del autor, evidencian el origen autobiográfico de muchos de los libros del peruano, y sirven a su vez como punto de partida para explorar la dosis de realismo que caracteriza la creación literaria del Nobel. 

"Vargas Llosa concibe la novela como una suma de la realidad, al mismo tiempo que comprende lo quimérico de esta misión –dijo Villanueva–. [...] Según lo explica él mismo, lo que busca con sus novelas es rescatar al lector de esa cárcel que es la vida real."

Así mismo, Villanueva dijo que pese a que la obra de Llosa no abunda en peripecias, "la lengua luce por sí misma en toda su expresividad", y agregó que la práctica de la literatura en Llosa va encaminada a rechazar el argumento de que los lectores ya no encuentran un escape a través de las letras. Para ello, trajo a colación una de las grandes frases que pronunció el peruano en Estocolmo durante la ceremonia de premiación del Nobel: "Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida".

De otro lado, Villanueva afirmó que el éxito de Vargas Llosa no puede desligarse del movimiento literario de la década de los sesenta en Latinoamérica, que se dio a conocer por lo alto en 1982 con el premio Nobel otorgado a Gabriel García Márquez.

"Vargas Llosa ha dicho que la literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad del ser humano, ayuda a eclipsar las diferencias entre unos y otros –dijo Villanueva–. [...] Llosa creía en la identificación profunda  del escritor con el humanista contemporáneo, su obra se remite constantemente a Suramérica y al Perú sin importar el escenario en que suceda. [...] Por eso dijo en Estocolmo: 'Mi patria no tiene identidad, por que las tiene todas"'.

Por último, el catedrático aseguró que Llosa practica un realismo total, que se alimenta de vivencias personales y de manifestaciones contemporáneas como el cine, la radio o los cómics, pero dentro del cual tiene cabida un realismo imaginario.