El pasado 23 de Junio, la organización Juntos recibió múltiples reportes de posibles abusos en contra de la comunidad en el sur de Filadelfia por parte de diferentes fuerzas policiales, incluyendo el FBI, la policía local y agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). 

Según la información presentada, los agentes allanaron propiedades residenciales en las calles 7, 8 y 9 en el sur de Filadelfia, en gran parte con residentes de origen latino. Oficiales entraron a las casas sin mostrar claramente órdenes de cateo y proveyendo poca o nula interpretación cuando ellos interrogaban a miembros de la comunidad que solo hablan español.

"Ese miércoles comenzando a las 6:00 a.m. agentes irrumpieron en las casas mostrando sus armas y sacando a niños de sus camas. Luego cuestionaron a miembros de la comunidad sin proveer servicios de interpretación, también cuestionando a los niños sin sus padres, incluso cuando estos pidieron que estuvieran presentes. Creemos que estas son claras violaciónes de los derechos civiles y humanos", dijo Erika Almirón, directora de Juntos durante una conferencia de prensa el pasado 3 de julio.

Un miembro de la comunidad dio su testimonio y describió como los oficiales, quien estaban buscando a su hermano, levantaron a los niños de sus camas. 

"Luego sacaron a su hermano apuntándole con las armas en frente de su familia y le dijeron que no podía hablar en español mientras intentaba consolar a sus niños que estaban llorando", explica un comunicado de la organización.

Después de que tomaron las huellas digitales de su esposo y su hermano, el primero de ellos fue obligado a salir de su casa para ser arrestado y ahora está detenido para ser deportado.

"La comunidad inmigrante ha sufrido grandes pérdidas debido a un sistema injusto migratorio, que separa y destroza nuestras familias. Si el proyecto de la reforma migratoria está siendo discutida nacionalmente nosotros debemos terminar las deportaciones injustas que destruyen nuestras familias localmente así como abordar como reconstruir la confianza entre nuestro departamento de policía local y la comunidad".

En otro incidente descrito por otro líder de Juntos, el joven explicó como oficiales interrogaron a dos niños menores de 18 años sin supervisión de sus padres. "También rehusaron permitirles buscar a sus padres después que ellos repetidamente les pidieron que los dejaran de interrogar. Este tipo de intimidación fuerza a infundir el miedo dentro de la comunidad inmigrante, debilitando la confianza entre las diferentes fuerzas policiales y a los que ellos sirven".

"No temo decirles que el miedo es símbolo de fuerza para otros, por eso no quiero darles ese poder. Especialmente a todas esas personas que nos oprimen con sus leyes antiinmigrantes", dijo Carlos Rojas. "Queremos negociar una calidad de vida justa. No queremos hacer contratos que nos marginen. Este es un país de razas pero con las leyes tan duras que existen hoy en dia confunden raza con racismo", concluyó.