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La organización aglutina 10.500 miembros entre negocios locales y ciudadanos. 

Organizan coalición para enfrentar el impuesto a las bebidas

Philadelphians Against the Grocery Tax, una coalición con cerca de 10,500 miembros — entre negocios locales y ciudadanos — ha sido formada para urgir al Concejo de Filadelfia el rechazo del impuesto a las bebidas azucaradas.
Los miembros de la coalición representan cerca de 500 negocios entre tiendas de víveres, bodegas, teatros de cine y restaurantes de la ciudad.

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Philadelphians Against the Grocery Tax, una coalición con cerca de 10,500 miembros — entre negocios locales y ciudadanos — ha sido formada para urgir al Concejo de Filadelfia el rechazo del impuesto a las bebidas azucaradas.
Los miembros de la coalición representan cerca de 500 negocios entre tiendas de víveres, bodegas, teatros de cine y restaurantes de la ciudad.
Según la organización, esta medida fiscal golpearía duramente a los negocios pequeños de propiedad familiar, a las familias trabajadoras y a comunidades de bajos ingresos.
La coalición se ha propuesto educar a los ciudadanos sobre los impactos de la propuesta, que subiría el precio de cerca de 1.000 bebidas, muchas de ellas parte de las listas de compra habituales de las familias de Filadelfia.
“Miles de ciudadanos y negocios pequeños a lo largo de la ciudad se han unido a nuestra coalición porque saben que este impuesto le hará daño a las familias,” dijo Ricardeau Scutt, presidente de la coalición y dueño de una franquicia de Saladworks en el vecindario de Andora. “Acepté presidir la coalición porque los costos de mi restaurant se dispararían si este impuesto es aprobado. Sin duda perderíamos clientes y tendríamos que aplicar una política de despidos”.
En caso de ser aprobado el impuesto, a una bebida de dos litros con precio de 1,79 dólares se le sumaría un costo de 2,04 dólares, incluso más de lo que cuesta el producto. Actualmente, un paquete de 20 latas de bebidas gaseosas cuesta 5,99 dólares, pero tras la posible aplicación del impuesto el costo subiría a 13,19 dólares.
Al igual que el impuesto a las bebidas endulzadas de tres centavos por onza, las bebidas en dispensadores automáticos — frecuentemente vendidas en restaurantes y cafeterías — recibirían un impuesto de 0,45 centavos por dólar, lo cual subiría los costos asociados con comer en restaurantes locales, asistir a eventos deportivos o incluso visitar el cine local.
“Como dueña de un negocio familiar que ha estado en Filadelfia por 95 años, me siento obligada a oponerme al impuesto a las bebidas azucaradas. En caso de ser aprobado este impuesto reducirá las opciones de los ciudadanos y le hará daño a negocios como los nuestros,” dijo Anne McNally, dueña de H&J McNally’s Tavern en Chestnut Hill.
En 2011, una coalición similar logró el rechazo de imponer un impuesto a las bebidas. “Esperamos que en las próximas semanas vaya en aumento el número de miembros de la coalición a medida que más personas conozcan de lo injusto de esta propuesta fiscal,” aseguró la coalición en una nota de prensa.