“Imagínese el escenario: el Papa, que ha hablado de la gente marginada, de la gente pobre, de la gente que no está atendida… hablando al frente de la Campana de la Libertad, en la cuna de la independencia de Estados Unidos, hablando sobre libertad y los derechos humanos de las personas”. Así se dibuja en la mente de Rey Malavé la visita del Papa Francisco a la Ciudad del Amor Fraternal el próximo mes de septiembre.

Con una amplia experiencia en la comunidad católica en los Estados Unidos centrada especialmente en los jóvenes, Malavé acudirá a Filadelfia al Encuentro Mundial de las Familias a hablar en primera persona de “la familia hispana en el contexto de una sociedad multicultural”. En la sesión donde también participará su mujer Emmabel Malavé “vamos a compartir la experiencia de nuestros hijos, que estuvieron también dentro de la pastoral por decisión y opción de ellos y hasta ahora que son hombres grandes”.

Para ello, Malavé y su esposa explicarán cómo criaron a sus pequeños con una serie de elementos católicos y cristianos, algunos muy reconocibles para aquellos que fueron criados en la fe católica: “Por ejemplo, en la navidad siempre teníamos un pesebre con María y José, sin embargo ellos no estaban ahí siempre sino que empezaban a caminar el 1 de diciembre por toda la casa hasta que la víspera de navidad llegaban ahí”.  Así, sus herederos “iban preguntando y aprendiendo que era eso”. A través de estas acciones, “de esas cosas que nosotros hacíamos todos los días en la casa” los hijos de Malavé pudieron “ver y vivir esa iglesia”.

"La multiculturalidad es una bendición, no un problema"

Para Malavé, la naturaleza multicultural de su familia, tanto Rey como su esposa son inmigrantes, “es una bendición, no un problema”. Además, él mismo defiende como los latinos católicos de los Estados Unidos están llamados a ser “una voz profética” del “valor de la familia”. Para Malavé no todo es “trabajar, trabajar, trabajar” y afirma que “el mayor reto de los hispanos de fe católica es mantener esos valores ante una sociedad que nos está obligando a dejar que los hijos sean criados por otros o por nadie”.

“Nos importa la familia, nos importan los hijos, nosotros tenemos una voz que llevar a través de nuestro ejemplo a esta sociedad de que Dios está primero pero que luego la familia está bien al frente de todo lo que es importante”. Por eso destaca el valor de la iglesia doméstica, “la más importante” asegura, “para para poder desarrollar los valores de los jóvenes”. “Si queremos trabajar con los jóvenes y queremos que ellos sean cristianos, tenemos que trabajar con las familias”, concluye.

La "grandeza" de un Papa hispano

Malavé, que por primera vez acude a este evento familiar, considera además que la visita del Papa a Estados Unidos “es una bendición bien grande, especialmente para el pueblo latino porque este Papa habla español”. “Viene de América, conoce nuestra esencia y eso trae una bendición a nuestro pueblo que se siente más cerca de este Papa en particular. Él es también la voz de los que están marginados, de los que tienen menos… Y los hispanos en Estados Unidos están en ese nivel. El Papa Francisco va a ser una luz grande que va a iluminar a los latinos y darles un refuerzo de un Jesús que vive a través de él”

Él, como muchos, también está ansioso de escuchar a Francisco hablar en su propio idioma. “Esa va a ser la grandeza, esta vez este Papa puede hablar en español, ¡y con su acento argentino!”, asegura. Algo que para Malavé puede tener valor más allá de la cercanía para los latinos: “También será interesante que los americanos le escuchen en inglés con acento hispano. Es una bendición que venga de las Américas, y eso va a dar presencia a nuestra iglesia dentro de una iglesia grande”.