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La última vez que vi a Alejandro Rojas-García

Alejandro Rojas-García, de 34 años de edad, perdió la vida luego de que recibir varios disparos cuando se encontraba conduciendo su vehículo el pasado 24 de…

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La última vez que vi a Alejandro Rojas-García fue hace unas dos semanas en el Community College de Filadelfia (CCP), cuando la institución entregó un reconocimiento al juez de la Corte Suprema de EE.UU., Samuel Alito, el 16 de enero.

Alex se graduó de CCP con honores en diciembre pasado y fue parte de un selecto grupo de estudiantes invitados al evento.

Como periodista para una organización de noticias que busca retratar la experiencia latina en esta nación, siempre estoy buscando formas de hacer una conexión con mi audiencia. 

Ese día se suponía que entrevistara a Alex sobre su reacción al discurso de Alito. Quizá también hubiera tomado la oportunidad de contarme sobre su trabajo voluntario con un grupo de abogados que provee talleres legales a la comunidad, y en las clínicas para limpiar récords criminales, organizadas por Fox Rothschild Center for Law and Society.

Sin embargo, la ceremonia de Alito tomó mucho más tiempo de lo anticipado. Tan pronto cuando se terminó, me fui sin hablar con Alex. Solo lo vi a lo lejos conforme era señalado por Vincent Thompson, especialista de medio de CCP. Él me dijo que Alex quería ser entrevistado por AL DÍA y aparecer en uno de los artículos de ésta organización de noticias. ¿Quién iba a pensar que unos días después terminaría escribiendo sobre Alex después de todo?

El pasado 24 de enero, conforme conducía su nueva SUV en el barrio de Feltonville en el norte de Filadelfia, alguien balaceó su vehículo. Él joven de 34 años de edad fue llevado al hospital de la Universidad de Temple, en donde fue declarado muerto. Un pasajero y compañero de clase de Alex también fue herido y se encuentra en estado grave. 

Nadie ha sido arrestado en conexión al crimen. Su padre, Wilfredo Rojas, vicepresidente de NAACP en el condado Gloucester, quien ha trabajado durante años para ayudar a exconvictos a reintegrarse a la sociedad, ahora pide la ayuda del público para encontrar cualquier información sobre el asesino de su hijo. 

Además de su padre, a Alex le sobrevive su madre, su hija de 16 años de edad, su hijo de 14, y cinco hermanos. La familia hizo pública la siguiente información:

"Alex trabajó desde que tenía 16 años de edad. Alex trabajó para Wachovia Bank y Alliance One Inc., en ambos casos en el departamento de cobranza de cuentas, y fue nombrado uno de los principales colectores en la industria, y apareció en un diario de negocios que resaltó su éxito en este campo de negocios.

Alex se graduó con honores del Community College de Filadelfia, y después se transfirió a la Escuela de Medios y Comunicaciones de la Universidad de Temple, en donde estudiaba Publicidad. Recientemente estaba trabajando con un grupo de abogados para proveer talleres legales en la comunidad.

Entre los intereses de Alex están desde los torneos de billar y domino, al levantamiento de pesas y las artes marciales. Estudió reparación de computadoras. Le encantaba pescar, e introdujo a varios de sus amigos a este pasatiempo. Alex también disfrutaba creando ‘beats’ musicales y escribiendo  letras, y rapeaba con un grupo llamado 'Latin Linxx' en su adolescencia y en sus años como adulto joven. Él se destacaba por su poesía y sus habilidades para escribir letras. Incluso ganó un concurso de expresión creativa en Pensilvania con su poema 'There is Always an I in Choice'. Su poesía lidiaba con asuntos reales de nuestros tiempos y luchas internas que todos hemos sentido en algún momento de nuestra vida. 

Alex fue un amado hijo, hermano, padre y amigo. Él hizo amigos a dondequiera que iba y estaba siempre listo para ayudar a quién sea. Alex llevó felicidad a la vida de su familia, y su inteligencia y humor llenaron los días con alegría. Él tenía un futuro prometedor por delante, pero fue víctima de un crimen despiadado y sinsentido”.

El velorio de Alex se llevó a cabo el lunes 2 de febrero en Baldi Funeral Home; los servicio funerarios el martes 3 de febrero en First Presbyterian Church, y su entierro en el cementerio de San Pedro y San Pablo en Springfield, Pensilvania.

La familia de Alex está llevando a cabo una campaña de ‘crowdsourcing’ para ayudar a cubrir los gastos de los servicios funerarios.