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La 'guerra no declarada' de la violencia callejera

El fotógrafo puertorriqueño Carlos Javier Ortiz ha dedicado casi toda su vida profesional a documentar la violencia callejera y la muerte de jóvenes en…

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El fotógrafo puertorriqueño Carlos Javier Ortiz ha dedicado casi toda su vida profesional a documentar la violencia callejera y la muerte de jóvenes en las ciudades de Filadelfia y Chicago, así como en Guatemala, en lo que considera "una guerra silenciosa y no declarada" que la sociedad pretende ignorar.

Durante siete años ha tomado más de 20.000 fotografías que integran su colección "Too Young to Die: Examining a Lost Generation in America" (Demasiado jóvenes para morir: Examen de una Generación Perdida en los Estados Unidos).

Entre los meses de agosto y septiembre, parte de ese material se convertirá en un libro ("We All We Got"), que incluirá 86 fotografías seleccionadas entre los 500 mejores documentos.

Ortiz, que comenzó como fotoperiodista a los 38 años y se define como documentalista fotográfico, quiere aumentar la conciencia pública sobre la violencia y provocar un debate en torno a lo que considera una tragedia ignorada durante mucho tiempo.

"Todo comenzó con una terrible experiencia personal en Filadelfia, donde un muchacho más joven que yo me apuntó un arma a la cabeza y me dijo 'dame la plata'", declaró Ortiz. "En ese momento pensé que me iba a matar y en cuestión de segundos pensé qué está pasando con los jóvenes, en la pobreza y el crimen".

                                                                                                                                                                                           Carlos Javier Ortiz
 

Ortiz, que en ese momento tenía 24 años, escapó ileso del robo y luego se enteró que su agresor era menor que él y había pasado 11 años en prisión por un intento de homicidio.

Decidido a trabajar en el tema de la violencia juvenil, regresó a Chicago a documentar una "guerra no declarada" que todos los años provoca cientos de muertos entre afroamericanos y latinos, víctimas de enfrentamientos entre pandillas o balas perdidas que impactan en personas totalmente ajenas a los incidentes.

Esa guerra, en su opinión, sería el resultado de muchos años de disparidad social, pobreza, proliferación de armas de fuego y del combate a las drogas.

Ortiz nació en San Juan, en Puerto Rico, pero cuando tenía cinco años sus padres lo llevaron a Chicago y la familia se radicó en el barrio Albany Park.

"De chico me atrajo mucho una cámara Pentax K1000 de mi hermana, y con mi amigo Joe comenzamos a los 19 años a sacar fotos en clubes nocturnos, desfiles gays y de graffitis. Ese fue el comienzo de mi interés por el fotoperiodismo", expresó.

Uno de sus primeros trabajos estables fue en el Chicago Defender, un periódico afroamericano que le permitió conectarse con esa comunidad en el sur de la ciudad, y para el que cubrió marchas y protestas. La experiencia posibilitó a su vez que comenzara a entender el tema de la violencia juvenil.

A lo largo de sus primeros años profesionales Ortiz fue un nómada. Se mudó a Camden (Nueva Jersey) para fotografiar a la comunidad puertorriqueña y de allí se trasladó a Filadelfia, que también sufre la misma violencia juvenil y disparidades sociales que Chicago.

Su trabajo lo llevó también a México, país en el que fotografió a trabajadores migrantes, y a Guatemala, "donde una guerra silenciosa mata a jóvenes como en Chicago", producto de la pobreza, y de la falta de trabajo y de una educación apropiada.

Ortiz recibió una subvención del Centro Pulitzer para documentar las muertes violentas de jóvenes provocadas por armas de fuego en Guatemala y Chicago.

En su opinión, el trabajo de documentalista fotográfico significa una "libertad de expresión" que le permite entender y mostrar "las injusticias del mundo en que vivimos".

"Es difícil vivir del arte en los Estados Unidos y uno necesita que le encarguen trabajos para sobrevivir", reveló.

Entre las publicaciones con las que ha colaborado figuran medios como Business Week, Ebony Magazine, The Guardian, International Herald Tribune, Le Monde, The Washington Post, Newsweek y The New York Times.

Sus imágenes se exhiben en el Museo de Fotografía Contemporánea de Chicago, en el Museo Internacional de Fotografía y en la Biblioteca del Congreso. Además, ha participado en muestras itinerantes realizadas en Colonia (Alemania), París (Francia), Aleppo (Siria) y San Pablo (Brasil).