Lo que el público frecuentemente describe como brutalidad policiaca pocas veces se dictamina como tal en términos legales –desde la reincorporación del oficial Johnathan Josey después de ser capturado golpeando a Aida Guzman en un vídeo durante el desfile del Día Puertorriqueño de 2012, hasta la no acusación de una oficial de la policía involucrada en la detención y registro del adolecente Darrin Manning, quien después fue sometido a cirugía en el Children’s Hospital de Philadelphia. El martes, 6 de enero, Helen Ubiñas del Daily News describió una victoria excepcional para la justicia contra la brutalidad policíaca –la profesora de periodismo de la Rutgers University, Khadijah White ganó su demanda contra la policía de Filadelfia.

Una manifestación facífica de 2012 contra la prohibición de la municipalidad de dar de comer a los indigentes fue interrumpida por la policía, quienes arrestaron a White con tanta fuerza que se quebró el dedo. Debido al arresto, ella no pude asistir a una reconocimiento de servicio comunitario otorgado esa tarde por la Universidad de Filadelfia. En vez, White pasó la noche en la prisión, acusada de resistir arresto, acoso y alteración del orden público. Pero en noviembre, White obtuvo justicia –un jurado dictaminó que dos de los cinco oficiales involucrados, el capitán de Asuntos Civiles Stephen Glenn y el oficial Edward Ashburn habían utilizado fuerza excesiva contra White en un arresto ilegal, otorgándole a ella $23,000 por concepto de daños.

Las víctimas individuales sufren de la brutalidad policiaca, al igual que las relaciones entre los oficiales dedicados y las comunidades a las que éstos sirven. Pero hay otro grupo grande que está afectado. Al final de cuentas, los contribuyentes pagan la cuenta de la brutalidad policiaca. En 2013, 300 demandas de derechos civiles fueron presentadas contra la policía de Filadelfia, aunque no todas llegaron a los tribunales. Ese año, la municipalidad gastó $14 millones en liquidaciones sobre derechos civiles. El año anterior, la municipalidad gastó más de $8 millones.