Las cifras de empleo de noviembre continuaron en una tendencia ascendiente para la economía estadounidense—el desempleo siguió igual en casi todos los grupos conforme los salarios aumentaron a una tasa que no se ha visto en más de un año y los empleadores agregaron 321,000 nuevos empleos, en su mayoría en los servicios profesionales y comerciales, ventas al por menor, atención en salud, manufactura y transporte. Pero el informe sobre el empleo no fue la única buena noticia para los trabajadores estadounidenses. 

El Consejo Nacional de La Raza informó la semana pasada que la medida ejecutiva del presidente Obama de abrir el proceso de solicitud de estatus legal temporal y permisos de trabajo para millones de inmigrantes indocumentados podría resultar en salarios más altos y más beneficios para los trabajadores en todos los EE. UU. El Consejo basó su informe en las consecuencias de la Ley de Reforma y Control de la Inmigración de 1985, que aumentó la productividad y salarios mientras redujo la carga fiscal no solo entre los trabajadores inmigrantes sino todos los trabajadores estadounidenses.
“El aumento de la productividad de la ayuda administrativa se espera que aumente los salarios de los trabajadores nacidos en los EE.UU. por $170 al año”, según el informe, que indicó que aquellos anteriormente indocumentados que logren solicitar ayuda podrían presenciar un aumento salarial de 8.5 por ciento. “Un aumento salarial para las familias de inmigrantes sin duda aumentará su capacidad para frecuentar los comercios locales, estimulando la demanda del consumidor, la creación de empleo y salarios más altos en la economía estadounidense”. 

Pero entre todas estas noticias yace un fenómeno desconcertante: el aumento rápido de la creación de empleos no ha coincidido con el aumento en recién contratados.

Esa es una tendencia percibida por Neil Irwin en el New York Times Upshot del miércoles. En octubre, los vacantes había aumentado por encima del 100 por ciento de las cifras de 2009, pero el número de contratados había aumentado apenas 40 por ciento. Mientras la contratación lenta podría ser una señal de que los empleadores no encuentran trabajadores calificados, Irwin teorizó que los trabajadores en los EE.UU. ya no se encontraban atados a empleos de la época de recesión. La contratación lenta, argumentó, podría ser una señal de que los trabajadores están pidiendo salarios más altos y mejores prestaciones por primera vez en años.