Desde 9.000 dólares en viajes de Uber a 50.000 en alojamientos en el Marriott, la imagen expuesta del estilo de vida de los funcionarios locales por el Contralor de la Ciudad Alan Butkovitz, es de lujo.

En una conferencia de prensa el día de hoy, Butkovitz ha anunciado el resultado de su auditoría sobre el fondo de la Alcaldía, una ONG administrada por el ayuntamiento y que ha sido descrita como un viaje sin retorno a la vida fácil.

Y Butkovitz, cansado del tema, cree que Nutter y otros funcionarios debería reembolsar a la ONG alrededor de 240.000 dólares.

Estas acusaciones se han transformado en debate público y han resultado en una demanda de Desiree Peterkin Bell contra Butkovitz (aunque Peterkin Bell fue desenmascarada por Philly.com al haber gastado 52.000 dólares del dinero de la fundación sin respaldo de documentos en el 2015).

 “El Fondo de la Alcaldía funciona como un agente fiscal esencial para el financiamiento de programas que, se supone, deben beneficiar a los Filadelfianos de todas las edades”, dijo Butkovitz en una declaración. “Sólo porque no sea dinero de la ciudad no significa que deba tratarse como un saco de dinero a disponibilidad de cualquiera, sin supervisión o responsabilidad”.

Aunque el fondo tenía lineamientos para el gasto a través de cheques y otros métodos de pago, los lineamientos estaban notablemente ausentes para tarjetas de crédito, que no poseen ningún tipo de normas.

El contralor apunto los gastos realizados con la tarjeta.

Rodeado por la fanfarria del Fondo de la Alcaldía, el alcalde Jim Kenney y su administración han anunciado esfuerzos para reformar la ONG con nuevos lineamientos de subvención, permitiendo más supervisión desde la Oficina del Director Administrativo, entre otros cambios.