El ascenso del líder corporativo latino en Filadelfia
Esta es una nueva estirpe de liderazgo latino. Es la del líder corporativo con suite ejecutiva y mando en las compañías más grandes de la ciudad. Entre ellos,…
Esta es una nueva estirpe de liderazgo latino. Es la del líder corporativo con suite ejecutiva y mando en las compañías más grandes de la ciudad.
Cada año, la Asociación Hispana de Responsabilidad Corporativa (HACR, por sus siglas en inglés) lanza un Índice de Inclusión Corporativa que analiza la inserción de latinos en las grandes empresas de EE.UU. a lo largo de cuatro ejes: Empleo, Adquisición, Filantropía y Liderazgo. Las conclusiones de su reporte de 2014 fueron que las ganancias significativas se produjeron en empleo (los latinos “comprenden un promedio de casi el 14 por ciento de la base total de empleados” en las empresas analizadas) y adquisiciones, mientras que los esfuerzos filantrópicos con alcance a la comunidad latina crecieron el doble.
Sin embargo, el liderazgo ha sido siempre el eje más problemático. El informe de HACR señala que “los hispanos constituyen poco más del 6 por ciento de los cargos en juntas directivas entre las empresas participantes”, también que “conforman sólo 137 puestos ejecutivos de los más de 4.000” en las compañías que formaban parte del reporte.
Ya en 2010, la revista Forbes estaba escribiendo sobre el fenómeno de los empleados corporativos latinos que avanzan a un ritmo acelerado a las posiciones de mando intermedio pero que se estancan ahí. La famosa revista de negocios atribuyó ese patrón a la reticencia cultural del empleado latino de “expresar desacuerdo con sus supervisores o a hablar en reuniones llenas de personas de mayor estatus corporativo”.
“Esa estrategia funciona bien para un empleado que progresa hacia el nivel medio, puesto que estar siempre de acuerdo o mantener silencio puede significar ser un buen soldado, un jugador de equipo. Pero la mayoría de las organizaciones en busca de talento ejecutivo quieren gente que destaque, que tome riegos y exprese un punto de vista bien definido. En otras palabras, quieren un líder”.
En Filadelfia nunca había existido este tipo de liderazgo, al menos no con la frecuencia que lo vemos ahora. Nunca habíamos pasado de los líderes cívicos, los políticos o los clérigos — el líder corporativo es un nuevo tipo de líder que anuncia un desarrollo superior de la comunidad latina local—.
Hemos entrevistado a cuatro de estos nuevos líderes —Nick Jiménez de Comcast, Juan López de Independence Blue Cross, Anthony Rosado de Wells Fargo, y Natily Santos de Aramark— cuyas historias se pueden leer en esta edición.
Es importante tener en cuenta que dos de las empresas representadas por estos líderes participan en el índice corporativo HACR mencionado al principio: Comcast y Wells Fargo. Ambas anotaron 85 puntos de los 100 posibles en el esquema de indexación en términos de empleo, liderazgo y filantropía analizados en el informe (adquisición se indica en un informe por separado), y que refuerza lo que estos líderes nos han dicho: que su compromiso de servir y representar a la comunidad latina de los ‘suite ejecutivos’ se hace eco del compromiso de las compañías para las cuales trabajan.
Anthony Rosado: Creando una sinergía de mentores
“Mi mentor de vida es mi abuelo, él me enseñó muchas lecciones sobre el trabajo duro. Mientras otros chicos jugaban los fines de semana y disfrutaban de su tiempo libre yo trabajaba con él”, afirma Rosado. “Hasta el día de hoy creo ciegamente que cualquier persona puede lograr sus propósitos mientras realmente lo quiera y no se de por vencida”.
Como actual presidente regional de Wells Fargo en Montgomery County, Rosado tiene bajo su supervisión a cuatro gerentes de distrito y 40 gerentes de sucursales. “La práctica de negocios que implemento y que pido a los gerentes es siempre contar con un panel diverso. Las entrevistas no se realizan hasta que no se tenga un listado de candidatos diverso en género y etnia al seleccionar un nuevo líder. Espero que los demás implementen la misma práctica y enfoque”, dice Rosado.
Como el primer miembro de su familia en entrar en el mundo corporativo, la falta de representación de minorías en el llamado ‘Corporate America’ es una problemática que Rosado toma de forma personal.
Según contó, durante su niñez no tuvo ningún tipo de exposición al mundo corporativo ni a muchos sitios fuera de Filadelfia, “y mucho menos fuera del estado”.
“A pesar de que aprendí sobre la disciplina del trabajo duro, no hubo herramientas de educación. En mi caso las encontré por mi cuenta”.
Por ello reconoce que gracias a que después tuvo acceso a varios mentores, fue que aprendió lo importante que es la educación y la exposición como pieza clave en el desarrollo profesional.
“Me siento responsable de cambiar esa situación. Personalmente trato de dar de regreso a la comunidad y profesionalmente creo en el poder de los mentores”.
Un ejemplo de esto es su colaboración con la Cámara de Comercio Hispana (GPHCC) y el Professional Mentoring Network, programa creado para conectar a estudiantes latinos de ‘high school’ y profesionales con ejecutivos de corporaciones a través de actividades con mentores.
Actualmente Rosado también forma parte de la junta de directores de GPHCC como vicepresidente.
En Wells Fargo también es el presidente del Latin Connection Team Member Networks en Pensilvania y Delaware, actualmente con unos 200 miembros. La iniciativa fue creada para apoyar el crecimiento profesional y educativo, así como el alcance comunitario, el reclutamiento y la retención en distintos grupos minoritarios que forman parte de la corporación.
“El Latin Connection Team Member comenzó en la Costa Oeste y fui el presidente fundador en en el capítulo local en 2011. Lo más gratificante es poder crear una sinergia de mentores a través de la región. Esta es una plataforma única donde la jerarquía no importa y personalmente he creado grandes conexiones a través de ese programa”, asegura Rosado.
Agregó que siente una conexión emocional en su trabajo. “Wells Fargo apoya a personas como yo, me han alentado ha involucrarme en la comunidad y a dar de regreso a ella. Hay muchas compañías que tiene un gran mensaje pero hay otras que realmente lo viven”.
Rosado comenzó su carrera profesional como banquero en 2003, continuando como entrenador de ventas. Después fue ascendido como gerente de distrito en Chester County, administrando 11 sucursales en Wachovia Bank, antes de que éste se uniera a Wells Fargo.
“Cuando fuimos adquiridos por Wells Fargo fui nombrado gerente de marketing regional, y una de mis principales responsabilidades fue la nueva campaña e imagen corporativa en Filadelfia”, agregó.
En retrospectiva ha observado cambios en el panorama corporativo. “No recuerdo que cuando comencé mi carrera existiera ninguno de los recursos de hoy, así que creo que sí es más sencillo que los latinos suban a la cima”, dice Rosado. “Nunca había visto programas tan enfocados en el desarrollo profesional, no solo de los latinos, sino también de otros grupos”.
Según el empresario, para alguien que es nueva generación en la fuerza laboral actualmente existe una mucho mejor plataforma pero solo si es responsable en ello.
“Hay mucha gente que espera que las cosas se den, ya sea por su perfil o por quienes son, pero yo creo que uno tiene que ganarse el éxito. No estoy buscando nada particular o especial para los latinos, lo único que pido es que las oportunidades sean equitativas”, asegura Rosado.
Agregó que en términos de diversidad en compañías y corporaciones se están abriendo oportunidades desde un punto de vista de inclusión, “pero tomará tiempo llegar a donde queremos”.
“Veo muchas oportunidades, creo que el futuro es muy optimista para los latinos. Es la población de más rápido crecimiento a nivel local y nacional. Desde un punto de vista político y en el sector privado, los latinos tienen un gran futuro. Se va a necesitar que la nueva generación juegue un papel importante”, concluyó.
Natily Santos: ‘El buen trabajo deja una impresión duradera’
Santos es la primera generación estadounidense de su familia. Sus padres (Héctor y Rita Santos) emigraron de la República Dominicana con —dice Santos— “la esperanza de un futuro mejor y para crear oportunidades para su familia”. La mayor de los cinco hermanos, Santos creció en Washington Heights y Yonkers en Nueva York.
Su padre trabajó en una variedad de puestos en la industria de restaurantes y hospitalidad. “Él me enseñó a respetarme a mí misma y también cómo debía esperar ser tratada en cualquier entorno ya sea personal o profesional”. De hecho, una de las lecciones profundas que mantiene en mente de su ascenso en el mundo corporativo es una que su padre le enseñó mediante obras en vez de palabras: “Nunca subestimes el valor del buen trabajo”.
“Tuve que entrevistar a un director de hotel para un proyecto en una clase de gerencia hotelera. Mi padre trabajó en hoteles y restaurantes por más de 30 años, pero no recuerdo haberle pedido su ayuda para esta tarea”, relata. “Yo había encontrado un gerente de hotel por mi cuenta y concerté una entrevista. El día anterior (a la entrevista) llamó para cancelar, y yo estaba desconsolada. Mi padre al final del día me dijo que había arreglado una entrevista para mí y nos fuimos a ‘Midtown’. Yo estaba muy dudosa pero desesperada”.
“Entré en el Omni Midtown y tenía una cita prioritaria con el gerente general del hotel. Mi padre había sido camarero allí 10 años antes, y el director general estaba encantado de volver a conectar con él y de conocer a su hija. Con esto me di cuenta que no hay que ser demasiado orgulloso para pedir ayuda, y que el valor del buen trabajo puede dejar una impresión duradera”, dice Santos.
Como parte del Grupo de Adquisiciones y Suministro Global de Aramark, Santos trabaja en su mayoría con pequeños y medianos vendedores que apoyan sus operaciones. “Yo desarrollo y ejecuto programas de proveedores regionales que proporcionan soluciones integrales de abastecimiento, que implica abordar la diversidad de necesidades de nuestros proveedores y apoyar nuestros esfuerzos de sostenibilidad local y ambiental”, explica.
La cadena de adquisiciones y suministros es parte fundamental del negocio, nos dice, y luego agradece públicamente al “gran equipo con una cantidad significativa de experiencia” con quien trabaja, así como a la comunidad empresarial diversa con la que se asocia en su trabajo.
“Uno de los desafíos que enfrento en una de mis funciones es que las tendencias de búsqueda de diversidad en nuestros proveedores, de sostenibilidad, de abastecimiento local y de asuntos relacionados con esto están en constante evolución”, dice ella, “por lo que encontrar soluciones proactivas de ‘sourcing’ o poder comunicar el valor de dicho programa puede ser difícil a veces”. Su propuesta para cumplir ese reto es permanecer dispuesta a aprender cosas nuevas, y a colaborar con los que ofrecen una nueva perspectiva.
¿Ha sido duro como latina subir la escalera corporativa? Ella afirma que se dio cuenta de que tenía una afinidad por los negocios gracias a sus experiencias de pasantía y sus trabajos de verano. “Me dije a mí misma: ‘¿Por qué no hay gerentes que se parecen a mí?’ Este fue el comienzo de mi trayectoria en la América corporativa”, asegura. “Al principio de mi carrera yo era muy consciente de los estereotipos acerca de las latinas... No dejo que eso obstaculice mi progreso ni afecte a mi confianza. Me concentro en mi trabajo y espero que mis colegas se preocupen por mis contribuciones, no por el color de mi lápiz de labios o por si llevo mi cabello naturalmente rizado o liso”.
Santos tuvo un modelo a seguir a temprana edad, su madre. “(Ella) fue consultora de Mary Kay y llegó a ser directora principal de ventas... con un ‘Pink Cadillac’ y todo”, dice Santos. “Ella me llevaba a reuniones de trabajo con ella. Vi cómo motivaba y alentaba a la gente. Su liderazgo era impulsado por la atención y el aprecio, lo que hacía que la gente trabajara más para ser mejor. Ella es la mujer más hermosa, más sofisticada de mi vida. Mi madre me ayudó a ganar confianza para perseverar y lograr cualquier cosa que me proponga hacer”.
“Mis padres trataron de llevarnos a restaurantes, playas, excursiones, etc., fuera de nuestra comunidad inmediata”, añade. “Vivíamos en Nueva York y como niños nos parecía una divertida aventura visitar lugares en Long Island, Nueva Jersey y Connecticut, pero la intención de mis padres era distinta. Ellos nunca quisieron que nos sintiéramos como si no perteneciéramos o estuviéramos limitados a cualquier cosa o a cualquier lugar”.
Santos dice que ha contado con el apoyo de mentores en toda su carrera y por eso también ejerce como mentora de estudiantes y jóvenes. Ella participa en un programa de mentores en una escuela predominantemente latina en el norte de Filadelfia. “Me apasiona rendirle servicio a la comunidad”, dice, “y estoy agradecida de ser parte de una empresa que comparte este mismo compromiso”.
Ella también está involucrada con ‘Impacto’, el grupo de empleados hispanos de Aramark. “El objetivo del grupo es ser una red de apoyo para el aumento de los administradores latinos en nuestra estructura corporativa”; dice Santos, “además de servir como un recurso para nuestro negocio, ofreciendo soluciones de trabajo para el mercado hispano”.
Reconoce que mientras que los latinos se han hecho más visibles en los cargos altos de las empresas en los EE.UU., todavía hay trabajo por hacer.
“Me siento alentada de que hay más latinos visibles en la alta dirección, en comparación con los que había cuando estaba en mis pasantías. Sin embargo, todavía somos un pequeño porcentaje de toda la plantilla de alta dirección, incluso en las comunidades donde los latinos son la mayoría”, dice. “Todavía hay mucho trabajo por hacer y se ha demostrado que la educación es el mayor igualador. El acceso y la calidad de la educación es fundamental. El aumento en los estudios de universidad y de postgrado en nuestras comunidades creo que se ha traducido en una mayor diversidad a través de los niveles de gerencia y seguirá desarrollando una sólida trayectoria para una representación más diversa en la suite ejecutiva”.
Juan Lopez: El hombre de fianzas
Parte del crédito también es de su tío, un contador público de Candem que más tarde le consiguió enganchar a los números.
Lopez, de 48 años, ha ocupado posiciones financieras en cinco compañías Fortune 500, escalando posiciones aquí en Filadelfia en CoreStates, GE Capital, Aramark y Cigna. En los últimos cinco años ha estado trabajando con Blue Cross (IBX) como vicepresidente de inversiones y servicios de tesorería.
Pero no siempre fue fácil, especialmente para un latino.
“A causa de mi nombre, yo quizá no recibía el mismo respeto que otros de mis compañeros. Al mismo tiempo, mantuve la cabeza baja e hice lo que tenía que hacer”.
En la universidad, Lopez aprendió la importancia del ‘networking’. Cooperó con iniciativas por la diversidad que luego llevó consigo a toda las compañías de su carrera. Lopez no puede decir que tuvo una “gran oportunidad” sino una serie de decisiones inteligentes guiadas por su “junta de directores personal”.
“Para mi, desde una perspectiva de carrera progresiva, nunca tuve miedo de hacer movimientos laterales”, aseguró a AL DÍA. “Moverse verticalmente a través de de una organización creo que es extremadamente difícil en la actualidad”.
Él describe su método como “juntar herramientas para la caja de herramientas”, aprovechar la versatilidad de sus estudios universitarios, contabilidad, a través de un buen número de departamentos en su carrera. Pero la diversidad ha estado en el corazón de muchos de los trabajos de Lopez a lo largo de los años. IBX lo ganó por su compromiso para divulgar esto. Es una empresa, afirma, que “pone dinero donde está su boca, en términos de presencia en la comunidad”.
“Una cuestión muy importante para mi es como estoy devolviendo todo esto. Es un viaje muy largo para mucha gente”, dice. “Siempre me estoy preguntando a mi mismo, ¿qué hacer para tener al siguiente Juan Lopez?”
Este profesional dice que a lo largo de su carrer asu ética de trabajo a menudo ha sido “el don más grande y mi más grande debilidad”. En el exigente mundo empresarial, asegura que puede ser difícil encontrar un buen balance entre la familia y la carrera. La ambición tiene un coste. López afirma que al principio le costaba mucho, pero que rapidamente encontró su propio equilibrio.
A día de hoy, Lopez dirige a 98 empleados y ayuda a otros latinos a escalar en IBX. Su oficina en la planta 39 tiene una vista panorámica del rio Schuylkill. En su tiempo libre, Lopez pasa tiempo con su familia y es voluntario en un grupo de rescate de perros que trabaja con Springer spaniel ingleses. ¿Qué sigue?
“Hay todavía unas cuantas plantas sobre mí”, bromea Jokes. “Me siento bendecido viniendo aquí a Independence”.
Nick Jiménez: Cerrando la brecha digital
De acuerdo a Jiménez, más del 25 por ciento de personas en EE.UU. no tiene acceso a internet en casa y la disparidad es aun peor entre minorías. “Cuando nuestros niños tratan de hacer la tarea y no tienen internet en casa enfrentan obstáculos injustos”, dice Jiménez. “Algunos de ellos están haciendo investigación y escribiendo ensayos en teléfonos inteligentes o tomando un bus y esperando en línea para tener acceso al internet en la biblioteca”.
Para cerrar la brecha digital, Comcast está haciendo frente a las principales barreras a la adopción de internet de banda ancha en casa, empezando con las familias de bajos recursos, para quienes el costo del servicio y una computadora puede ser un factor determinante. A través del programa Internet Essentials, Comcast ofrece servicio de internet de banda incluyendo un módem inalámbrico por solo $9.95 al mes, y sin verificación de crédito, cuotas de instalación, mantenimiento o renta de equipo. El programa también ofrece la oportunidad de comprar una computadora o laptop por $150. Para ser elegibles, las familias deben tener por lo menos un niño que califique para el Programa Nacional de Almuerzo Escolar, entre otros requisitos.
Pero el principal reto, según Jiménez, no es si las familias pueden o no costear tener internet en casa. “Algunas personas piensan que el internet no es para ellos, que no lo necesitan, tal vez se sienten inseguros compartiendo información en línea, o no saben cómo usarlo o qué hacer con él”, dice Jiménez.
Su trabajo, además de dar a conocer el programa Internet Essentials, es identificar socios que puedan ayudar al mismo objetivo y conectar más personas al internet. “Para llegar a cada comunidad se require una voz de confianza que explique la relevancia de tener internet en casa”, dice Jiménez.
El programa Internet Essentials también cuenta con talleres de educación digital en asociación con organizaciones no lucrativas y escuelas. “Este entrenamiento no solo está disponible para clientes de Internet Essentials”, dice Jiménez. “Cualquier persona en la comunidad puede formar parte”.
Según Jiménez, el programa que promueve es de particular importancia para su comunidad. Las encuestas entre clientes de Internet Essentials muestran que más del 50 por ciento de ellos se identifica como latino.
“Tener un trabajo que refleja mi cultura y me permite usar mi propio idioma es extremadamente gratificante”, dice Jiménez, quien nació y se crió en Puerto Rico.
Él comenzó sus estudios superiores en la Universidad del Sagrado Corazon en San Juan y se transfirió hace diez años a Temple University en Filadelfia, en donde obtuvo un título en Administración de Empresas con una concentración en Negocios y Leyes. Mientras Jiménez estaba en la universidad, estuvo al frente de su propio negocio de pintura comercial por un par de años. Su hermana, quien en ese entonces había comenzado a trabajar en Comcast, y aun trabaja ahí, lo motivó a hacer una pasantía en la compañía. En 2007, Jiménez solicitó y aceptó una pasantía en el departamento de asuntos externos y puso su negocio en pausa.
“Hasta que llegué a Comcast me veía a mí mismo como un emprendedor y como alguien que quería ser su propio jefe. Jamás había considerado trabajar en una corporación grande”, dice Jiménez. “Pero realmente me encantó el trabajo, el ambiente y la cultura de la compañía. Me sentí en familia y quise quedarme”.
Luego de graduarse de universidad, aceptó una posición de tiempo completo en el departamento de asuntos externos, en donde comenzó a crecer su carrera. Eventualmente el departamento evolucionó y Jiménez continúo trabajando en el departamento de asuntos políticos en torno a la financiación de campañas y actividad política para Comcast.
En 2011, cuando el programa Internet Essentials fue lanzado, Jiménez supo desde entonces que quería formar parte. Poco tiempo después, Comcast lanzó un programa para que empleados sirvieran de portavoces en sus comunidades, y Jiménez se ofreció como voluntario. “Pensé que era algo muy bueno para mi comunidad”, dice Jiménez. “Como embajador tuve la oportunidad de visitar escuelas y organizaciones en ‘North Philly’, y hablar con familias en español sobre la importancia de tener internet en casa para el futuro de nuestros niños”.
En mayo de este año, Jiménez fue nombrado gerente de alcance comunitario y asociaciones del programa Internet Essentials, lo que dice ha sido como un sueño para él. Hasta la fecha, el programa ha conectado a más de medio millón de familias o más de dos millones de personas de bajos recursos al internet, y Jiménez se dispone a hacer crecer este número aun más conforme hace crecer su carrera. “A corto plazo, quiero dar lo mejor de mí para conectar a más familias de bajos recursos al internet”, dice Jiménez, de 31 años de edad. “A largo plazo, como muchos jóvenes latinos profesionales, me gustaría estar en una posición de liderazgo en la que pueda representar a mi gente y mi cultura, y contribuir de manera significativa al éxito de una gran compañía como Comcast”.
Hace cuatro años Jiménez fue el fundador de Unidos, el grupo de recursos para empleados latinos en Comcast. También ha liderado cuatro “Comcast Cares Day” (un día al año en que los empleados de la compañía hacen trabajo comunitario en comunidades locales) en la región de Filadelfia, incluyendo en Olney Charter High School y Congreso de Latinos Unidos. Además, forma parte del programa de Comcast “Beyond School Walls” en asociación con Big Brothers Big Sisters of Southeastern Pennsylvania, en donde es miembro de la junta regional y sirvió como presidente anteriormente. También forma parte de la junta de Pan American Academy Charter School, y, por si fuera poco, es copresidente del “Professional Mentoring Network”, a través del cual la Cámara de Comercio Hispana de la región de Filadelfia (GPHCC) promueve el liderazgo y oportunidades entre profesionales latinos y estudiantes de high school.
“Antes de unirme a Comcast, no estaba involucrado en mi comunidad pero formar parte de una compañía en la que el aspecto comunitario es parte de la cultura corporativa, me abrió los ojos”, dice Jiménez. “Estoy muy orgulloso de haber construido mi carrera en Comcast, pero de lo que estoy más orgulloso es del trabajo que esto me ha permitido hacer en la comunidad”.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.