El Departamento de Policía de Filadelfia anunció novedades sobre el programa que está probando de cámaras montadas al cuerpo entre oficiales de seguridad pública y que fue lanzado a principios del mes de diciembre según informó NewsWorks.

El Distrito 22, que se encuentra muy cerca de la Universidad de Temple y que fue elegido por ser uno de "los más concurridos", se ha convertido en el campo de pruebas de esta nueva tecnología que está siendo probada por 30 policías voluntarios.

Por lo pronto el material grabado no se está teniendo en cuenta para las investigaciones, y los agentes simplemente se están acostumbrando a su uso. "Estamos en la rutina de encender la cámara al salir del coche para grabar... lo único diferente es hacer saber a la persona que está siendo filmada", aseguró el oficial Dominik Mathis a Newsworks.

Uno de los debates surgidos en el cuerpo de policía a raíz de las primeras pruebas es si las cámaras deberían encenderse de forma automática. El comisionado Charles Ramsey espera que para sus agentes "se convierta en un acto reflejo, pero entendemos perfectamente que con la tensión del momento pueda no ser la primera cosa que haces".

Las cámaras se usarán en el espacio público, y la directriz es clara respecto a grabar situaciones privadas. "Si vamos a casa de alguien tendríamos que pedir permiso, y si no lo conseguimos apagaríamos la cámara", afirmó Mathis. Aunque todavía el procedimiento y sus implicaciones legales aún no están claras, no usar la cámara con las garantías necesarias podría invalidar las imágenes tomadas como prueba en un juicio.

Mientras del Departamento de Policía trabaja para perfilar una guía que explicaría cómo implementar su uso en el campo, son muchas las dudas sin resolver: ¿la cámara deberá colocarse sobre la cabeza o colgada del pecho?, ¿cómo se va a guardar el material?, ¿las grabaciones serán públicas?.

Pese a ello, Ramsey se muestra optimista y espera que muchas de ellas estén resueltas cuando finalice el periodo de prueba.