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Dedicó su vida a prevenir el cáncer de mama

La doctora Irma H. Russo trabajó en desarrollar un tratamiento para la prevención de este mal utilizando una hormona propia del embarazo.

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La doctora Irma H. Russo, originaria de Argentina, estuvo a punto de desarrollar, en colaboración con su esposo, José Russo, un método eficaz para prevenir el cáncer de mama.

Esto después de haber dedicado gran parte de su vida a la investigación y la prevención de este mal, durante 22 años en el Fox Chase Cancer Center en Filadelfia (FCCC).

Pero el pasado 25 de junio la doctora Russo falleció a los 71 años de edad, víctima del cáncer de ovario.

Ahora su esposo seguirá trabajando por continuar con su investigación que podría cambiar la vida de las mujeres para siempre.

La doctora Russo fue una pionera en identificar los mecanismos de la prevención del cáncer de mama y trabajó en desarrollar un tratamiento hormonal para la prevención de este mal utilizando una hormona propia del embarazo, que puede ser reemplazada.

"Los datos iniciales fueron que si simulábamos la preñes con una hormona podíamos prevenir el cáncer de mama en animales y eso nos llevó a seguir experimentando en células humanas en cultivo", dijo el doctor Russo. "Ya demostramos que esto es factible en animales, y en cultivos de humanos, y en los últimos años buscamos fondos para demostrar que esto se puede aplicar a todas las mujeres".

De acuerdo con el doctor Russo, la investigación está en la última fase y de conseguir los fondos para desarrollar las pruebas clínicas necesarias —unos $3 millones de dólares— en dos años podría haber una respuesta concreta para aplicar a gran escala.

Según él, luego de una aplicación única de la hormona, ya sea en una inyección o quizá en una forma más abreviada, la glándula mamaria podría quedar protegida de por vida como una especie de vacuna. 

"La doctora Irma Russo, en colaboración con su esposo, el doctor José Russo, hizo grandes contribuciones a nuestro entendimiento y desarrollo del cáncer de mama, y cómo ese entendimiento puede llevar potencialmente a estrategias para prevenir el cáncer de mama", dijo el doctor Michael Seide, CEO de FCCC. "A la par con sus logros científicos estaban sus cualidades como una persona de gran corazón para quienes tuvimos el placer de conocerla".

Por su parte, Jonathan Chernoff, jefe científico de FCCC, dijo que "ella será recordada no solo por sus amigos y colegas, y por más de 50 médicos y científicos que ayudó a entrenar y a quienes sirvió de mentora, sino también por aquellas personas cuya vida tocó con sus buenas intenciones".

La doctora Russo nació en San Rafael, en la provincia argentina de Mendoza.

Estudió medicina en la Universidad nacional de Cuyo en Mendoza, en donde conoció a su esposo.

En 1971 emigraron juntos a EE.UU. gracias a un 'fellowship', ella del Population Council y él del Rockefeller Foundation.

En 1973 comenzaron a trabajar en la investigación de cáncer de mama y ambos fueron contratados por el Michigan Cancer Foundation, hoy conocido como el Barbara Ann Karmanos Cancer Institute. 

En 1991 comenzaron a trabajar en el FCCC. La doctora Russo fue directora de patología clínica y quirúrgica, antes de convertirse en directora de la sección de endocrinología molecular del laboratorio de investigación de cáncer de mama, el cual fundó en 1975.

"Todo lo que hemos hecho en los últimos 22 años que hemos estado en Filadelfia ha sido dedicado a entender cómo se puede prevenir el cáncer de mama", dijo el doctor Russo. "Eso nos ha llevado a publicar seis libros juntos y más de 20 artículos".

En 1994, la doctora Russo fundó la Liga de Mujeres Contra el Cáncer (League of Women Against Cancer), así como una revista llamada Journal of Women's Cancer, la cual fue publicada por cinco años, mientras que la liga fue disuelta en el 2012.

"Ella buscaba que las mujeres estuvieran más informadas, y que comprendieran mejor las enfermedades como el cáncer cervicouterino, de ovario, de mama, y otros tipos que afectan a la mujer", dijo el doctor Russo. "Era muy sensible a la disparidad de las mujeres latinas y afroamericanas que por cuestiones sociales no tenían acceso a información".

Pero sobretodo, el doctor Russo recordará a su esposa como "una mujer extraordinaria de gran calidez humana y sensibilidad social, así como una científica nata a la que no le interesaban los reconocimientos ni los honores, sino el conocimiento por el conocimiento mismo".