Dalia Ziada: 'Sin mujeres no hay democracia'
Considerada una de las mujeres más influyentes del mundo árabe, Dalia Ziada compartió en el City Hall de Filadelfia su lucha revolucionaria por la democracia…
Ziada cuenta con una maestría en relaciones internacionales del Fletcher School for Law and Diplomacy y actualmente es la directora del Centro de Desarrollo Ibn Khaldun en El Cairo.
Considerada una de las mujeres más influyentes del mundo (Newsweek) y uno de los ocho agentes de cambio en el mundo árabe (CNN), Ziada se presentó el 7 de octubre durante una charla en City Hall, y AL DÍA tuvo la oportunidad de entrevistarla minutos antes de su presentación.
Tu primera protesta fue cuando tenías 8 años en contra de la mutilación genital de la mujer, ¿qué instó en ti un sentido de justicia a tan temprana edad?
La práctica de la mutilación genital femenina (FGM) es bastante común por todo el país. Se cree que si se corta una parte de los genitales de la mujer se logra que sea menos propensa a tener una relación sexual antes del matrimonio. Se supone que esto evita que la sociedad se involucre en vicios negativos, y no es limitada a las comunidad musulmana, también los cristianos la implementan. Desafortunadamente sucedía en mi familia y a una edad muy temprana se me forzó a someterme a esta operación. A esa edad algo en mi interior me decía que eso no era correcto, no comprendía y no tenía lógica. Comencé protestando en mi propia familia, pero por supuesto en aquella época no sabía nada sobre el activismo.
¿Cómo se desarrolló tu espíritu de activista?
En mi primer año en la universidad creé con otras compañeras una iniciativa en contra del FGM, realizamos recorridos y hablamos en público sobre el tema. Fue un movimiento estudiantil muy pequeño que solo duró dos años, pero eso fue una gran ventaja para mí porque me introdujo a organizaciones de derechos de mujeres. Pude conectarme con ellas y darme cuenta que el mundo no es tu pequeño problema sino algo mucho más grande, me di cuenta que uno puede realmente influenciar eso que es más grande. Después de esa experiencia no podía parar de trabajar por los derechos civiles, me volví adicta a ello.
¿Qué recuerdas de aquel 25 de enero del 2011, momento en que explotó la revolución?
Nadie sabía que sucedería. Teníamos la esperanza de que podría suceder, pero nunca nos imaginamos que fuera tan pronto. Yo había estado participando en las protestas previas a la revolución en contra de la brutalidad de la policía. Siempre nos uníamos para protestar y regresábamos por la tarde a nuestras casas. Pero ese día en que explotó la revolución y salimos a las calles fue sorprendente ver la cantidad de gente que había tomado las calles. Era todo el mundo, no eran las mismas caras de los activistas que ya conocíamos. Fue un momento muy inspirador en el que la gente decidió no regresar a casa hasta que se encontrara una solución.
¿Qué ha pasado con el desarrollo de los derechos de la mujer tras la Revolución Egipcia?
Me siento muy optimista sobre todo lo que está sucediendo en Egipto excepto en el área de los derechos de las mujeres. La gente no ve los derechos de la mujer como parte de la transformación democrática que está viviendo el país. Creen que los derechos de la mujer son algo que solamente le debería interesar a las mujeres. Líderes aseguran que se enfocarán en ellos hasta que terminen de establecer un sistema democrático. La buena noticia es que las mujeres están trabajando muy duro para que su voz sea escuchada, no están resignandas ni esperando a que los hombres les den el poder. Ellas mismas se están empoderando.
¿Qué resultados de tu campaña has visto hasta ahora?
Estoy segura que un día tendremos derechos iguales, pero no es algo que vea en un futuro muy próximo. Es algo por lo que se debe trabajar años. Pero sé que los derechos de la mujer en Egipto están en el puesto número uno, porque ellas representan más de la mitad de la población. ¿Cómo creen que pueden marginalizar a la mujer y después pensar que pueden establecer una democracia? Para poder tener una democracia real donde todo el mundo sea igual, se debe primero empoderar a las mujeres.
¿Qué herramientas necesitan las mujeres egipcias? y ¿cómo puede ayudar el resto del mundo?
Antes que nada las mujeres de Egipto necesitan educación, pero no solo la básica. También educación política sobre cómo ser miembros del parlamento, cómo ser miembros del gobierno y tomar decisiones. Hago un llamado a todo el mundo para que apoyen a las mujeres egipcias, especialmente en Latinoamérica donde las mujeres se han convertido en presidentes, en ministros de defensa y en líderes en grandes posiciones. Así debería ser en Egipto. Se debe transeferir esta experiencia a las mujeres egipcias, mi país y Latinomérica comparten historias similares en el proceso político después de la revolución. Tal vez el cambio no será pronto, pero francamente no consideraré que la revolución alcanzó el éxito sino hasta que vea a una mujer como presidente del país, solamente en ese momento sabré que la revolución ganó.
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