Cézanne y su mundo de manzanas
El pintor francés y maestro del arte post impresionista jamás dejó de pintar manzanas a lo largo de su carrera. Fue así que innovó y rescató la "naturaleza…
Las manzanas de Cézanne son el tema central de una nueva exhibición de este pintor post impresionista en el Barnes Foundation en Filadelfia, que recopila lo mejor de sus obras de naturaleza muerta a lo largo de su carrera.
Además de las obras de Cézanne que forman parte de la colección permanente del Barnes —considerada una de las más grandes del mundo en arte impresionista, post impresionista y moderno— la exhibición "The World is an Apple", del próximo 22 de junio al 22 de septiembre, incluye obras de colecciones privadas y de otros museos en EE.UU. y el mundo.
Durante una visita previa al estreno de la exhibición, diversos medios tuvieron la oportunidad de ser los primeros en verla de cerca, e incluso de visitar el laboratorio de conservación de esta prestigiosa organización y de mirar algunas de las obras de Cézanne a nivel de la vista y a través de un microscopio.
"Aunque seguramente miraba de cerca la naturaleza, Cézanne jugaba conscientemente con el color, forma y espacio de una manera que invita a una libre asociación que contrasta con los significados fijos de tradición académica", dijo Benedict Leca, curador de la exhibición. "Él creó un mundo alternativo en el que las cosas pueden moverse y existir de manera improbable y con diversos significados, explotando y evadiendo la contención tradicional de la naturaleza muerta".
Luego de su llegada a París en los 1860, Cézanne se convirtió pronto en una figura sin precedentes en la historia del arte francés por su uso de colores deslumbrantes, su perspectiva sesgada, y las gruesas capas de pintura que caracterizan sus obras.
Desde sus inicios estableció su distintivo estilo con obras como "Flask, Glass, and Jug" (c. 1877) y "Apples and Cakes" (1877).
Como pintor de manzanas, trabajó con la complejidad de la aplicación de colores y efectos, y con diversos objetos para crear un lenguaje poética de yuxtaposición, evidenciado en obras como "Seven Apples and a Tube of Color", "Apples on a Chair", y "Some Apples", de entre 1878 y 1880.
Conforme avanzó en su carrera se movió progresivamente a un estilo más estructurado caracterizado por arreglos más deliberados de los objetos, como se puede apreciar en obras como "The Kitchen Table" (1890) y "Fruit and Ginger Pot" (1890–1893).
Sus obras de naturaleza muerta, que nunca dejó de hacer pese a ser un prolífico artista, son consideradas como una de las más innovadoras en la historia del arte, y responsables de rescatar esta categoría de pintura de su baja posición en la jerarquía académica en sus tiempos, además de servir de preámbulo para otros artistas como Picasso o Warhol.
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