La racha de ocho derrotas consecutivas que sufrió el equipo de Filadelfia luego del receso del Juego de Estrellas junto a las palabras provocativas de su rematador Jonathan Papelbon me convenció que la Época Dorada de los Phillies llegó a su fin. 

Los Phillies perdieron dos de tres partidos contra los Mets de Nueva York en Queens. Los metropolitanos tienen la peor marca (47-56) jugando en casa entre todos los equipos de la Liga Nacional, sin embargo Filadelfia no pudo con ellos.

De la Gran Manzana los Phillies viajaron a San Luis donde sólo anotaron un total de tres carreras en tres juegos contra los Cardenales. Los Pájaros Rojos barrieron a Filadelfia y en uno de los encuentros anotaron 11 carreras. 

Los Phillies huyeron al norte hacia Detroit pero allí fueron devorados por los Tigres en sus próximos tres desafíos. Fue una masacre. En la serie de tres juegos el marcador fue: Tigres 24  - Phillies 5. Los felinos ganaron un partido 10-0 el sábado y triunfaron el domingo 12-4. El partido del domingo fue un desastre en donde el equipo de Rubén Amaro, hijo, permitió ocho carreras sucias a ley de tres errores en una entrada. 

Los Phillies regresaron al Citizens Bank Park el martes en la tercera posición de la División Este de la Liga Nacional con siete derrotas más que victorias luego de concluir la primera mitad en la segunda posición con marca de .500.

La historia del béisbol está lleno de resurrecciones maravillosas y los Phillies tiene elementos para producir su propio milagro este año; pero los gemidos de Papelbon después de la octava derrota consecutiva de su club me puso a pensar que el equipo de Filadelfia no cuenta con la unidad necesaria para generar dicha magia.

Papelbon le insinuó a un reportero después del debacle del domingo que él era mejor que sus compañeros de equipo. "Definitivamente, yo no vine aquí para esto', dijo el rematador de 32 años de edad. 

El supuesto líder del bullpen prosiguió a mencionar que era necesario buscar una tripulación nueva para enderezar la nave. "Va tomar, en mi opinión, mucho", dijo el veterano con suficientes temporadas de experiencia en la Gran Carpa (9) para reconocer el valor de sus palabras. 

Papelbon quien apenas lleva año y medio en Filadelfia le recomendó a la gerencia que tenían que purgar a todo el equipo. "Yo creo que va a tener que ser algo similar a lo que pasó con los Medios Rojas par de ellos atrás", dijo el rematador cuyo rescate caído en el último juego de la temporada regular del 2011 eliminó a Boston de los playoffs y motivó a la gerencia del equipo de Nueva Inglaterra a desmantelar al equipo de muchas de sus estrellas; incluyéndolo a él.

Parece que Papelbon no cree en espejos ya que no reconoce sus propias faltas en poner a los Phillies en la posición en que se encuentran. En lo que va de la temporada, este ha dejado caer cinco rescates.

Si Papelbon dijo lo que dijo para mejorar sus chances de que los Phillies lo canjearan entonces él sólo está pensando en si. Eso no es buen compañerismo.

Sea lo que sea, lo que dijo el taponero no es bueno para la química del equipo. Sin buena química no se curan las enfermedades. 

La retorica traicionera del rematador es el golpe de gracia para la temporada y marca el fin de la era más productiva de la franquicia. 

El canibalismo no se presta para crear legados.