Al papa Francisco le gusta el café colombiano y otras curiosidades
Con la cuenta atrás para sus escasas 48 horas en la ciudad ya en marcha, AL DÍA News ha hablado con Alejandro Bermúdez, un periodista peruano especializado en…
Tan solo quedan unas semanas para la que está llamada a convertirse, al menos de momento, en la visita del siglo para la Ciudad del Amor Fraternal: el primer viaje del papa Francisco a los Estados Unidos, con parada obligatoria en Filadelfia, sede a su vez del Encuentro Mundial de las Familias.
Con la cuenta atrás para sus escasas 48 horas en la ciudad ya en marcha, AL DÍA News ha hablado con Alejandro Bermúdez, un periodista peruano especializado en cobertura de noticias católicas y actual director de la agencia centrada en esta temática ACI Prensa, que conoce bastante bien al papa Francisco; probablemente porque su primer contacto personal se produjo bastantes años antes de que la ya famosa fumata blanca anunciase su nombramiento como máxima autoridad de la Iglesia Católica, cuando era ’simplemente' Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires.
"Lo conocí primero en Buenos Aires cuando unos religiosos amigos mios fueron a visitarlo y me incluyeron entre los visitantes", cuenta Bermúdez; quien, pese a que "conocía a Bergoglio por sus textos, sus documentos...", explica que "realmente me impresionó mucho por lo increíblemente cercano e informal y desenvuelto que era".
Este fue tan solo el primero de varios encuentros, entrevista incluida, algo especialmente significativo para Bermúdez, ya que, según asegura, "siempre fue bastante reticente a hablar con los periodistas como arzobispo, aunque no lo crean, que me diera una entrevista muy breve fue una cosa muy inusual. Como papa, en el poco tiempo que tiene, ha dado muchas más entrevistas que las que dio durante todo su tiempo como arzobispo de Buenos Aires. Este es uno de los grandes cambios que se han visto en su personalidad".
Un aspecto del papa Francisco, su actitud cercana y extrovertida, que se ha convertido en uno de sus principales puntos fuertes; sobre todo si se compara con sus dos inmediatos predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, con quienes Bermúdez también tuvo, aunque menos, contacto. "Yo creo que (lo que le diferencia del resto) es el toque completamente informal de su personalidad, es decir, él no hace una distinción entre su persona y su función. La manera en la que habla con la gente que se reúne, la manera incluso en la que hemos visto que se dirige hasta a las multitudes. Es como una familiaridad de párroco, de pastor de pueblo, donde conoce a cada uno y se dirige a ellos de forma personal, por el nombre… Y esto lo hace tremendamente cálido y hace sentir a la gente rápidamente en confianza".
Encargado de cubrir en directo el anuncio de su elección como papa, además de la sorpresa de sus compañeros anglosajones (Jorge Mario Bergoglio no solo no estaba en las quinielas, sino que era un completo desconocido para la gran mayoría), Bermúdez cuenta su reacción al conocer que el arzobispo de Buenos Aires sería el próximo sumo pontífice. "Sentí una pequeña tristeza por él porque yo se que él estaba planeado retirarse, ya había elegido la casa de sacerdotes donde iba a retirarse y ya había presentado su renuncia como arzobispo de Buenos Aires. Pero inmediatamente sentí una enorme alegría por la Iglesia porque lo conozco y se el celo y la dedicación que pone a las cosas que hace y eso me dejó muy muy contento".
El impacto del primer papa latino
Por ello una de las cosas que no pasa por alto es el gran impacto que tuvo y está teniendo la elección del primer papa hispanoamericano para su continente natal. "Para América Latina el papa Francisco ha sido una bocanada de aire nuevo y de entusiasmo. El catolicismo en América Latina ha dado muestras de fatiga, de desencanto y de desilusión. Y me parece que un papa latinoamericano le trae una bocanada de aire nuevo, de aire fresco en general a todas las naciones como naciones, porque saben que tienen a la cabeza de El Vaticano a alguien que habla por ellos y que tiene la responsabilidad de alguna manera de representar al continente latinoamericano".
¿Sucederá lo mismo en la zona norte del continente, donde las últimas encuestas realizadas muestran una disminución de la popularidad del papa Francisco en los Estados Unidos? Según Bermúdez, "El excesivo entusiasmo por el Papa fue sobre todo un fenómeno mediático. Él ha desconcertado a los medios norteamericanos con sus declaraciones, con sus conferencias de prensa en el avión etc… Y nosotros vimos que muy rápido la revista Time lo estaba haciendo hombre del año, el Harvard Business Review le estaba dando un premio por innovación disruptiva. Es decir, había un entusiasmo yo creo un poco exagerado".
Así, a juicio de Bermúdez, "lo interesante de esa encuesta es que demuestra que los niveles de popularidad del Papa han regresado a los niveles en los que estaba cuando recién salió elegido. Esa cifra me parece la normal, la otra cifra del periodo anterior me parece que fue una cifra artificial, porque al final el papa sigue siendo la cabeza de una entidad que no gana en los concursos de popularidad porque es la Iglesia Católica. Es imposible que al final del día el entusiasmo por el papa sea muy distinto del entusiasmo que existe por la Iglesia. Los activos y los pasivos los van a compartir siempre".
"Creo que para Estados Unidos su estilo refrescante va a tener en el público un efecto similar al que tuvo con la prensa, de sorpresa, de entusiasmo (creo que va a generar mucho entusiasmo) y creo que también va a poner en el centro el papel de los hispanos", sentencia Bermúdez.
El idioma, ¿una barrera?
El idioma que elegirá el papa, quien ha dado muestras de encontrarse más cómodo en su idioma natal (el español), para dirigirse a autoridades y multitudes es una de las grandes incógnitas de su visita a Estados Unidos; un país, por otro lado, con un cada vez mayor porcentaje de hispanohablantes.
"Cuando él esté calentando motores va a tener que referirse en inglés como hizo en Filipinas. El inglés lo puede leer y tiene en consecuencia que atenerse a los textos. En los encuentros formales, en las Naciones Unidas probablemente también se mantenga en el texto, en la Casa Blanca, en el Congreso… Pero yo creo que en Filadelfia las cosas van a cambiar y me inclino a pensar (no me atrevo a pronosticar) que va a terminar con una solución parecida a otras ocasiones donde confía en su traductor para poder decir libremente lo que quiere mientras es traducido en simultáneo y así otra vez recuperar la libertad de lo que en ese momento siente que tiene que decir a la gente a la que quiere llegar tal y como está allí en el momento", explica Bermúdez.
Seguridad Vs. Cercanía
Las grandes medidas de seguridad que una visita de semejantes características requiere, unidas al férreo control y la seriedad que caracteriza a los servicios secretos norteamericanos, amenazan con limitar la cercanía con los fieles que tanto gusta y caracteriza al papa.
Pese a ello, Bermúdez lo tiene claro: "Yo creo que él va a saltarse el protocolo. Creo que va a ser una pesadilla para los servicios secretos. Yo cubrí la vista del papa Benedicto a Estados Unidos y me acuerdo de todas las medidas de seguridad. Una vez que el papa está en el Papamovil él es el dueño de su seguridad. Él es el que dice frenamos aquí y bajo y me encuentro con ese grupo. Él es al final el que toma las decisiones y por eso te digo que la seguridad no le va a decir a él ‘usted no puede acercarse a ese grupo’. Y sabemos que cuando encuentra un grupo que llama su atención él se detiene".
"En este viaje de América Latina (a Ecuador, Bolivia y Paraguay) fue interesante ver la astucia de los fieles que o vestían a niñitos de papa o ponían a personas más delicadas de salud o más enfermas al frente en distintos grupos para atraer la atención del papa y lo lograban y creo que aquí en Estados Unidos va a ser lo mismo", pronostica Bermúdez.
Curiosidades sobre el papa
Por último, preguntado por el papa más íntimo, Bermúdez cuenta, a modo de curiosidad, que "le gusta más el café colombiano que el mate y esto yo se que a los argentinos no les va a gustar. Le gusta el mate pero le gusta más el café colombiano".
"Por otro lado es así de informal como se le ve cuando aborda en los Angelus y le pide a la gente que repita las frases como lo haría un párroco en su parroquia. Es su verdadera personalidad. Él es así cuando se encuentra con grupos reducidos pero si hay alguna cosa que destacaría de lo que es poco conocido es su inclinación a la vida de oración en medio de la actividad".
"Le gusta todavía tomar muchas decisiones él solo, no ha aprendido en el Vaticano a moverse con asistencia en su entorno. Cuando recibe a alguien personalmente, y tengo varios amigos que se han encontrado con él personalmente, le gusta por ejemplo recibir las cosas él, no que las reciba su asistente […] Todas estas cosas las toma él, él abre la puerta, él cierra la puerta… Pueden parecer cosas muy sencillas pero para alguien de la talla del papa, que es un jefe de estado no hay que olvidarlo, en general es bien poco habitual", recalca Bermúdez.
"Él ha cambiado completamente la forma de operar, no solamente porque ha pasado del Palacio Apostólico a Santa Marta, sino la forma cotidiana de operar. En Santa Marta no hay espacio para la pompa y la circunstancia y él sigue actuando tomando decisiones, desplazándose interiormente, yendo a la cocina a por un café o un mate o algún bocadillo. Sigue tomando esas decisiones con la misma libertad que lo hacía en Buenos Aires donde habitualmente él cocinaba. Este papa es como dicen los norteamericanos ‘a real deal’, o sea lo que vemos eso es lo que es".
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