Ya no se trata de estar a favor o en contra del aborto. Las decisiones de la administración Trump para favorecer a su base ultra-conservadora atentan contra los derechos básicos de todos los ciudadanos.

Una de las organizaciones más afectadas por esto ha sido Planned Parenthood, una coalición de centros de salud sin ánimos de lucro que ofrece servicios de planificación familiar, salud reproductiva y prevención.

Desde la inauguración de Donald Trump, este tipo de organizaciones se han visto acorraladas por la promulgación de la “regla mordaza” que prohíbe a los médicos en el Título X – único programa en otorgar fondos para el control de la natalidad asequible – practicar abortos, ofrecer tratamientos anticonceptivos y difundir información sobre planificación familiar.

Es por ello que Planned Parenthood ha decidido contra-atacar con una campaña bajo el eslogan #BansOffMyBody, y que ahora tiene su versión en español: “Es Mío, Yo Decido".Según el anuncio de la organización, la campaña cuenta con “anuncios digitales de seis cifras exclusivamente en español”, enfocándose en el grave efecto que las políticas gubernamentales tienen sobre la comunidad Latina en el país.

“Casi 1 de cada 4 mujeres abortará una vez en su vida”, continúa el comunicado, “y un 77% de los estadounidenses no quiere ver que Roe v. Wade sea revocado, incluido el 67% de los votantes Latinos”.

AL DÍA conversó con Johanny Adames, directora adjunta y encargada de la oficina de Comunicación y Medios Latinos de PP al respecto, para indagar un poco más en cómo han redirigido sus esfuerzos hacia nuestra comunidad.

“El génesis de esta campaña es respetar el derecho fundamental de las personas a tomar decisiones sobre su cuerpo”, nos explica Adames sobre su nueva campaña, que forma parte de un esfuerzo global por rechazar todas las respuestas del gobierno hacia la comunidad hispana.

“No sólo se trata de las restricciones al aborto, sino por ejemplo la respuesta hacia Puerto Rico, el caso recientemente de El Paso, y la retórica de la Administración Trump, que es una combinación letal para la comunidad Latina”.

Alrededor de un millón y medio de Latinos – tanto hombres como mujeres – dependen de programas como el Título X para recibir tratamiento y control de enfermedades de transmisión sexual, exámenes anuales y cierto tipo de salud reproductiva preventiva.

Ante las obligaciones impuestas por el gobierno a este tipo de organizaciones, que Adames describe como “ataques metódicos”, este tipo de organizaciones debió renunciar al financiamiento del gobierno antes de negar el derecho a sus pacientes sobre la información de salud reproductiva y preventiva.

“Esto nos llevó a decir ‘¿Sabes qué? Necesitamos algo para empoderar a nuestra comunidad. Necesitamos algo que le diga a nuestra comunidad su voz, su vida, su futuro, depende de ustedes. Ustedes deciden sobre eso. Y ese es el mensaje que queremos llevar con esta campaña”.

No es secreto para nadie los profundos nexos entre la comunidad hispana y su Fe. Muchas de las familias latinas en Estados Unidos se identifican como católicas, y a veces la desinformación supone un obstáculo para organizaciones como PP a la hora de ofrecer sus servicios.

Pero Adames nos ofrece una perspectiva desde las trincheras de su misión que rompe con algunos mitos:

“Sabemos que el 67% de los votantes Latinos no quieren que Roe v. Wade sea revocado en la Corte Suprema. Ese es un número importante porque solemos tener la idea de que nuestra comunidad tiene muchos tabúes. Pero a la hora de tomar la decisión de revertir o no la ley, apoyan que continúe”.

Yendo más allá, Adames deja en claro que el aborto es tan sólo una parte de su misión:

“Nosotros creemos que el derecho de una mujer a acceder al aborto es una decisión entre ella, su médico y su Fe. Es una decisión muy personal en la que nadie tiene que intervenir, y ese es nuestro mensaje para la comunidad Latina: esa es una decisión de cada persona, y nosotros estamos aquí para brindar ese servicio de manera segura y legal”.

Una investigación multidisciplinaria de la Universidad de California determinó que la tasa de abortos en Estados Unidos – que es la más alta entre los países desarrollados – tiene una multitud de factores alrededor.

En especial las disparidades económicas y socioculturales, que suelen ser el argumento de conservadores contra el trabajo que realizan organizaciones como PP.

La investigación determinó que “tanto el ingreso como la raza o etnia se asocian de manera independiente con las tasas de aborto”.

Y si estamos hablando de una comunidad como la hispana que es todo menos monolítica, las generalizaciones sencillamente no tienen cabida.