La pandemia cambió nuestra forma de trabajar
Conversamos con Silvina Moschini, la CEO de Transparent Business, sobre cómo la pandemia está transformando el mercado laboral y las oportunidades de negocio.
“Esta pandemia está demostrando muchas cosas que antes nos decían que eran imposibles de hacer, como el tema del trabajo remoto, que antes te decían ‘Sí, sí, muy bien, me parece interesante. Pero, mmm, la cultura acá… A nosotros nos gusta que la gente vaya a la oficina, eso acá no va a pasar, no se puede hacer’” –dice Silvina Moschini, la CEO de Transparent Business, desde su casa, donde cumple con la cuarentena, igual que el resto de su equipo, disperso por todo el continente. Conversamos con ella para entender cómo las dinámicas de trabajo se están transformando a raíz de la pandemia, los desafíos y las oportunidades de reconversión para las empresas en Estados Unidos y América Latina.
“Si la tecnología existe, la traba está en la cabeza de la gente: por resistencia al cambio, por flojera, por lo que quiera ser. Buscar excusas sale más fácil que cambiar la forma en que resuelves los problemas. Pero yo creo que con esto hay un antes y un después y that’s it. Como pasó con el 11 de septiembre. Ahora hay una nueva normalidad.
Yo creo que lo que va a pasar con esto es que la resistencia a pasar a plataformas digitales va a tener que ceder. Tanto para online learning como con el tema de trabajo remoto.
Y por el lado de las empresas, van a ver que se ahorraron un pocotón de plata en infraestructura. Dinero que podrían retener y redireccionar para crear empresas mucho más ágiles y eficientes. Porque ahora no hay ni una sola compañía que no esté viendo cómo optimiza los protocolos de trabajo, los negocios, cómo moverlos a digital: muchos negocios que están buscando cómo replantear su manera de acercarse a los consumidores porque no saben cuándo vaya a reabrirse el comercio normal. E incluso, cuando suceda, sus consumidores van a estar mucho más maduros para el comercio online”.
Todas las personas y sectores económicos se han visto afectados de una u otra manera por la pandemia. A pesar de esto, hay algunos que están teniendo una bonanza económica (como las compañías de telecomunicaciones, servicios de entrega a domicilio, online learning, o las que venden productos básicos de cuidado como papel higiénico), pero los otros están reinventándose con recursos de los que antes habían rehuído.
“Por ejemplo, los gimnasios. En Colombia, el BodyTech tiene como 4.000 personas. Imagínate la carga como empresario de saber que tanta gente depende de ti, que, derepente, te cerraron el lugar. Y no sabes por cuánto tiempo. Ellos reaccionaron muy rápido: con una gente increíble, lo que hicieron fue llevar las clases online. Tienen clases de yoga, crossfit, lo que se te ocurra. Lo único que hicieron fue montar el local virtual: ‘Clase a las 5 pm en el BodyTech de Barranquilla con tal y cual’ y siguieron trabajando para crear su comunidad con los clientes. Para que los clientes no se les cayeran desde el punto de vista físico y emocional, pero también para que cuando llegue la nueva normalidad, no tengan una rutina distinta.
Otras, que lo tienen un poco más difícil, pero que poco a poco están cambiando de modelo, son las que antes tenían su comercio de forma tradicional, y ahora están vendiendo sus productos a través de social selling, como Leonisa –la empresa colombiana de lencería–; que le está dando herramientas a las mujeres para que vendan su catálogo a través de catálogos digitales y vendan por Mercado Libre, Instagram, etc. Y hay personas que están trabajando día y noche en este tipo de capacitaciones, porque es una sacudida fuertísima para la gente.
Los que están más complicados son los restaurantes, porque están en modo supervivencia. Puedes hacer take out, pero uno lo piensa cinco veces...
Y luego las industrias que van a salir más afectadas son las del turismo, la hospitalidad y los servicios que están atados a temas físicos: los masajistas, las manicuras, peluqueros... Para quienes tienen infraestructura el golpe también va a ser durísimo, porque el precio de las propiedades va a caer más del 50%”.
Silvina estima que este proceso de reconversión de las dinámicas presenciales a las digitales puede ayudar a mermar el brutal golpe económico que va a tener la región, el más fuerte desde la Gran Depresión de 1930, pero para que funcione es necesario que haya una reconversión de habilidades.
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“Por ejemplo, la señora que tiene su tienda de cosméticos o que vende panties, el comercio normal lo va a tener que reconvertir a digital. Y esa reconversión va a generar nuevos empleos, empleos digitales: la señora va a necesitar expertos que le hagan campañas en Facebook o Instagram, que sean community managers. Creo que hay muchas oportunidades siempre y cuando atemos a programasde capacitación para hacer up skilling en las habilidades que hoy no existen masivamente y se van a necesitar en escala, que tienen que ver con temas digitales.
Una moda anterior era convertirte en programador. Nada: convertite en digital marketer. Porque ahora todo va ser mucho más que lo que nos imaginamos por internet.
Hay distintas oportunidades que se pueden aprovechar si se hace un esfuerzo sistemático, público, privado, multilateral. Algo similar a lo que estamos haciendo con el BID en Guatemala, que es entrenar mujeres para growth marketing a través de la plataforma nuestra (SheWorks!).
Hay dos vetas interesantes: una es ayudar a crear la microeconomía digital, para que puedan escalar a través de habilidades para emprendimiento, y la otra es la contratación de servicios. La gente piensa que si no estás en San Francisco o Nueva York la rueda no te rota igual y eso es completamente equivocado. Hay gente súper talentosa, preparada, y tenés gente que tal vez no está tan preparada, pero que si les das las herramientas, podés convertirlos en empleables.
La adaptación va a ser muy rápida porque la transición no la hizo el CEO, la hizo el COVID–19. Entonces todas esas excusas... la burocracia, la barrera cultural... ahora van a valer nada. Ya se hizo, se probó que se puede hacer, porque es o trabajar de forma remota o no trabajar y morirse.
Esto redefinió la manera en que se hacen las cosas y demostró que sí es posible. Más que cambios en legislaciones, esto va a hacer que cambien los gerentes, porque es importante entender cómo administrar el equipo para que no se queme y lo que menos hay es buenos gerentes.
La necesidad tiene cara de eje. Hay quienes se van a sentarse a lamentarse, pero hay quienes van a buscar cómo cambiar la realidad de un país que va a estar jodido.
Si tienes un coworking y la gente ya no puede ir a trabajar allí, puedes alquilar el espacio a los Amazon del mundo para almacenaje. Si tienes un hotel, lo conviertes en hospital. Ahí hay oportunidades, en vez de quedarte sentado en la puerta de tu casa lamentándote de tu mala suerte.
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