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Silvina Moschini. Foto: Flickr SheWorks!
Silvina Moschini. Foto: Flickr SheWorks!

Silvina Moschini: teletrabajo, brecha de género y la lucha por los derechos humanos

Primera parte de la entrevista a Silvina Moschini, la CEO de Transparent Business, SheWorks! y Yandiki, que está usando la cuarta revolución industrial para…

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El pasado diciembre, el Foro Económico Mundial publicó su informe anual sobre paridad de género. En él mostraba que en las dimensiones de acceso a educación y salud la equidad de género se ha logrado casi globalmente pero que, por el contrario, en representatividad política aún nos queda un largo camino por recorrer y ha habido un retroceso en cuando a la posibilidad de que hombres y mujeres tengan acceso al trabajo en igualdad de condiciones y el mismo nivel de ingreso salarial.

Según explica el FEM, una de las principales razones para que esto suceda es el advenimiento de la cuarta revolución industrial. Debido a que las mujeres han sido históricamente relegadas de la formación en temas de ciencia, tecnología y matemáticas, el espacio en que han tendido a refugiarse las mujeres con bajos niveles de educación han sido los trabajos manuales, que cada vez se han reducido más debido a la automatización. Y esta es una tendencia (la automatización) que se espera que continúe.

Pero de los obstáculos nacen las oportunidades y Silvina Moschini, que dice que estamos en la tormenta perfecta, las está aprovechando. Silvina Moschini es argentina, vive en Miami, viaja constantemente por América Latina por trabajo y es una fuerza, un tornado. CEO de tres grandes empresas tecnológicas, tiene la misión personal de contribuir a cerrar la brecha de género en oportunidades de trabajo y paridad salarial haciendo uso de esta misma revolución industrial que tiene lados tan inquietantes.

Las tres empresas que dirige son Transparent Business, SheWorks! y Yandiki. Transparent Business es una plataforma tecnológica que permite dos cosas: que haya transparencia en el valor que tiene cualquier trabajo remoto (¿cuánto hay que cobrar por la edición de un video?, ¿cuánto cuesta programar o generar contenido para un sitio web?), cosa que da las herramientas necesarias para que cualquier persona pueda negociar por que se le pague justamente. La otra cosa que Transparent Business permite es que haya transparencia en los procesos de ejecución de un trabajo y en la coordinación del equipo que lo lleva a cabo. Esto aplica tanto para empresas privadas como para el sector público (que es el tema de la segunda parte de esta entrevista).

Yandiki y SheWorks! utilizan la tecnología de Transparent Business enfocándose a dos grupos de personas diferentes: Yandiki es una plataforma especializada en el sector creativo que, además de todos los servicios de Transparent Business, une especialistas con empleadores que buscan personas con un alto nivel de habilidad. SheWorks! también facilita el encuentro entre mujeres (exclusivamente) y empresas, pero además tiene un componente muy fuerte de formación (mayor que en las otras dos plataformas). En SheWorks! las mujeres tienen acceso a formación en distintas habilidades blandas y skills necesarios para el trabajo remoto, lo que les permite vincularse a un sector económico cada vez más grande y en el que las mujeres tienen más terreno que ganar.

Por si esto fuera poco, Silvina Moschini está involucrada en decenas de proyectos con gobiernos (Colombia, Costa Rica, Puerto Rico, Guatemala, Panamá, Arabia Saudita) organismos internacionales (como el Banco Interamericano de Desarrollo) y aceleradoras de emprendimiento para seguir expandiendo este camino que busca poner la cuarta revolución industrial al servicio de todos.

Silvina Moschini. Foto: Flickr SheWorks!

El informe del Foro Económico Mundial sobre paridad de género, que salió hace unas semanas, señala que ha crecido la brecha de género en cuanto a salarios y acceso al trabajo a raíz de la cuarta revolución industrial. ¿Cómo ves el crecimiento de esa brecha en Estados Unidos y Latinoamérica, ya que vives en constante diálogo con ambas partes?

Hay dos cosas: hoy por hoy las mujeres logran más títulos universitarios, maestrías y doctorados que los hombres. Es decir que en un estrato alto las mujeres hoy estudian y logran acreditaciones mayores que los hombres. Ese es un indicador que te muestra que es triste, y no solamente por las mujeres, sino que es poco inteligente para la economía tener talento altamente capacitado desconectado del mercado.

Si la educación se logra, cambiar el modelo de trabajo hace que estas mujeres tengan mayores chances de sumar valor a la economía. Simplemente porque se educan más. Ni mencionar que trabajamos mucho más duro, eso es otro punto. Entonces lo que no queremos que pase es que, habiendo un alto nivel de educación, haya un mercado de trabajo que aún no se ha transformado a la velocidad en que se debería transformar a pesar de que gracias a la explosión de la Gig Economy se está transformando cada vez más y acortando la brecha. El cambio de modelo de engagement es lo que tiene mayor incidencia en la brecha.

El 51% de las mujeres con hijos está abandonando sus trabajos por falta de flexibilidad. Estamos viviendo en la era digital: es absurdo, por donde los mires: gente educada, más educada que los hombres, hoy abandonando su trabajo porque las compañías todavía siguen trabajando con modelos analógicos, como en la era de los Picapiedras, que esperan que la gente vaya a calentar la silla para mostrar que están trabajando.

Entonces creo que ahí hay un área de oportunidad bien importante. Lo que pasa con este 51% que abandona los trabajos cuando tiene hijos, es que hace que no haya un “pipeline” de mujeres para llegar a puestos de liderazgo. Es toda una cosa que viene enraizada desde mucho más atrás: si quieres tener mujeres en puestos de liderazgo tienes que cambiar las maneras de trabajar con estas mujeres para que no tengan que elegir entre trabajo y familia.

Esto pasa no solamente en Estados Unido, que pasa y pasa mucho. Estados Unidos no necesariamente está mucho más avanzado que América Latina: Colombia, por ejemplo, tiene un pacto de trabajo remoto , Costa Rica pasó una ley de teletrabajo, México tiene un proyecto de ley. Estados Unidos no tiene nada.

Nuestra tecnología, por ejemplo, la utiliza el Ministerio de Trabajo de Arabia Saudita, para crear el programa de Telework Saudi, porque en Arabia Saudita las mujeres no pueden trabajar en entornos mixtos, pero sí pueden teletrabajar. Entonces un país ultra-conservador está más avanzado en teletrabajo, con una restricción cultural de que las mujeres no pueden estar mezcladas con los hombres. De cualquier manera, no entramos por la puerta grande, entramos por la ventana, pero le das flexibilidad a las mujeres.

Yo creo que a veces la innovación llega de los lugares menos pensados y a veces uno tiende a mirar a Estados Unidos como la gran cosa y Estados Unidos innova muy poco, son las compañías grandes. La verdadera innovación no viene de las compañías grandes. La innovación viene de gente  que no tiene necesariamente los recursos, sí la creatividad. Rara vez hay innovación en los países grandes o en las empresas grandes. Nosotros en Latinoamérica innovamos porque nos tenemos que ganar la vida. En esto Colombia es un gran ejemplo de innovación en lo que tiene que ver con modelos de trabajo alternativos, creo que hay que llevarlo adelante bastante en América Latina, Estados Unidos tiene también un área de oportunidad en digitalizar modelos de trabajo.

Creo que esto va a pasar y va a pasar muy rápido por distintas razones: una es el tema de que estamos viviendo la tormenta perfecta para la transformación digital: cloud technology, machine learning, data science, on-demand economy, la globalización de la economía, gig economy, etcétera. Pero lo más importante de todo es: la mayor consciencia ambiental, mayor consciencia de la responsabilidad social y el cambio demográfico: los millenials: 75% de la fuerza laboral en los próximos 5 años.

Estos jóvenes, que tanto critican, son los que van a mejorar y transformar el mercado del trabajo, porque no van a querer trabajar para una compañía que no les dé las oportunidades que ellos demandan, que son oportunidades con impacto social, respeto, con la posibilidad de trabajar con gente que es distinta a uno: con diversidad.

Y diversidad no es sólo mujeres, es estar con personas que piensan distinto políticamente, con distinta inclinación sexual, con distinta visión del mundo, que pueden enriquecer porque representan al universo. Y el universo no son tipos blanquitos. Este es un tema en el que hay que pasar del bullshit a la acción. Todo el mundo habla del Girl Power. Muy bien: fondealas, financialas, dales flexibilidad, apoyá las cosas que las mujeres necesitamos. Al final nosotras no necesitamos beneficencia, necesitamos oportunidades.

Silvina Moschini. Foto: Flickr SheWorks!

La lucha por los derechos de las mujeres es la lucha por los derechos de todos.

Por los derechos humanos. No es un tema de mujeres.

Lo que pasa es que cuando se armaron los primeros marcos de leyes laborales, las mujeres no eran parte del mercado laboral. Hace sesenta años no existía internet, las mujeres no eran una parte activa de la fuerza de trabajo, entonces las leyes las hicieron los hombres como mejor les cuadraba con la poca información que tenían. Por eso es que es imperativa la formación digital del mercado laboral, porque seguimos trabajando análogamente, como cuando no existía internet, y obligando mujeres a tener una doble carga.

Y eso no quiere decir que esto sea la solución de todo, lo que debería ser la solución es transformar culturalmente a toda la sociedad para que haya una división de roles mucho más equitativa.

Uno de los espacios en que SheWorks! tiene más impacto es empoderar a las mujeres a través del uso de las tecnologías, pero luego tenemos el contraste con que las mujeres han sido históricamente menos implicadas en la formación en tecnologías y ciencias, lo que hace que la brecha de género se tienda a ensanchar. Ahí hay una tensión. ¿Cómo la ves?

Creo que hay dos miradas. Porque, por ejemplo, yo soy mujer, no estudié tecnología y lidero una compañía de tecnología. Entonces creo que hay que desmitificar que para liderar compañías de tecnología tengas que ser programador: tenés que ser un buen líder y entender qué es lo que la tecnología puede hacer para ti o por ti. Yo soy un claro ejemplo de eso porque estudié comunicaciones y sin embargo llevo una compañía que es de muy, muy, alta tecnología: completamente distribuida, basada en la nube, que utiliza tecnología para adentro (para manejar a nuestros propios equipos) y para poder ayudar a otras compañías a hacer lo mismo.

Entonces, una de las cosas es desmitificar lo que es trabajar en tecnología, porque podés tener un trabajo siendo un operador tecnológico, un programador y en eso sí creo que hay una brecha que hay que trabajar más desde las edades tempranas. En esto tienen que trabajar los papás y el sistema educativo desde el kínder. Tienen que mostrarles que pueden hacer lo que quieran, de lo contrario, dejan de sentirse capaces.

Este síndrome de inadecuación después es lo que luego, cuando son mayores, se convierte en el síndrome del impostor, que hace que las mujeres negocien peor, con lo cual te pagan menos. Porque ahí hay un complot: uno, nos hace falta data transparency. Como no hay data transparency en lo que se paga por una posición, no sabés por cuánto tienes que negociar. Ese tema de data transparency es importante. Otro, las mujeres, culturalmente, tenemos una tendencia a ser mucho más… en Argentina le dicen “modocitas”. Porque si decimos: “Mira, me vale madre, mi posición, con mis skills vale tanto”, entonces te tratan de loca: “She’s not nice”.

Eso impacta mucho la capacidad de las mujeres de negociar, de lograr compensación adecuada y de meternos en lugares que creemos que son lugares de los hombres, como pasa con el tema de tecnología. Pero rompiendo esa barrera y creando entornos mucho más inclusivos, que permitan flexibilidad, que permitan que no te tengas que meter en top club de los hombres programadores, replicándolo con tu propia comunidad, puedes hacerlo.

¿Qué es una mujer en tecnología? Yo lo soy, y no soy programadora. Hay cientos de miles de muchachas que trabajan en tecnologías sin ser técnicas. Y lo otro tiene que ver con esto de que lo que estudias es lo que haces. La tecnología te permite trabajar en cualquier cosa, inclusive en cosas que no tengan nada que ver con la tecnología. Por ejemplo: si eres una periodista y trabajas para un medio, utilizas tecnología para tu trabajo, porque te permite hacer entrevistas, pero no quiere decir que trabajes en tecnología. En ese caso no se crea una disyuntiva o un contrasentido, porque tenés la tecnología per se como un fin, con expertas en tech (técnicas o no técnicas) y después cómo la tecnología es un facilitador de oportunidades: te trae los clientes y te permite trabajar con ellos con trasparencia.

En esa parte lo que nosotros aportamos es tecnología que, al traer transparencia real, la capacidad de auditar, de ver qué pasa en el proceso de trabajo, resolvés los tres problemas que hacen que no despegue el trabajo remoto, que son: confianza, engagement y accountability.

Silvina Moschini. Foto: Flickr SheWorks!

Con relación a Yandiki, lo que lo distingue de SheWorks!, aparte de que SheWorks! tiene un énfasis muy claro en el trabajo con mujeres, es que Yandiki tiene un énfasis en la industria creativa y hace muy explícita la curaduría de las personas que traen a trabajar en la plataforma. ¿Cómo esto afecta la paridad de género en el ámbito creativo?  

Yandiki es la plataforma de la economía naranja. Sí tiene curaduría, todas la tienen, porque necesitas generar una línea base de conocimiento y resultados prácticos. Pasas por un test analítico, un test para poder medir la competencia en inglés, hacen curación también de los perfiles, para ver la calidad del trabajo: porque si no, lo que creás es un mercado de pulgas, donde el talento calificado queda opacado por talento no calificado.

En SheWorks! es lo mismo. Lo que pasa es que en SheWorks! estamos buscando traer educación. Los de Yandiki ya están más listos, porque veíamos que en la economía naranja todo lo que tiene que ver con la industria creativa (eso va desde designers, content creators, content amplificators, desarrolladores de lo que quieras) está mucho más madura para el trabajo remoto. Porque ya históricamente las agencias de publicidad, las productoras, todas trabajaban con equipos distribuidos y vendían servicios a compañías. Entonces ese era un modelo mucho más maduro.

Lo que nosotros quisimos hacer es decirle a un segmento más senior de gente: “Hoy te podemos articular oportunidades de la economía naranja con empresas de cualquier parte del mundo”. Y esta gente ya está lista: pueden tomar más upskilling, porque hoy hay skills que antes no eran necesarias, o training en trabajo remoto, que se los vamos a dar también.

En el caso de SheWorks! tenemos dos targets: las chicas más jóvenes y las mamás, o las más mayores que quieren flexibilidad… Digo las mamás porque tipifica un poco la chica de 35 a 40 años  que se cansa de su trabajo en empresa, que dice “yo estoy harta de tener que estar levantándome, movilizándome, haciendo estos malabarismos para llevar a mis hijos a la escuela o para poder cuadrar mi vida personal, o me quiero ir a vivir a Barranquilla y no estar en Bogotá”, o donde se te ocurra. 

En ese caso tenemos estas chicas que son más senior, están más listas, y son las que trabajarían para cualquier empresa del mundo y quieren trabajar flexible porque quieren trabajar en sus propios términos. Pero también tenemos la nueva generación de mujeres que hoy no tienen los skills, pero que con un poquitito de upskilling digital en estas cosas que te dan las habilidades que necesitás, pueden prepararse. Y en ese caso estamos buscando crear internships.

Esto funciona como una base: piensa que tiene Transparent Business como tecnología y el caso de uso: Yandiki, SheWorks!, Guatemala TalentXChange, lo que sea, es la misma tecnología montada con un branding distinto. Y el talento arriba.

Por eso es un modelo de negocios dual donde tienes talent assessment service, que es un recruiter de nueva generación, apalancado de inteligencia artificial, datos para hacer los matches, tecnología transparente para manejar equipos remotos y tenés un modelo que es software asssessment service, que si tú misma te encuentras la gente porque la quieres sumar, la puedes sumar y armas modelos de empresa exponenciales.

Nuestra tecnología que termite construir organizaciones exponenciales para que uses talento bajo demanda: sea talento que te damos vía Yandiki (hombres y mujeres) para economía naranja, SheWorks (mujeres) economía naranja, más tecnología, más otras carreras que vamos a estar sumando.

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