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Yesid Vargas/Al DÍA News 
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Conectando a mentes jóvenes a través de codificación

Tras prestar su servicio militar en Irak, Sylvester Mobley regresó a su Filadelfia natal con algo en mente: mejorar su comunidad instruyendo a niños de barrios…

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Adayah Moore. Foto:Yesid Vargas/Al DíA News

 

El regreso a casa

Cuando Sylvester Mobley volvió a casa tras su servicio en Irak, quería encontrar una manera de impactar significativamente a la ciudad de Filadelfia. Al inicio realmente no sabía cuál sería el impacto, pero al observar los problemas de diversidad en el área de tecnología, algo se hizo evidente.

La mayoría de personas en la industria no se parecían a él ni provenían del mismo sitio que él.

“Cuando realmente quise entender por qué había tanta falta de diversidad en la industria tecnológica, uno de los aspectos a los que regresaba una y otra vez era la educación”, dijo Mobley.

Antes de ser parte de la Guardia Nacional del Ejército, Mobley estuvo en la Reserva de la Fuerza Aérea dónde se convirtió en especialista de sistemas de conmutación criptográfica de la red informática. Mobley contaba con capacitación y experiencia técnica, y también asistió a la Universidad de Temple donde obtuvo su licenciatura en finanzas.

Con lo que aprendió y recopiló mientras estuvo en la Fuerza Aérea y el conocimiento y habilidades adicionales que obtuvo en Temple, Mobley pudo volver a Filadelfia con una idea en mente: crear una oportunidad para jóvenes de barrios desfavorecidos de Filadelfia, con la que pudieran aprender habilidades técnicas valiosas que les permitieran tener más oportunidades en la actual era digital.

“Cuando volví a casa de Irak y lancé “Coded by Kids” (Codificado por niños), al inicio era básicamente yo solo en este centro recreativo (Marian Anderson) con un niño que asistía los sábados, a quien le enseñaba desarrollo para la web”, dijo Mobley. “Honestamente así fue por un tiempo hasta que empezamos a atraer a más niños, y conforme más llegaban, se llegó al punto en el que yo no daba abasto solo para enseñar a todos”.

Mobley hizo un llamado a la comunidad tecnológica de Filadelfia preguntando por personas que estuvieran interesadas en ayudarlo con su nuevo proyecto. Su petición fue bien recibida y varios miembros empezaron a dar su apoyo.

Con el transcurso del tiempo, “Coded by Kids” comenzó a crecer y después de un tiempo Mobley se encontró trabajando con más de un estudiante. Durante el último año escolar, las clases sumaban 90 estudiantes por semana.
 

Si uno piensa en la educación informática que recibe un estudiante promedio en las escuelas actualmente, no es suficiente para que ellos puedan ingresar a la industria tecnológica, debido a los recortes presupuestarios y a la falta de experiencia de los maestros y otro montón de cosas. La clase de informática promedio en una escuela instruye a los jóvenes a aprender mecanografía y a abrir y guardar un documento, por lo que realmente no están aprendiendo nada sustancial. Ni siquiera en las escuelas en las que intentan ir más allá de esos elementos básicos” Sylvester Mobley

“Si uno piensa en la educación informática que recibe un estudiante promedio en las escuelas actualmente, no es suficiente para que ellos puedan ingresar a la industria tecnológica, debido a los recortes presupuestarios y a la falta de experiencia de los maestros y otro montón de cosas”, dijo Mobley. “La clase de informática promedio en una escuela instruye a los jóvenes a aprender mecanografía y a abrir y guardar un documento, por lo que realmente no están aprendiendo nada sustancial. Ni siquiera en las escuelas en las que intentan ir más allá de esos elementos básicos”.

Según la perspectiva de Mobley, la mayoría de maestros a quienes se les pide que enseñen y preparen clases sobre conocimientos de informática en las escuelas de Filadelfia no son de la comunidad tecnológica.

Agregó que este factor deja a los instructores  que no cuentan con la educación necesaria, crear planes de estudio en los que adivinan qué es importante y que no es importante, a la hora de impartir clases.

“No pueden preparar correctamente a los jóvenes”, dijo Mobley. “Cuando me di cuenta que este era uno de los mayores problemas en términos de lograr una mayor representación de diversidad, al final del día no importa cuántas iniciativas de diversidad se implementen o cuánto se quiera que la industria sea más diversa. Si las personas llegan a la industria  sin habilidades y preparación no se les puede contratar, sin importar cuánto desee uno cambiar la realidad”.

Si “Coded by Kids” pudiera centrar su enfoque en una sola meta, Mobley declaró que sería “asegurar que estudiantes que se gradúan de escuelas en barrios desfavorecidos de la ciudad  reciban al menos la educación tecnológica que se merecen”.

Y que de esta manera no se les pueda contratar por no contar con las habilidades necesarias.

 

Cassandra King con los estudiantes Azriel y Adayah Monroe. Foto: Yesid Vargas/Al DÍA News

 

Impactándo la vida de los estudiantes

En la clase de los jueves de “Coded by Kids”, que se imparte en el Centro Recreativo Marian Anderson, el tamaño varía pero eso no impide que Mobley y su pequeño equipo de voluntarios continúen con la agenda del día.

Sin duda es impresionante ver a niños de diferentes procedencias y escuelas del área trabajar juntos en los proyectos basados en la web y aprender sobre codificación. Aunque algunas veces cada joven quiere la atención individual de Mobley, él se asegura que cada uno se concentre en su tarea a la vez que se divierten en el proceso.

El rango de edad de los estudiantes varía. Algunos que tienen solo seis años trabajan en proyectos que incluyen HTML y CSS. Otros, de edad un poco mayor, avanzan más rápidamente y pasan de un proyecto a otro.

“No creo en absoluto que todo niño deba convertirse en programador. Creo que esa aseveración es poco realista”, dijo Mobley. “Pero al darle a cada joven acceso a programas como este, ahora todo niño que quiera ser programador cuenta con la oportunidad de serlo y con la habilidad para aprovecharlo”.

De repente, Cassandra “Cassie” Ramírez King entra al salón y los jóvenes la saludan con mucha emoción. Algunos le dan abrazos, unos más cortos que otros, mientras que varios le sonríen desde sus computadoras.

Conforme saluda a cada niño, Ramirez King mete su mano a un bolso y empieza a distribuir bolsas pequeñas de dulces a cada uno. Los niños felizmente abren cada una, comen dulces y vuelven a su trabajo.

“Empecé a participar desde el inicio. Había visto un tuit de “Coded by Kids” un tanto solitario, que decía que buscaban voluntarios”, dijo Ramirez King. “Envié un mensaje y tuve una respuesta de Sylvester, quien me explicó lo que estaba haciendo. Básicamente me reuní con él en el centro y empecé desde el primer día, conocí a los niños y comencé a impartir clases”.

Con un distrito escolar corto de fondos, las posibilidades de que estudiantes como a los que Mobley enseña reciban cualquier clase de educación en informática, que vaya más allá de lo básico son muy pocas.

Durante muchos años, las escuelas han tenido que hacer frente a decisiones frecuentemente impopulares sobre la reducción de costos, la necesidad de asesores, enfermeras y otros útiles adecuados. Según Philly.com, la semana pasada el Distrito Escolar de Filadelfia comunicó a los miembros del Concejo de la ciudad que querían empezar a dialogar con los funcionarios municipales y estatales sobre cómo abordar la “crisis de fondos que se espera para el 2019”.

“Lo que es más importante es que estos niños están siendo dejados atrás por la sociedad. Se está dando muy poco, si es que algún, financiamiento a las escuelas públicas para involucrar en etapa temprana a niños en la tecnología  y eso no es justo” Cassandra 'Cassie' Ramírez King

El distrito presentó la semana pasada su propuesta de presupuesto para el próximo año.

“Lo que es más importante es que estos niños están siendo dejados atrás por la sociedad” dijo Ramirez King. “Se está dando muy poco, si es que algún, financiamiento a las escuelas públicas para involucrar en etapa temprana a niños en la tecnología  y eso no es justo”.

En los meses que siguieron, conforme “Coded by Kids” se enfocó en reunir a más voluntarios, Ramirez King se convirtió en su coordinadora.

De acuerdo con ella, los voluntarios deben contar con una mezcla de habilidades muy específicas. No solo deben ser personas que disfruten compartiendo el tiempo con niños, pero también comprendan que muchos de ellos provienen de hogares con dificultades.

“Además, uno tiene que saber cómo codificar y realmente hay un grupo muy pequeño de personas que saben hacerlo” dijo Ramirez King. “Encontrar una representación minoritaria dentro del campo es aún más difícil, ese fue el esfuerzo en el momento en que Sylvester comenzaba a buscar el apoyo de organizaciones, el gobierno, entre otros. Ha llegado lejos, pero ese fue nuestro inicio”.

Originaria de Puerto Rico, Ramirez señaló que no estuvo muy expuesta a la tecnología hasta que llegó a Estados Unidos. Es una desarrolladora autodidacta y observa la falta de educación tecnológica entre latinos, latinas y otros, en terminos de acceso y oportunidades.

“Esto es crítico, realmente crítico para el futuro de esta ciudad, para el futuro de nuestro sistema educativo”, dijo Ramirez King.

 

Sylvester Mobley junto a un estudiante en el centro recreativo Marian Anderson. Foto: Dominique Johnson/Al DÍA News

 

Mirando hacia el futuro

Según Mobley, encontrar un sitio para impartir el programa fue más sencillo de lo esperado. Dijo estar agradecido con el líder del centro recreativo por creer en él y en la misión que quiere desarrollar.

Agregó que aunque fue muy difícil encontrar otros centros recreativos en donde los líderes fueran tan receptivos, una gran parte de lo que Mobley quiere hacer ahora es expandir “Coded by Kids” a otros espacios de la ciudad.

Ramirez King espera que, cuando las piezas se coloquen en su lugar, “Coded by Kids” pueda llegar a la comunidad latina, particularmente a las niñas latinas, una causa particularmente importante para ella.

Ashezi Ekpaji, cuyo hijo de seis años asiste a la clase de los sábados por la mañana,  supo de Mobley y “Coded by Kids” por medio de su madre, quien le sugirió el programa. En general, Ekpaji considera que el involucramiento de su hijo en el programa ha beneficiado a su creatividad y capacidad para resolver problemas.

“Pueden desarrollar algo creado por ellos mismos que es original”, dijo Ekpaji. “Empiezan de desde cero. También lo ayudan con su conocimiento de informática y también a enfocarse”.

A pesar de que a esta edad el nivel de atención varía en muchos niveles, a una edad muy temprana, los estudiantes están aprendiendo conceptos que van mucho más allá de sus conocimientos básicos de informática, según Mobley.

“Aunque estos niños decidan que nunca serán programadores, aún así entrarán al mundo  [profesional] con conocimientos de informática realmente avanzados”, dijo Mobley. “Uno de los mayores problemas con la brecha digital es que las personas sencillamente no cuentan con los conocimientos para usar una computadora e Internet. Estos niños ahora cuentan con conocimientos para usar computadoras, y pueden aprovechar estos conocimientos para tener un efecto positivo en sus vidas”.