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Un buen número de premios Nobel tienen ascendencia inmigrante. Los emigrantes también aportan mucho con sus empresas (Imagen generada por Llama de Meta).

El talento de los inmigrantes vale mucho para el futuro económico de Estados Unidos

Un experto sostiene que el éxito de las economías avanzadas dependerá de su capacidad para atraer y retener a los emigrantes más cualificados del mundo.

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En un momento en que la migración está bajo la lupa política en Estados Unidos y otros países desarrollados, un estudio reciente publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que restringir el flujo de talento global puede salirles caro a las economías del futuro. Según el autor del artículo, el economista William Kerr de Harvard Business School, “el acceso a personas altamente talentosas es el límite superior de lo que una nación puede aspirar a ser”.

En su análisis publicado en la revista Finance & Development (marzo de 2025), Kerr sostiene que los países que logren atraer a los migrantes más calificados serán los mejor posicionados para enfrentar los grandes retos del siglo XXI: el envejecimiento poblacional, la caída de la productividad, la transición hacia economías digitales y la competencia global por la innovación.

Kerr es catedrático D'arbeloff de Administración de Empresas en la Harvard Business School y autor del libro "The Gift of Global Talent: How Migration Shapes Business, Economy & Society".

El académico enfatiza que las personas más capacitadas tienden a migrar más que la media. Mientras que solo el 1,8 % de los trabajadores con educación secundaria viven fuera de su país de origen, la cifra asciende al 5,4 % entre los universitarios, y se dispara aún más entre inventores y ganadores del Premio Nobel. Esta movilidad refuerza los llamados “clusters de talento”, centros de innovación como Silicon Valley, donde la productividad y el emprendimiento crecen a un ritmo acelerado gracias al aporte de la migración calificada.

Políticas migratorias, el dilema

A pesar del evidente valor económico del talento migrante, Kerr advierte en Finance & Development que el apoyo público hacia la inmigración ha disminuido en varios países, incluido Estados Unidos. Sin embargo, matiza que la caída se ha dado desde niveles históricamente altos: “aunque el respaldo ha bajado desde su punto máximo en los primeros años de la década de 2020, aún se mantiene por encima del promedio histórico”.

Según datos citados por el economista, encuestas recientes como la de Echelon Insights en 2024 muestran un fuerte respaldo bipartidista hacia la inmigración calificada en EE. UU., en especial aquella con fines laborales y económicos. No obstante, Kerr destaca la necesidad de diseñar políticas que distribuyan los beneficios del talento global de forma más equitativa para evitar tensiones entre regiones o sectores sociales.

Una gran inversión

Uno de los puntos más importantes del análisis es que atraer talento internacional requiere más que simplemente abrir las puertas. “Los países deben cortejar al talento global, no solo dejarlo entrar”, escribe Kerr. Esto implica ofrecer un entorno predecible, con políticas estables, una buena calidad de vida y caminos claros para la integración laboral y legal.

En ese sentido, el autor llama la atención sobre la desconexión entre las visas estudiantiles, los permisos de trabajo y las opciones de residencia permanente. Cuando un país educa a jóvenes migrantes en sus universidades, pero luego los expulsa o dificulta su permanencia, “está desperdiciando su propia inversión”.

Además, Kerr sostiene que invertir en talento extranjero no reemplaza el desarrollo local: “los negocios creados por inmigrantes emplean a trabajadores locales, y los atributos que valoran los migrantes calificados —como buenas escuelas y vecindarios seguros— también benefician a los ciudadanos nativos”.

El artículo también aborda la preocupación por la llamada “fuga de cerebros” desde los países en desarrollo. Sin embargo, Kerr sostiene que los efectos pueden ser positivos si se fortalecen los lazos entre países emisores y receptores. “La mayor ventaja para los países de origen puede ser que más jóvenes se eduquen con la expectativa de migrar, aunque finalmente no lo hagan”, señala en Finance & Development.

¿Y las mujeres?

Otro hallazgo relevante del estudio es que las mujeres están ganando terreno en la migración calificada. De hecho, Kerr afirma que desde 2010, en los países de la OCDE, las mujeres superan en número a los hombres dentro del grupo de migrantes con educación superior. Esto obliga a los responsables de política migratoria a tener en cuenta factores como la seguridad, las oportunidades laborales y la conciliación familiar al diseñar entornos de acogida.

El mensaje de William Kerr es claro: construir equipos ganadores, tanto en el ámbito empresarial como nacional, requiere atraer y mantener a los mejores. El talento migrante no es una amenaza, sino una ventaja estratégica. Pero para cosechar sus beneficios, los países deben mirar más allá de la coyuntura política y adoptar políticas migratorias modernas, flexibles e inclusivas.

Para la comunidad latina en Estados Unidos, esta visión refuerza lo que muchas historias personales ya han demostrado: el talento migrante puede transformar vidas, comunidades y economías enteras. Solo falta que las políticas estén a la altura de ese potencial.

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