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Estadio Mile High en Denver.
Una de sus empresas participó en la construcción del Mile High Stadium. Foto: Pixabay.

Linda Alvarado, una magnate de Denver hecha a pulso

Alvarado, de padres mexicanos, se ha convertido en una de las cien mujeres más ricas de Estados Unidos rompiendo estereotipos.

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Con importantes inversiones en el sector de la construcción y una serie de franquicias de comidas rápidas, Linda Alvarado se ha convertido en una de las magnates más reconocidas y respetadas en Denver, Colorado, donde además se convirtió en la primera propietaria latina en la MLB al adquirir una participación significativa en los Rockies (parte del grupo de inversionistas original).

Alvarado nació en Albuquerque, Nuevo México, en 1951. Aunque proviene de raíces humildes, en su familia, constructores por naturaleza, siempre le enseñaron a pensar en grande. Su padre, un ministro protestante que trabajaba como miembro de seguridad en un laboratorio y quien había construido la casa de adobe en la que creció, fue quien más apoyo le dio para que se concentrara en sus estudios, algo que no era normal en esa época, mientras su madre nunca dejó de animarla. 

Linda Martinez, su nombre de soltera, fue la única hija y la menor de seis hermanos, escenario que influyó decididamente en la forma como afrontó la vida, siempre rompiendo esquemas y desafiando los paradigmas tradicionales que la sociedad en la que creció le imponía a las mujeres.

El deporte y la construcción son dos de sus más grandes pasiones

Un ejemplo claro de las barreras que esta empresaria tuvo que derribar para convertirse en la mujer exitosa que es hoy, sucedió durante sus años en secundaria. En ese entonces, pruebas deportivas como el salto de altura le negaban a las mujeres la posibilidad de competir, algo que con ayuda de la mamá de Alvarado cambió para que, no solo pudiera participar de las pruebas, sino también fuera celebrada como la Chica Atleta del Año.

Mientras adelantaba clases de economía, por medio de una beca que le otorgó el Pomona College de California, gracias a su actitud valiente y decidida solicitó un trabajo en el grupo de mantenimiento de las instalaciones de la institución, donde se le delegaron tareas de jardinería. Esta decisión, poco convencional entre las demás mujeres de la época, se convirtió en el primer paso para luego enfocarse en una carrera dedicada a la construcción, proceso que comenzó luego de graduarse, en 1973, al unirse a una empresa de gestión de la construcción en Los Ángeles, la cual, según ella, le concedió la entrevista ya que como nombre uso solo sus iniciales, ocultando así el hecho de que era mujer.

Su primer negocio

Linda Alvarado, Denver tycoon

Luego de que Alvarado encontrara su pasión profesional en la vida, sin importar ser objeto de bromas entre algunos hombres que no veían con buenos ojos a una mujer incursionando en esta área, se mudó a Colorado junto a su esposo y decidió continuar su preparación sabiendo que por su género y su origen, hispano, debería esforzarse el doble para hacer realidad sus planes. Tras adelantar cursos en estimación, topografía y programación computarizada, en 1976, con tan solo 24 años, fundó su primera empresa.

Fueron sus padres, ante la negativa de los bancos, quienes le prestaron US$ 2.500 para iniciar su compañía, un préstamo en el que sin decirle a Linda hipotecaron su casa. Así, con pequeños trabajos, se fue dando a conocer hasta que en 1983 firma su primer gran contrato para renovar el Barnsley Hotel en el centro de Denver, una oportunidad que le dio otra extraordinaria mujer como Joy Burns, fundadora del Banco de Mujeres de Colorado. 

Momentos difíciles 

En 1992, mientras Alvarado Construction realizaba la construcción de una torre de oficinas en el aeropuerto de Denver, dos obreros murieron al caer de una viga que instalaban, un trágico accidente que afectó su reputación y por el que tuvo que trabajar mucho para consolidar sus diferentes y reconocidas sedes en Colorado, Arizona, California y Nuevo México, además de los proyectos de construcción que adelanta para grandes industrias como Kaiser Permanente, Xcel Energy y PG&E.

Comidas rápidas

En medio de la construcción de un centro comercial en una zona deteriorada de Denver, Linda y su esposo, Robert Alvarado, buscaban contar con la presencia de una marca reconocida de comidas rápidas. Taco Bell, propiedad de PepsiCo, no respondió a la petición de la manera que ellos esperaban, sin embargo aceptó que operaran una franquicia, la cual, al ser manejada con mucho éxito, les abrió las puertas para adquirir más ubicaciones. 

La pareja Alvarado, gracias a sus buenos resultados en el manejo de este tipo de franquicias, así como al éxito de las técnicas innovadoras que han aplicado para construir los restaurantes, crearon Palo Alto, el 28º operador de franquicias más grande en Estados Unidos que reporta ingresos anuales cercanos a los US$ 325 millones, una empresa donde ella posee el 51 % y su esposo el 49 %.

El secreto de Linda y su esposo radica, tanto en la construcción como en la operación de las franquicias, en su filosofía de innovación constante y su búsqueda de nuevos productos y estrategias que cuenten con los más altos estándares de calidad y que no le teman a romper con los esquemas tradicionales.

Un ícono en Denver

El legado de Alvarado hoy puede ser visto y disfrutado en la capital de Colorado. Desde el Mile High Stadium, donde ha sido homenajeada por sus inversiones en el deporte, y el Aeropuerto Internacional de Denver, construidos por Alvarado Construction, hasta los casi 260 restaurantes que opera Palo Alto Inc.

Por su parte, Linda, quien continúa evadiendo las tareas caseras, busca poder seguir haciendo lo que más le gusta, comprar terrenos y construir en ellos.