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Hector Serrano grew up with the smells of his mother’s cooking filling the house with the smells of Puerto Rico.    Harrison Brink/AL DÍA News
Héctor Serrano creció con los aromas de la cocina de su madre llenando la casa con los olores de Puerto Rico.   Harrison Brink/AL DÍA News

La Isla de Comida de Filadelfia

Con la ayuda de su familia y amigos, el Boricua, de Héctor Serrano, va viento en popa, y pronto abrirá un segundo local.

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La cocina puertorriqueña es algo común en los vecindarios del norte de Filadelfia como Kensington, Hunting Park y Fairhill. Sin embargo, en los barrios más antiguos, que alguna vez llegaron a albergar a una numerosa población puertorriqueña, como Northern Liberties, un área limítrofe en el norte de Filadelfia ahora conocida por sus pubs, cervecerías y cafés concurridos por profesionales jóvenes, la comida puertorriqueña era difícil de encontrar.

Todo cambió cuando Héctor Serrano se mudó al vecindario y abrió Boricua, un nuevo restaurante que sirve todo lo que la cocina puertorriqueña tiene para ofrecer.

Serrano detectó que la cocina puertorriqueña no estaba representada en Northern Liberties y ahora dirige una próspera empresa familiar que está cambiando esta realidad.

Para llevar a cabo este proyecto, contó con el apoyo de su familia, que estuvo a su lado durante todo el viaje para abrir su propio local, incluso cuando no se suponía que iba a ser un restaurante puertorriqueño.

El Boricua de Serrano se centra en los alimentos básicos de Puerto Rico.   Harrison Brink/AL DÍA News
El Barrio original

Serrano creció en la 19th  con Wallace, en Fairmount, un área considerada dentro del Barrio Puertorriqueño original de Filadelfia.

Creció entre los olores y recuerdos de su madre friendo chuletas, guisando habichuelas infundidas con sofrito y especias, y asando pernil en la cocina.

Sus padres, que nacieron y se criaron en Arecibo y San Lorenzo, trajeron con ellos su amor por la cocina y las recetas familiares cuando llegaron al continente.

Cuando Serrano tenía cuatro años, su madre, Iris, lo inscribió en un jardín de infancia que ofrecía clases de cocina supervisadas de vez en cuando.

Fue allí donde los profesores enseñaron a Serrano a cocinar platos básicos, como huevos revueltos. Pronto, la madre de Serrano contrató clases de cocina en casa similares para su hijo.

“En pocas palabras, mi mamá dijo: ‘Bueno, si ellos te pueden enseñar a cocinar, yo soy su mamá, aún soy más cuidadosa’, así que mi mamá me enseñó a cocinar”, explicó Serrano a AL DÍA News.

Fue entonces cuando la madre de Serrano comenzó a enseñarle los conceptos básicos de la cocina puertorriqueña, empezando por el arroz con frijoles. También insistió mucho para que él y su hermana, Jazmín, entendieran la importancia de ser independientes.

“Mi mamá siempre repetía este dicho: ‘Nunca sabes cuándo vas a tener tu primer aliento, así que tienes que ser muy independiente’”, dijo Serrano. “Antes de graduarnos de la escuela secundaria, sabíamos cómo escribir cheques y giros postales”.

Eventualmente, la independencia inculcada se convertiría en una herramienta clave que Serrano necesitaría para futuros emprendimientos.

Abierto en Northern Liberties en medio de la pandemia, el local puertorriqueño ha tenido un gran éxito en el barrio.  Harrison Brink/AL DÍA News
Un viaje a Puerto Rico

Abrir un restaurante no estaba realmente entre las cartas que barajaba Serrano, sin embargo, después de graduarse en el Latino Leadership Institute de Filadelfia, se encontró más en sintonía con su cultura.

El instituto se fundó con el objetivo de proteger a los latinos y educarlos en su cultura e historia.

Parte del programa llevó a Serrano a Puerto Rico por primera vez, donde quedó asombrado por su cultura y costumbres.

“Nos mostraron mucho de nuestra historia, por ejemplo, el origen de la bomba, la salsa y la comida. Ni siquiera sabía que cada pueblo tenía su propio alcalde y su propia bandera”, dijo.

Todo este conocimiento se quedó con Serrano, y cuando regresó a Filadelfia, abrió su propio salón de baile, el Pearl Ballroom, en las calles 9 y Luzerne, en Hunting Park.

No fue hasta que una clienta hizo un comentario sobre lo delicioso que estaba el cerdo asado (pernil) que Serrano empezó a considerar hacer futuro con la comida.

“La clienta dijo: ‘mi esposo me está haciendo sentir muy avergonzada, porque este es su tercer plato, y no quiero que piense que tengo hambre, pero es la primera vez que vamos a un lugar donde dice que el pernil es mejor que el mío”.

La clienta le dijo luego a Serrano que creía que estaba limitando su potencial de crecimiento como salón de baile que solo abría los sábados.

Este comentario tocó su fibra sensible, ya que a menudo pensaba en el negocio de catering que dirigía con su familia y en lo ocupados que estaban trabajando en una cocina modesta.

“Así surgió la idea de montar el restaurante Boricua. Fueron todos esos elogios de la gente que nos decía que abriéramos un restaurante”, comentó..

Serrano se puso a pensar en cómo podría servir las recetas de su familia a su comunidad, pero quiso también asegurarse de que la ubicación de su futuro negocio estuviera en un área de Filadelfia que no tuviera auténticos restaurantes puertorriqueños.

Las opciones se redujeron a dos: Center City o Northern Liberties.

Además de un menú que refleja la tradición puertorriqueña, en el restaurante también se venden otros productos vitales. Harrison Brink/AL DÍA News
La realidad de abrir un restaurante

Finalmente, eligió Northern Liberties, donde estaba ubicado su apartamento. Encontró un espacio en 3rd y Cambridge Street, a una cuadra de Girard.

No fue fácil abrir un restaurante en un área conocida por sus cafés, lofts vanguardistas y gastropubs de lujo. Sin embargo, Serrano estaba decidido a abrir algo monumental que se convirtiera en un nombre familiar para los empresarios latinos de Filadelfia.

Nada más empezar, recibió elogios de sus amigos y familiares, pero los no latinos del vecindario dudaban de él y de su empresa.

“Fue duro”, dijo Serrano. “Cuando abrimos por primera vez, había gente de fuera, no latinos, que seguía diciéndome: ‘¿Seguro que quieres abrir un lugar puertorriqueño? No va a tener éxito”.

Los comentarios hicieron que Serrano dudara durante el proceso, pero acabó superando sus dudas e invirtió todo el dinero que tenía para abrir Boricua.

“Puse todos mis huevos en una canasta”, dijo. “Fue una locura, lo puse todo en ello, acabé con todos mis ahorros”.

A medida que avanzaba 2020, parecía una apuesta aún más loca. Justo cuando Serrano estaba planeando la gran inauguración de Boricua, la pandemia de COVID-19 estalló en Filadelfia y el gobierno ordenó cerrar todos los negocios no esenciales.

Serrano tuvo que reprogramar la gran inauguración.

“De hecho, perdimos negocios durante tres meses porque se suponía que íbamos a abrir el 13 de marzo, la misma semana en que cerró la ciudad”, dijo.

Tres meses después, Boricua abrió y Serrano recuerda tener solo $128 en su cuenta bancaria.

La incertidumbre estaba en su punto más alto, pero el Boricua se convirtió en un éxito de la noche a la mañana.

“Estaría mintiendo si dijera que no me sorprendió”, dijo.

“Estaría mintiendo si dijera que no me sorprendió”, dijo.

Las publicaciones en sus cuentas de redes sociales, como Instagram, muestran colas de gente alrededor del edificio y clientes degustando sus recetas familiares.

La comida Boricua

La familia de Serrano se turna para cocinar y, dependiendo del plato que se esté cocinando, puede llevar horas.

Por ejemplo, el escabeche, una guarnición popular puertorriqueña que consiste en plátanos verdes, mollejas de pollo, cebollas salteadas y aceitunas, podría tomar hasta ocho horas para lograr el sabor perfecto.

“Hay que hervir las mollejas de pollo, rasgar la piel y hervir los guineos”, explicó.

El condimento también es primordial.

“Es muy importante tener suficiente sazón, sofrito, adobo, no solo sal y pimienta”, dijo Serrano. “En la comunidad boricua es muy importante”.

Su familia también se enorgullece de crear auténticos platos puertorriqueños como arroz con guandules y pasteles.

Sin embargo, la estrella del local sigue siendo su pernil.

“Hemos estado en muchos lugares y hemos probado el pernil, ya veces está seco o demasiado cocido”, dijo Serrano. “Queríamos lograr ese punto en que el pernil es agradable, tierno y jugoso”.

El pernil es delicioso, ya sea en un panecillo o acompañado de la famosa ensalada de papas de su familia, y la cantidad correcta de ingredientes es la parte más importante.

Pero nadie fuera de la familia de Serrano conoce la receta o el método para cocinar a fuego lento el cerdo perfecto.

Otro platillo muy popular, preparado por el cuñado de Serrano, Frank, es la ensalada de mariscos.

“Cuando agregamos la ensalada de mariscos fue como una bendición de Dios, fue otro éxito”, dijo.

Como era de esperar, esa receta también es secreta.

“Pero puedo decirles algunos ingredientes básicos, como carne de cangrejo, camarones, pimientos y algunos condimentos”, dijo Serrano.

El éxito del local inicial de Boricua ha permitido a Serrano hacer planes para abrir un segundo local..  Harrison Brink/AL DÍA News
Boricua #2

A pesar de los escépticos, el negocio de Serrano es realmente próspero y se ha hecho un nombre como emprendedor con visión ascendente.

Serrano tiene otros emprendimientos comerciales en proceso, incluida la apertura de Boricua # 2.

“Abriremos una segunda ubicación, el segundo restaurante estará en la calle principal, en 5th street”, dijo.

El segundo restaurante, cuya apertura está programada para antes del Día de Acción de Gracias, tendrá capacidad para unos 250 comensales en el interior. También contará con música salsa y un menú con mucha fritura.

El menú del nuevo lugar también incluirá pastellios, relleno de papa y mofongo.

“Vamos a tener galletas, pasteles y bollos, va a haber de todo”, dijo Serrano.

“Vamos a tener galletas, pasteles y bollos, va a haber de todo”, dijo Serrano.

Otro plato que, a pesar de su mala reputación, es un verdadero alimento básico puertorriqueño es la morcilla, una salchicha de sangre al estilo español que se come en América Latina.

La morcilla tiene muchas variantes diferentes, sin embargo, la más común se hace con arroz, sangre de cerdo, ajo y especias.

Al igual que el primer restaurante de Serrano, su segunda ubicación tendrá la apariencia y el ambiente de Puerto Rico en todos los aspectos, desde la música hasta la vestimenta del personal.

“Quiero que nuestro personal use guayaberas, quiero que sea divertido, quiero que tengan una experiencia y sientan que están en un lugar donde llevarían a sus padres a cenar por el Día de la Madre y el Padre”, dijo Serrano.

Más allá de Boricua # 2, el joven emprendedor espera abrir un tercer espacio en Center City algún día.

“Nos han contactado algunos agentes inmobiliarios y otras personas interesadas en hacer negocios con nosotros porque han visto nuestro éxito y quieren abrir un restaurante con nosotros”, dijo.

Después de mucho esfuerzo, Serrano logró algo que nunca creyó posible.

“Nunca en un millón de años hubiera pensado que un chico puertorriqueño de la 19th y Wallace abriría un restaurante puertorriqueño en un barrio caucásico como Northern Liberties, donde estaría vendiendo botellas de coquito a domicilio”, comentó.

La cocina puertorriqueña es el corazón y el alma de su cultura. Los olores y los ingredientes proceden de sus ancestros africanos, europeos y nativo-americanos.

Ya sean platos clásicos como el arroz con gandules o más originales, como el mofongo, los platos familiares de Serrano merecen el tiempo de cualquier potencial comensal.

Visite el restaurante Boricua en 1139 N. 3rd Street.