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Sam Altman es el creador de OpenAI. Foto de Jason Redmond / AFP
Sam Altman logró conseguir US$6.600 millones para financiar el crecimiento de Open AI. Foto de Jason Redmond / AFP

Sam Altman lo hizo: OpenAI es una startup de US$157.000 millones

La firma obtiene una ronda de inversión de US$6.000 millones. Esto la convierte en una de las startups más valiosas del mundo.

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OpenAI, la empresa que está detrás de ChatGPT, ha obtenido US$6.600 millones en nuevos fondos, lo que eleva su valoración a US$157.000 millones y consolida su posición como líder mundial en inteligencia artificial.

La histórica inversión, una de las mayores de Silicon Valley, fue anunciada por OpenAI el miércoles.

Fundada en 2015 y dirigida por Sam Altman, OpenAI planea utilizar los fondos para avanzar en su investigación sobre IA, aumentar la capacidad de computación y desarrollar herramientas para resolver problemas complejos.

Thrive Capital lideró la ronda de financiación, con participación de SoftBank, Microsoft, Nvidia, Tiger Global y MGX, una firma de inversión controlada por los Emiratos Árabes Unidos.

Apple, que utiliza modelos de OpenAI en sus ofertas de IA generativa, se retiró de las negociaciones para participar en la financiación.

Esta inversión convierte a OpenAI en la tercera mayor empresa de capital riesgo del mundo, por detrás de SpaceX y ByteDance.

La empresa saltó a la fama en 2022 con el lanzamiento de ChatGPT, una de las aplicaciones que más rápido se ha descargado, que demuestra el poder de la inteligencia artificial generativa para producir contenidos similares a los humanos a partir de sencillas instrucciones.

OpenAI le siguió con GPT-4, el gran modelo lingüístico de ChatGPT y otras muchas aplicaciones de IA.

Se espera que la nueva financiación apoye el desarrollo del sucesor de GPT-4 y acelere el lanzamiento de Sora, una herramienta para crear vídeos a partir de comandos de texto.

La industria tecnológica considera la IA generativa como una innovación transformadora, comparable a los ordenadores personales o los teléfonos inteligentes, con potencial para aumentar drásticamente la productividad.

Grandes empresas tecnológicas como Google, Microsoft, Meta, Amazon y Apple están invirtiendo mucho en IA generativa para no quedarse atrás.

El frenesí ha ayudado a llevar a Wall Street a niveles récord, convirtiendo a Nvidia, que proporciona componentes cruciales para el entrenamiento de la IA, en una de las mayores empresas del mundo.

Según el Financial Times, OpenAI impuso una condición de exclusividad a los inversores, prohibiéndoles invertir en startups rivales de IA, como Anthropic o xAI de Elon Musk.

OpenAI aspira a mantener un rápido crecimiento a pesar de los altos costos para potenciar la capacidad de cálculo y para adquirir talento.

La empresa ha ampliado su plantilla de 700 a 1.700 empleados en solo nueve meses y se prevé que pierda US$5.000 millones en 2024, con unas ventas estimadas de US$3.700 millones este año, según The New York Times.

La inyección de liquidez llega en un momento tumultuoso para OpenAI, con las recientes salidas de ejecutivos clave.

El papel de Altman dentro de la empresa también ha crecido, menos de un año después de que fuera brevemente despedido por el consejo de OpenAI por su estilo de gestión y por sacar nuevos productos demasiado rápido.

El golpe contra Altman solo duró unos días, después de que los empleados se rebelaran y Microsoft, el mayor inversor de la empresa, orquestara su regreso.

Los ejecutivos y miembros del consejo que desempeñaron un papel en su salida ya han abandonado la empresa.

Según los informes, los inversores exigían una reorganización de la empresa que la convirtiera en una firma "con ánimo de lucro" más típica de las startups de Silicon Valley y confirmara la autoridad de Altman.

OpenAI, desde su fundación en 2015, ha sido una organización sin ánimo de lucro, con un consejo que no respondía ante los inversores y una rama de generación de dinero gestionada por separado.

También se ha informado de que Altman se hará con acciones de OpenAI, lo que probablemente le convertiría en multimillonario, aunque él ha negado las informaciones.

La compañía también se enfrenta a una demanda de Elon Musk, un inversor original, que afirma que OpenAI se ha desviado de su misión inicial sin fines de lucro desde que él dejó la compañía en 2018.

© Agence France-Presse