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Janis Bowdler, president of JPMorgan Chase Foundation.
Janis Bowdler, president of JPMorgan Chase Foundation.

Una latina al frente de la Fundación JPMorgan Chase

Janis Bowdler quiere sacar provecho de su perspectiva hispana y conocimientos sobre economía para revitalizar los barrios con pocos recursos de la ciudad.

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Janis Bowdler se define a ella misma como una “chica mezcla” que creció en el noreste de Ohio deseando haber tenido una larga y rubia cola de caballo.

Designada presidenta de la Fundación JP Morgan Chase el pasado mes de abril, Bowdler recuerda lo difícil que era encontrar mujeres latinas que fueran un modelo a seguir en su comunidad, predominantemente blanca, cuando era joven. También se acuerda de la euforia que sintió al empezar a trabajar en el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), en Washington D.C, y descubrir que algunas de sus nuevas compañeras de trabajo latinas experimentaron lo mismo que ella por tener también el cabello corto, oscuro y rizado, un atributo que heredó de su padre mexicano.

“Me sentí como el patito feo que llegaba a su casa”, recuerda Bowdler. “Fue increíble”.

Basándose en sus propias experiencias, Bowdler fue desarrollando su carrera alrededor del concepto “fundamentalmente injusto” de la geografía de las oportunidades: es decir, que los niveles de vivienda, educación y la situación financiera varían según el código postal y tienen un impacto directo en la calidad de vida. En su barrio, vivir en una manzana u otra determinaba el estatus económico de forma permanente, lo que motivó a Bowdler a empezar una carrera en filantropía y abogacía, impulsando proyectos de desarrollo de la comunidad al este de Cleveland, a una hora de su ciudad.

Bowdler aclara que no le gusta contar su historia como si  fuera una “historia de superación”. En lugar de limitarse a alabar aquellos que son capaces de deslumbrar a pesar de la desigualdad de oportunidades, ella cree que hay que centrarse en transformar el sistema actual, que según ella va en contra de los valores americanos, y ha dedicado toda su carrera profesional a promover este cambio.

Antes de incorporarse a la Fundación JP Morgan Chase, Bowdler trabajó durante diez años como directora de Políticas Económicas de la NCLR, la mayor organización de defensa de los derechos civiles de los latinos del país. Su trabajo se centraba en respaldar a las familias hispanas en sus esfuerzos por asegurar crédito, seguridad financiera y activos a largo plazo. A través de la organización, que cambió su nombre a UnidosUS, Bowdler abordó los obstáculos que afrontan la primera y segunda generación de inmigrantes hispanos para lograr la estabilidad económica. Las familias con raíces consolidadas en los Estados Unidos a menudo heredan propiedades, negocios o inversiones de sus antecesores, pero los inmigrantes son los primeros de su familia en crear un patrimonio en este país, y además, por el camino, deben afrontar el desafío de la lengua.

“Es probable que si usted es el primero de su familia en ir al a universidad, si es el primero en comprar una vivienda, no esté recibiendo mucha ayuda de sus padres para cubrir todos estos costes… así que está empezando con una clara desventaja”, dice Bowdler. “Tenemos que preocuparnos de que la comunidad tenga viviendas, planes de pensiones, negocios... porque ese es el patrimonio que pueden pasar a sus hijos y así es como lograremos un cambio duradero”.

Bowdler añade que la Fundación JP Morgan Chase - el brazo filantrópico de JP Morgan Chase & Co, cuya misión es intentar reducir la brecha de oportunidades entre ciudades en cuanto a  oportunidades para hacer ingresos- está trabajando para ofrecer a los inmigrantes recién llegados los servicios que necesitan para establecerse. Desde su incorporación a la fundación, en 2013, Bowler ha continuado con su trabajo de fomentar la creación de comunidades financieramente estables en ciudades que sufren la falta de crecimiento económico. Una de sus primeras iniciativas es la llamada “Alianzas para Generar Oportunidades en los Barrios” (Partnerships for Raising Opportunity in Neighborhoods, o PRO Neighborhoods), un programa a cinco años dotado con 125 millones de dólares para combatir la desigualdad de oportunidades en áreas de pocos recursos en ciudades como Detroit, Chicago, Washington D.C y Filadelfia, donde la fundación estará presente en breve, asegura.

El programa impulsado por Bowler tiene tres piezas clave: “estrategias de ubicación” para mejorar la ubicación de las viviendas, “estrategias de la gente” para mejorar la salud financiera de la población, ayudar a los miembros de la comunidad a abrir negocios, además de a crear patrimonio y empleos; y  “estrategias de empleo” para preparar a la comunidad para los empleos del futuro.

“Una ciudad necesita todas estas cosas para poder avanzar y progresar juntos como comunidad”, comenta Bowdler. “Estamos intentando que todos estos sistemas trabajen juntos, creando un ecosistema más sostenible y logrando resultados constantes”.

La Fundación JP Morgan Chase también tiene como objetivo asegurar la financiación de organizaciones comunitarias sin fines de lucro que tengan potencial de durar en el tiempo,  organizaciones de préstamo fiables, capaces de generar recursos una vez dejen de recibir subsidios. Bowdler explica que la fundación analiza las organizaciones sin fines de lucro en base a su capacidad de aportar más financiación a los barrios, e invierte en aquellas que abordan problemas más complejos, como la gentrificación. Con las comunidades latinas en mente, Bowdler insiste en la importancia de que las organizaciones influyentes integren posiciones de liderazgo inclusivas y alcanzables.

En estos momentos, ella misma se considera un modelo de mujer latina a seguir, y ha tenido ocasión de dirigirse a las jóvenes latinas en varios eventos del Instituto del Caucus Nacional Hispano, donde les recalca la necesidad de que encuentren mentores que se asemejen a ellas.  

“[La representación] es importante porque nuestros ejemplos concentran todas nuestras experiencias de vida”, dice Bowdler. “Yo misma puedo aportar mi prropia historia, mi comunidad, mi cultura y mi perspectiva personal al trabajo estratégico que hacemos cada día como fundación”.